Eso Que Llaman Corazón

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Una vez lista, bajo las escaleras con cuidado de no hacer mucho ruido, aunque es obvio que el oído de Makarov es lo suficientemente agudo para darse media vuelta cuando estoy a veinte pasos de distancia de él

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Una vez lista, bajo las escaleras con cuidado de no hacer mucho ruido, aunque es obvio que el oído de Makarov es lo suficientemente agudo para darse media vuelta cuando estoy a veinte pasos de distancia de él. Luce serio, pero no como para intimidarme, su mirada fría se suaviza al verme de pies a cabeza, con cierto orgullo al darse cuenta que hizo una buena elección de ropa, porque debo admitirlo, hoy luzco realmente bien a pesar de mi delgadez.

Vladimir me ofrece su brazo y de inmediato lo entrelazo, con un poco de timidez y nerviosismo al tener una cercanía tan inocente como esta. Me conduce hasta afuera de la casa, donde ambos nos subimos a un auto discreto, solamente somos nosotros dos, y esto logra ponerme aún más nerviosa.

—Hoy comeremos afuera, y espero no sientas náuseas esta vez, tienes que recuperarte. —me avisa, sonando completamente serio, pero no agresivo.

—Tengo miedo de lo que me dirás... —contesto, avergonzada por ahora tratarlo sin formalidad.

Después de mi respuesta, el viaje es silencioso y largo. Miro por la ventana para evitar verlo a él, me muero por acercarme de nuevo y empezar otro beso real como el que tuvimos aún en casa, me gustó su suavidad, su delicadeza para tocarme, pero también se me hizo extraño que no me sometiera, que no me tratase con violencia. Me acostumbré a ese lado, incluso puedo decir que me gusta... al igual que este nuevo comportamiento de su parte.

—La próxima semana daré el golpe más importante que he hecho en mi vida, todas mis tropas estarán conmigo y seguramente una guerra estallará de inmediato. —me explica, sin saber por donde empezar tan siquiera—, el Circulo Interno ganará esta batalla contra Boris Vorshevsky, yo tomaré el control de rusia, haré que los Estados Unidos se pongan de rodillas ante mi, acabaré con la Fuerza Operativa 141 y la Delta si se siguen interponiendo en mi camino, no hay vuelta atrás y al fin lograré mis objetivos. —agrega, su voz ahora suena sombría, sus manos se endurecen sobre el volante y la velocidad aumenta sin discreción, está enojado.

—Y eso significa que... —trato de responder algo, pero el hecho de imaginar el peligro que él correrá me cierra las cuerdas vocales.

—Yo ganaré, estaré por fuera de casa muchos días, y pensaba en... —pausa un momento, incluso detiene la marcha del auto en la orilla de la carretera, su mirada sigue fija en la nada, mis nervios aumentan y me atrevo a tomar una de sus manos entre las mías, acercándola a mi sin su permiso.

—¿Estarás bien? ¿Puedo confiar en que volverás conmigo? —pregunto, acariciando con mis dedos la palma de su mano.

—Claro que volveré, y victorioso además... —hay algo en su respuesta que me hace pensar que me oculta algo, pero no sobre sus planes, algo mucho mas profundo aparte de todos esos asuntos de guerra.

No lo dejo apartar su mano de las mías, lo tomo con fuerza y determinación, insistiendo con mis ojos a que diga la verdad detrás de todo esto.

—Después de comer hablamos. —me contesta, sonando completamente honesto.

ESTOCOLMO {Vladimir Makarov}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora