Un día normal como cualquier otro. Ibas de viaje a tu país para visitar a algunos familiares. El aeropuerto estaba excesivamente concurrido ese día, y el único lugar a salvo de tantas personas eran los baños, así que decidiste entrar para darte un p...
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Realizar cambios importantes en la constitución antes de subir al poder no es una tarea fácil, y mucho menos si alguien se interpone en el camino.
Boris está detrás de todo esto, de nuevo, y limpiar sus hombres de mi zona está siendo un trabajo agotador, y realmente difícil.
Me encantaría tener una semana tranquila junto a mi prometida, una sola semana, eso pido, pero es imposible mantener ambas cosas en una balanza estable.
—Señor, puede firmar ahora. —me informa Kiril, saliendo de la oficina principal.
Hemos creado una hermosa obra de arte; el Gran Palacio de Kremlin, hecho un mar de sangre y cadáveres en su interior y alrededores externos. Es mi hora de tomar lo que me pertenece, es hora de hacer temblar al resto de potencias, es hora de que Rusia vuelva a retomar toda su gloria.
Y por supuesto que brillará aún más con la luz de aquella mujer a la que tanto amo.
—¿Ya está lista la cámara? —cuestiono, entrando en la oficina que antes poseía Vorshevsky.
Anunciaré mi toma del poder en vivo, intercediendo en la programación normal de la televisión rusa. Son las ocho de la noche, y en estos momentos, debería estar mi mujer cenando junto a Loren, tal vez escuchando la televisión encendida desde la sala principal, como es su costumbre. Me encantará ver la reacción de mi hermosa prometida cuando regrese a casa, o tal vez en la mañana; jamás es segura mi hora de llegada a la casa luego de estos tediosos días de trabajo.
Raúl se ha encargado de asegurar y limpiar Moscú de todos aquellos invitados no deseados, o eso queremos creer, porque tanta paz, tanta calma, no puede ser perfecta.
Algo planea John Price, y luego de esta noche tan importante, mi siguiente objetivo será su cabeza.
Me dirijo a la habitación de transmisión, y luego de subir al podio, de organizar todo aquello que respaldará mi nuevo lugar en la Gran Rusia, doy la señal de comenzar con este proceso tan agobiante pero satisfactorio, llamado...
Toma del poder.
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