+18 | Sus Frías Manos

403 51 17
                                    

—Bien, respóndeme, ¿yo sería feliz con alguien aparte de ti? —insiste, mostrándose más sincero por la reciente salida de Sergei

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Bien, respóndeme, ¿yo sería feliz con alguien aparte de ti? —insiste, mostrándose más sincero por la reciente salida de Sergei.

Ahora, estando a solas, me encantaría devorarlo, pero primero, quiero escuchar de su boca la respuesta a mi mayor problema.

Es entonces cuando me muestra sus manos, por ambos lados, con total orgullo.

—¿Ves una maldita argolla de matrimonio acaso? —cuestiona, sonriendo aún victorioso.

Niego, con total lentitud, sin dejar de mirar directamente a aquellos hermosos iris.

—Ahí ya tienes tu respuesta. —replica, levantándose y caminando alrededor de su escritorio, hasta llegar a mis espaldas, acto seguido, coloca sus frías manos en mis hombros semi-desnudos, causando que un escalofrío indiscreto recorra toda mi columna.

Sus dedos ahora se pasean por mis antebrazos y hombros, subiendo y bajando con total lentitud y delicadeza, como si mi piel aún siguiera siendo de un fino cristal que no debería tocar. Permanece así unos segundos, antes de girar mi silla sin cuidado alguno, quedando ahora cara a cara con él.

Sonríe levemente, acercando su rostro al mío, logrando sentir su relajada respiración chocar contra mi piel tensa y sensible. Esto se siente bien, y al mismo tiempo, está mal.

 —Estoy enterado de aquellas terapias a las que te obligó a asistir Laswell... —susurra, esta vez, llegando hasta mi oreja—, no dejaré que te engañes más, tú decides ahora.

Se separa abruptamente de mi, dejándome deseosa de su contacto, de más provocaciones, campo en el que es un total experto.

—No te obligaré a estar conmigo, en estos momentos, eres libre de irte, o de quedarte a mi lado. —explica, caminando de un lado a otro, cual león acechando a su presa—. Afuera, Sergei te estará esperando, completamente listo para llevarte a cualquier otro lugar lejos de aquí, pero si no sales, se tomará como la obvia respuesta de que deseas quedarte conmigo, aunque, siempre eres libre de irte con el pasar del tiempo. —estas últimas palabras las suelta con una pizca de temor y arrepentimiento muy palpables, tanto, que incluso me duelen.

Si fue síndrome de Estocolmo todo este tiempo, ¿por qué ahora deseo volver a sus brazos?

Puedo asegurar que antes lo odiaba, no quería verlo porque me dolía, me dolía su abandono, y por ello, empecé a asistir a las terapias recomendadas por Kate, pero, ahora, al enterarme que todo este tiempo me estuvo siguiendo de cerca, puedo afirmar que hubo una razón fuerte detrás del hecho de haberse alejado de mi, y seguramente está relacionada con John Price.

¿Para qué querría ese tipo alejarme de Vladimir si lo que realmente debería importarle es detener sus acciones a escala global?

Dejó que llegara al poder más alto en Rusia, se volvió un maldito Zar por medio de actos terroristas, y solamente se enfocó en separarnos.

ESTOCOLMO {Vladimir Makarov}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora