Un día normal como cualquier otro. Ibas de viaje a tu país para visitar a algunos familiares. El aeropuerto estaba excesivamente concurrido ese día, y el único lugar a salvo de tantas personas eran los baños, así que decidiste entrar para darte un p...
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Mi despertar no es nada placentero al ahora notar que estoy en un lugar completamente distinto. Esta no es mi cama, no es mi habitación, ni mucho menos debe ser mi país al recordar que el maldito Zev Foster me durmió luego de haber asesinado a Kate delante de mis ojos y herir a John Price.
Aunque de eso último me alegro.
Ahora, ¿qué hago? No sé ni dónde estoy, y si algún día podré volver a mi antigua paz, porque se nota a leguas que esto no terminará muy pronto.
Analizando con más detenimiento lo que me rodea, puedo decir que ese tal Zev Foster es un adinerado, porque esta habitación parece la de un palacio de cuento de hadas. Finos detalles en oro y plata rodean la tela texturizada color azul profundo que compone casi todo lo que me rodea. Es un escenario irreal, sacado de alguna película de princesas o de algún mafioso multimillonario que desea apoderarse de un país entero con su crimen organizado.
El estampado de la sábana que me cubre es realmente fino, y supongo que costoso. Los bordados en oro de las figuras de un escudo familiar en mi memoria le hacen resaltar. Los demás muebles, como sillones, mesas de café o de noche, todo tiene el aspecto real de ser las posesiones de algún rey.
La perilla de la puerta gira, y fue mi impulso a tirarme de espaldas nuevamente en la cama, y cerrar los ojos con el esfuerzo de verme naturalmente dormida.
Ciertos pasos familiares se me acercan, y podría jurar que, incluso con los párpados cerrados, podría ver la sonrisa de quien me está observando.
—¿Podrías dejar de fingir? Tienes a alguien que quiere verte.
Cuando abro de nuevo los ojos, me topo con la fría mirada de Zev, quien a pesar de su intento por permanecer serio, su pequeña sonrisa de felicidad pura lo delata.
Algo trama.
—¿Crees que quiero hablar con alguien que me disparó para dormirme? —cuestiono, realmente molesta.
—Si te hubiera dicho mis planes y el porqué de ellos, jamás hubieras aceptado. —seguido de sus palabras, me hace una seña para que me levante, todo para entregarme una nueva muda de ropa limpia—. Lo que yo hice no es nada comparado a lo que iban hacer Laswell y Price contigo.
Logra captar mi completa atención ahora, pero para cuando le voy a pedir una explicación con lógica, se aleja y me deja sola para que haga lo que anteriormente me ha dicho.
El baño de esta habitación es igual de increíble y lujoso, y la ropa que Zev me entregó me ha dado indicios de ese alguien que está detrás de todo esto.
Este vestido lo recuerdo muy bien. Es aquel vestido blanco primaveral, el primero que Vladimir me dio.
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