Amor Peligroso {1}

Celos

<<Esa mujer es un diablo
y yo me voy al infierno>>

Ricky

Estoy frente al hotel donde se está quedando Adelaida mientras la espero para irnos a la discoteca.

Miré cómo se acercaba a mí con un vestido azul diminuto, solo le tapaba lo suficiente. Mi pene se endureció mirando cómo su cadera se movía con cada paso que quedaba.

Cuando finalmente llegó hacia mí, la tomé de la cintura con mi brazo. —"Creó que la idea de ir a una discoteca no es la correcta, por qué mejor no vamos a la habitación". — Me sonrió. —"Vámonos, necesito un trago fuerte".

Conducir hasta llegar a la discoteca. La tomé del brazo mientras empezábamos a caminar. Cuando nos sentamos en uno de los muebles de la discoteca, ella pidió un vaso de whisky. Me encantaba que fuera una mujer de buen gusto con la bebida.

—Ricky, cariño, ¿eres tú?". — Escuché a una mujer hablar mientras se acercaba a mí. —"Claro que eres tú, jamás olvidaría cómo te ves".

Cuando estuvo frente a mí, se acercó a darme un beso en la mejilla. No tenía ni puta idea de quién era.—"¿Quién eres?". Pregunté.

—"Brenda".— La miré bien, la reconocí, era la chica que me había tirado cuando Adelaida estuvo en mi oficina por primera vez. — "Me duele que no te acuerde de mí, después de romperme un vestido". — Miro a Adelaida, quien está mirando a Brenda.

—"Como vez estoy acompañado".— dije.

—"Al no te había visto disculpa". — Se gira hacia Adelaida ofreciéndole una mano. —"Mucho gusto, soy Brenda". — Miró cómo Adelaida se llevó su vaso a la boca, dejándola con la mano entendida.

—"Qué grosera".— Dice Brenda bajando la mano.

Adelaida bajó su vaso antes de prestarle atención. — "Discúlpame tú a mí, por no ver tu brazo entendido".—Tuve que disimular una tos para ocultar mi sonrisa.

Breda se sentó sin pedir permiso. — "Cuéntame Ricky qué has estado haciendo estos días".

—"No acaba de escuchar que te dije que estoy acompañado".

—"No se preocupen por mí, me quedaría a escuchar la conversación de dos amantes reencontrado de nuevo. Pero no quiero aburrirme". — Se para del mueble. —"Cuando termine estaré en la pista de baile". — Diciendo eso, empieza a marcharse.

—"Cuando podremos salir otra noche". — Escuché a Brenda hablar, pero estaba hipnotizado mirando el trasero de Adelaida.—"Cariño, te estoy hablando". — Me jalo de los brazos para que le pusiera atención. Ya estaba empezando a enojarme.

— "Llámame por mi nombre, nada de cariño. Ahora, largo de mi vista".

Cuando se fue. Miré hacia la pista de baile en busca de Adelaida. Cuando la veo bailar con un hombre. Algo en mí se llenó de un jodido enojo. El hombre prácticamente le estaba quitando el vestido.

Me paré y empecé a caminar en su dirección. —"Será mejor que aleje tu puta mano de ella si sabe lo que te conviene".—dije cuando finalmente llegué hasta ellos.

—"¿Quién eres tú?". — preguntó el estúpido. —"Su pareja". — Respondí.

—"Es cierto eso". — Le pregunté a ella. —"No, ni lo conozco. Debe ser un loco borracho que se equivocó de persona".—Acaba de llamarme un loco borracho, y que soy un completo desconocido para ella.

Sentí cómo mi enojo se multiplicaba. Me acerqué a ella, tomándola por la cintura y trayéndola hacia mi pecho.—"Suéltame".— La escuché gritar, pero mi atención no estaba en ella. Estaba en el estúpido que seguía parado frente a mí.

Saque mi pistola de mi cintura antes de apuntar al estupido—"Te daré un minuto para que te pierda de mi vista o te meto un puto tiro en la cabeza, tú elige cuál prefiere".

Cuando finalmente se fue, volví a guardar mi pistola. — "¿Qué diablo te pasa?". — pregunta.

—"Eso mismo te pregunto yo a ti, qué demonio te pasa al dejar que te toquen así"

—"Soy dueña de mi cuerpo, no tengo por qué darte explicaciones". La tomé del brazo arrastrándola detrás de mí. —"¿Adónde me lleva?".—Pregunta

—"¿Está asustada? debería después de todo solo soy un completo extraño".

Cuando finalmente llegué al baño, abrí la puerta, entrando con ella antes de girarme para cerrar la puerta.

—"Ricky, ¿de verdad qué demonio hace?". — La tomé de la cintura cargándola antes de colocarla sobre uno de los lavamanos.

—"Vamos a comprobar que tan extraño soy para ti y de paso ver qué tan dueña eres de tu cuerpo".