Un día normal como cualquier otro. Ibas de viaje a tu país para visitar a algunos familiares. El aeropuerto estaba excesivamente concurrido ese día, y el único lugar a salvo de tantas personas eran los baños, así que decidiste entrar para darte un p...
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Vladimir Makarov
Seguimos y acatamos las órdenes de Raúl con severa fidelidad, y no tardamos demasiado en comenzar un repentino enfrentamiento con todo un maldito ejército que ha logrado entrar por la fuerza al palacio.
—Sergei y Loren por la derecha, Vladimir y yo iremos por el pasillo principal. —indica Menéndez, con una sutil e inteligente seña para que ellos dos tomaran desprevenidos a los intrusos, atravesando las salas a nuestro lado.
Ellos hacen lo indicado, y son los primeros en abrir fuego contra los refuerzos de la 141 al salir varias puertas más adelante de nosotros dos. Loren exterminando a cualquiera que cruzara la puerta principal con su ametralladora ligera, plenamente confiado en su plan barato, y Sergei lanzando y estrenando nuestra nueva invención; granadas de nitrógeno.
El congelamiento incluso podría afectarlos, pero son listos a la hora de huir por donde llegaron hasta allá adelante, y volver a salvo con nosotros, presenciando el lento final para algunos que están mucho más cerca al artefacto que aún expulsa con fogosidad el químico.
La criogenia es espectacular.
Algunos comienzan a buscar oxigeno, desesperados por respirar arrancan sus mascarillas y toda prenda cerca de su rostro que no les permita una clara circulación de oxígeno, pero no servirá de nada si siguen en aquella zona, y tampoco nos conviene seguir ocultos tras este pilar, observándolos, porque pronto el gas llegará hasta donde nosotros y no queremos ser víctimas de nuestras propias armas.
—Será mejor que busquemos a los principales responsables de esto, porque obviamente ellos no están ahí. —sugiero, al ser obvio que ninguno de la original Task Force se encuentra en medio del desastre de la entrada principal que estamos mirando.
Una distracción.
Loren envía un mensaje a Viktor para que estén atentos por las entradas traseras, y sobre todo, para que hagan guardia en la habitación principal del tercer piso, donde está mi único gran tesoro resguardado de todo este caos.
Les hago una señal a todos para avanzar hacia el sur del palacio, en busca de los verdaderos responsables de todo esto.
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