Capítulo 51: "Piénsalo"

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mueran con la foto.


"Una prisión o cárcel es, por lo general, una institución autorizada por el  gobierno donde son encarceladas las personas consideradas por la ley como autores de un determinado crimen. " Pura mierda. No había hecho nada salvo hacer lo que consideraba apropiado. Y golpear a ese hombre, mierda, sí había sido totalmente apropiado.

-Hey, niño lindo.- Me voltee molesto ante aquel apodo. El hombre que estaba sentado en la "cama" de enfrente, me miraba sonriente.- ¿Cómo te llamas, amor?

-Amor mis pelotas.- Contesté simplemente, haciéndolo enojar.

Me recosté en la fría pared de piedra y observé con desprecio el lugar que me rodeaba. El piso era de madera, la cual claramente se disimulaba por la tierra que había. Las paredes también, grises. Y los barrotes, para mi sorpresa, eran negros. Podía escuchar los murmullos de algunos guardias por allí, pero al oír una voz tan conocida para mí, me puse de pie y me pegue a las gruesas barreras que me separaban de la libertad.

-¡Joder, que no he hecho nada! ¡La vieja esa está loca, lo juro! - Trate de agudizar el oído para identificar quién era. Pero, ¿cómo haría eso?- ¡Miren, en serio! ¡Tengo plata! ¿Para qué querría robarle a alguien? ¡Ya verán cuando aparezcan todas mis fans y ustedes no sepan cómo lidiar con ellas! ¡Los demandare cuando salga! ¡Y a esa vieja también!

-Estás borracho, niño. Camina.

-¡Niño tú, tengo diecinueve años! ¡Soy mayor de edad! 

-Estás loco.

-¿Y qué pruebas tienes, eh? 

-Tu cabello es una. 

-¿Por qué no me la sobas, poli? Solo, mi cabello es más genial que toda tu vida.

Michael. Quién más podría ser.

Ni bien metieron al chico en la misma celda que a mí, levanté una ceja y lo mire divertido. Él podría explotar de la furia interna que tenía. Luego de golpear un par de veces las barras, se resignó y se echó al piso, supongo que esperando que alguien lo viniera a buscar.

-Dos niños lindos.- Comentó el hombre que anteriormente me había hablado. Imbécil.- Hoy me gane la lotería al parecer. Como sea, ¿saben? Mi cabeza insiste en que los conozco de algún lado. ¿Cantan, actúan o algo así?

El de pelo azul levantó la mirada y casi que quería estrangular al otro con sus propias manos. Aun con diecinueve años, Michael irradiaba el terror suficiente como para hacerte temblar. 

-Mike.- Fruncí el ceño. El chico enseguida me miró, me reconoció y en poco tiempo lo tenía rodeándome con sus brazos.- ¿Qué pasó?

-Una maldita vieja amargada.- Soltó con furia en su acento.- Creyó que le iba a robar porque estaba corriendo por la vereda y empezó a gritar. Los "poli" estaban, casualmente, en la calle y me arrestaron. ¿Y a ti qué te ocurrió?

-Encontré al hijo de puta que abandonó a Liz en la puerta de nuestro edificio. 

-¿Cómo que lo encontraste? ¿Cómo supiste que era él?

-No, bueno, me dijeron quién era y de casualidad sabía dónde vivía. Lo fui a buscar, y en cuanto abrió la puerta, bueno... -Sonreí.-Su nariz sangró un poco, por cierto. Debe de estar en el hospital llorando ahora mismo.

 A través de la pequeña ventana que había pude ver que había oscurecido completamente, probablemente eran las ocho de la noche ya y no sabía nada de Harry ni de Liz. Michael había tenido la suerte de quedarse dormido minutos después de que termináramos de contar qué nos había ocurrido y de no sufrir todo este tiempo esperando señales de alguien que se apiade de ambos.

Pasó un rato largo como para que volviera a oír gente hablando, y como antes, me había sorprendido pero esta vez no por lograr identificar que alguien conocido estaba allí, sino por un llanto. Uno que no era, claramente, de un adulto, ni de un adolescente. 

Un guardia apareció por alguna parte de la cárcel, se posicionó frente a los barrotes y nos observó seriamente mientras tanteaba su bolsillo buscando algo. Sacó un conjunto bastante gigante de llaves de su bolsillo y luego de estar algunos segundos buscando la correcta, la colocó en no sé dónde. 

-Tienen suerte que vinieron por ustedes.- Habló, enojado.- Si hubiese sido por mí, se hubieran quedado aquí hasta morirse. Odio a gente como ustedes, que creen que por ser famosos tienen el derecho de hacer lo que se les cante las pelotas. 

-Yo creo que necesitas coger con alguien, y rápido.- Golpee su hombro mientras me adelantaba a salir de esa maldita habitación, o simulación de una. - Se te debe estar frunciendo como tu frente de tanto estar resentido. Piénsalo.- Aun estando demasiado atrás, oí cómo Michael reía levemente.

Demasiados pasillos, demasiados pisos, pero finalmente habíamos llegado a la salida de la maldita prisión. Ignoré todos los comentarios que los guardias me hacían sobre mi "crimen" y me apresure a cruzar la puerta que daba a la calle.  Mire hacia la derecha y allí estaba Michael pegado a su novio, como si fuera un sticker.  Y hacia la izquierda, bueno, ahí estaba Harry, cruzado de brazos sobre la puerta del auto.

-Esto debería darme el derecho de ser el activo en la relación, Harold. - Sonreí.- Tienes un novio malo, ¿qué se siente? Oh, Liz estará orgullosa de mí cuando sea grande y le cuente esto.

-¡Eres un idiota! - Gritó de repente. Mis ojos se abrieron con gran sorpresa. No me esperaba venir algo así. -¿No podrías haber dejado las cosas como estaban y ya? Ed se había hecho cargo de esa tema, y tú tuviste que ir porque, ugh, mierda.

Su gran sermón me lo podría pasar por donde sea, simplemente trate de enfocarme en lo lindo que se veía enojado, pero no funcionó.

-Bueno, lamento si a mí me molesta más cómo habían dejado a nuestra hija en la puerta de nuestro edificio, un día que hacia menos de un grado. 

-No quería sonar así, Niall, es solo que el imbécil ese podría haberte golpeado a ti también. ¿Qué tal si eras tú el que terminaba en el hospital? No podemos estar de hospital en hospital, cariño.

-Ahora vete a la mierda. -Limpie con rudeza las lágrimas que habían comenzado a salir.- No necesitaba, de todas formas, que tú vinieras por mí y que me dijeras todo esto. Bastante mal se sintió estar encerrado, siendo claustrofóbico, en una habitación de cinco por cinco como para que además me vengas a decir todo esto.

-Anda, ven aquí.- Me rodeo con sus brazos, aunque no le correspondí.- No lo hago con la intención de que te sientas acorralado y obligado a contestarme, sabes que no. Tan solo que quizá había otra forma de resolver el asunto antes de recurrir al tema físico y no tendrías que haber desperdiciado tiempo estando en este horrible lugar. -Lentamente, hipnotizado por su voz, subí mis brazos y le respondí con suavidad el abrazo.-  Vamos a casa, bebé.- Dejó un beso en mi frente antes de separarse completamente. Las lágrimas ahora caían más rápido, y ni siquiera me gastaba en tratar de frenarlas o disimularlas. -Hey, ¿por qué lloras? Ya estás a salvo, no llores.- Pasó su pulgar por debajo de mis ojos, secando la zona.

|11:50 pm|

Ahora llevando el cómodo pijama, me acomode sobre Harry, quién estaba en el sofá, mirando la televisión, y allí me quede. Liz estaba en el suelo, jugando con su perro de peluche y cada tanto, me miraba y sonreía. Quizá de alguna manera sabía lo que había hecho. 

No pasó mucho como para que la pequeña comenzara a llorar y a frotarse los ojos. Estaba cansada, bueno, todos lo estábamos. Alzó sus pequeños brazos en cuanto me vio pararme.

 -¿Volverás? - Me voltee a la mitad del pasillo, con Liz ya dormida en mis brazos.- ¿O ya te irás a dormir?

-Volveré si tú te quedas.- Él asintió.



Nuevamente en el sofá, me tape con la manta que había y apoyé la cabeza en el espacio que se formaba entre el hombro y el cuello de mi novio y allí me dispuse a dormir.

-No puedo esperar a casarme contigo, Niall.-Oí.

Y me dormí. 



Heart |NARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora