+BONUS | ¿Sentimientos?

308 36 2
                                    

¿Cómo llegamos a esto?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Cómo llegamos a esto?

Me estoy follando a mi jefe en estos momentos, luego de una maldita misión que no salió a nuestro favor.

 Vladimir es un hombre completamente serio, enfocado en sus objetivos, y a todos los miembros de su ejército o más fieles seguidores los trata por igual; con frialdad, con firmeza, y por supuesto, con respeto. Pero yo no entré en esa lista, claro que no. Fui distinta, mi caso fue algo especial... porque yo comencé a servirle a la fuerza, obligada por quienes me secuestraron, y simplemente era una recluta más del montón de varias soldados. Sin embargo, mi rebeldía fue lo que seguramente le llamó la atención, en demasiado, porque fue más temprano que nunca que comenzó a acercarme a él, a tratarme con suavidad, a apaciguar mi comportamiento hostil que solía tener hacia todo y todos los que me rodeaban en esta base.

Y una noche, simplemente sucedió.

Nos enredamos en medio de un accidente, en medio de una caída que tuve al abrir con violencia la puerta de su oficina, y para mi desgracia, quedé sobre él. Nuestros labios chocaron sin querer, y al tratar de alejarme y recomponerme de tal error, tiró de mi cuerpo, para que yo no pudiera escapar, y volvió a unir nuestras bocas, esa vez, en un salvaje beso que demostraba a fuego puro sus intenciones de devorarme.

Hoy, en esta fría noche tormentosa, donde los ruidosos sonidos de los rayos invaden esta oficina para camuflar un poco mis salvajes gemidos, Vladimir me ha vuelto a demostrar que es capaz para lograr lo que sea, sin importar el costo, sin ninguna barrera que lo detenga.

—¿Eres mía? —cuestiona, controlando mis caderas para llegar a lo más profundo, para tocar aquel dulce punto sensible en mi, que él conoce muy bien.

Trato de afirmarlo, pero un patético quejido sale de mis labios en lugar de una contestación clara. El ritmo va subiendo, ahora que estoy sobre Vladimir, ambos tratando de encontrar comodidad en su estrecha silla, pero a la vez, sintiendo que esta pequeña superficie es perfecta para alcanzar un placer mucho más alto que todas las veces anteriores.

Sus manos ahora toman la parte trasera de mis rodillas, para profundizar el rápido vaivén, para que yo quede en un ángulo inclinado hacia atrás, característico en él para encontrar su clímax, y para que yo pueda alcanzar mi orgasmo antes, para así torturarme luego en medio de mi agitación y cansancio mientras Vladimir se encarga de llegar lento, suave, prolongando nuestro acto carnal.

Si alguien más nos viera, diría que esto parece más la escena de una vulgar película porno que una simple demostración de atracción física o sentimental. Él es un salvaje ahora, sin control alguno, que juega con mi amplia sensibilidad, adentrando dos dedos que palpan mis paredes húmedas a la vez que su miembro sale y entra con con violencia de mi. El pulgar de la mano que ahora también juega con mis cavidades cae y presiona mi clítoris, dando rápidos masajes circulares que, muy fácilmente, se vuelven los responsables de ahora expulsar chorros de fluidos a todo lo que tenga de frente.

—No gastes todas tus energías aún, nos quedan muchas rondas por delante... —me susurra, y sus brillantes ojos marrones estrechándose con malicia.

El miedo me invadió, y tan pronto como me apoyó sobre su escritorio, comenzó un ritmo aún más brusco que el anterior, logrando que la fricción de nuestros tejidos genitales sea completamente desesperante y dolorosa, y empujándome a tratar de alejarlo.

—¡Señor Makarov! ¡Basta! —exclamo, al borde del llanto, uno provocado por la ira e impotencia de no ser igual de fuerte que él, de no tener su misma posición para detenerlo.

Parece disfrutar de mi dolor, y esto lo motiva usar más fuerza que antes.

Su mano libre viaja hacia uno de mis pezones y lo estruja sin cuidado alguno. Su otra mano sostiene mi cadera, sus dedos se hunden en mi piel, y seguramente tendré una bella marca al día siguiente de su firme mano en aquella zona.

Las lágrimas no tardan en caer sobre mi pecho. Tibias gotas de agua salada que llegan hasta la lengua de Vladimir, quien ahora se da el lujo de saborear cada centímetro de mi piel desnuda, de morder, de arañar y marcarme como suya.

Ahora, sus fluidos chocan contra mis profundidades, señal de que pronto terminará y me dejará libre, aunque aparente todo lo contrario, claro, mientras termina de vaciar sus bolas en mi.

—Tampoco... te estaba asesinando, linda. —me aclara, con la voz entre cortada por toda la agitación que le provocó hacer ese esfuerzo sobre humano.

—Fue una tortura... lo sabes. —escupo con odio, alejándome rápidamente de él.

Antes de salir corriendo a cualquier otro lugar, lejos de aquí, atrapa mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. El primer contacto suave en mucho tiempo que este hombre ha logrado tener conmigo.

—¿Por qué huyes? 

¿Acaso hay alguna razón para quedarme? ¿Tal vez un poco de respeto? ¿Sentimientos?

Decido no responder, esperando lo siguiente, tal vez un regaño por tratar de escaparme o que simplemente lo deje pasar de largo.

—Fue hermoso ver por primera vez tus lágrimas, te veías tan hermosa... —murmura, acercando su rostro al mío, paseando sus labios por mi mejilla.

—Ya cumplí mi deber, señor, ahora necesito descansar. —le recuerdo, sin dejar de lado mi tono amenazante.

—Y para mañana no habrá nada que hacer... déjame por primera vez demostrar que esto no es jodido juego. 

¿Entonces qué se supone que es esto? ¿Una relación? jamás, solamente es otro típico caso de abuso de poder, de SU poder conmigo.

—Solamente somos jefe y trabajador, no hay ninguna cosa que demostrar o arreglar.

Seguido de mis palabras, un fuerte movimiento de mi parte separa nuestras manos, con una absurda violencia que probablemente pagaré caro luego.

No puede haber nada más entre nosotros, ¿cierto?

Es lo que siempre me digo para no arrepentirme de ser yo quien me aleje de darme una oportunidad con mi jefe, mi maldito jefe, uno jodidamente irresistible y caliente.

Antes de salir, con mi ropa cubriendo la poca dignidad que me queda, soy empujada contra la puerta, y los labios de Vladimir por fin se encuentran con los míos, en un tierno beso inocente y temeroso.

Luego de llevar un buen tiempo follando, sin aceptar nuestros sentimientos, ¿por qué ahora estamos completamente apenados por un beso?

Perdón lo corto y lo raro, lo tenía bien guardado desde la semana pasada, sin decidirme en subirlo o no, pero ya fue, no me desgasté mis dedos pa luego borrarlo jaja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perdón lo corto y lo raro, lo tenía bien guardado desde la semana pasada, sin decidirme en subirlo o no, pero ya fue, no me desgasté mis dedos pa luego borrarlo jaja.

La historia principal sigue, nomas que digamos... el último capítulo antes del especial y este bonus era como el fin de la temporada 1 xd no se angustien.

Chauuu (me quiero pegar un tiro mañana hay clase 😭😭)

ESTOCOLMO {Vladimir Makarov}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora