Padmé veía a Ezra entrenando afuera con ayuda de Kanan y con Zeb molestando de vez en cuándo al joven Bridger, mientras que Luke y Leia jugaban en la mesa un par de luchas con hologramas, sonriendo cuando cualquiera de ellos ganaba y riendo cuando ambos perdían, sin importar el resultado, sus hijos estaban unidos...
Padmé miró a sus tres hijos emocionada, mientras iba junto a C-3PO hacia el Salón Común para ver la HoloRed junto a Sabine.
Padmé se había sentido mucho mejor estos días, sus energías empezaban a restaurarse con gran velocidad, gracias a que sus esperanzas en recuperar a su esposo crecían cada día más al ver a sus hijos luchar día a día para aprender más.
Luke y Leia le dijeron que habían podido hablar con el fantasma de Qui-Gon Jinn en la fuerza para entrenar bajo sus enseñanzas en algunas cosas que las viejas formas Jedi no hubieran aceptado.
Zeb y Kanan, junto a Chopper, entraron poco después, y después los siguieron Ezra y Hera, mirando las noticias que hablaban sobre el Caza Estelar que Ezra y Zeb habían robado el día anterior.
Pero la transmisión se vio interrumpida por alguien más —Ciudadanos, soy el Senador en el exilio Gall Trayvis, les traigo más noticias que el Imperio no quiere que oigan—Dijo el hombre.
—¿Quién es Gall Trayvis?—Preguntó Luke, haciendo notar su presencia desde una esquina de la nave —El único miembro del Senado Imperial con el valor de hablar públicamente contra el Imperio—Respondió Hera.
Sin embargo, Padmé tenía una sensación extraña, pues el Imperio siempre buscaba silenciar a ese tipo de figuras sin importar si eran políticos o no... que no lo hubieran hecho con este senador era extraño.
—Una de las más grandes pacifistas de la República, la maestra Jedi Luminara Unduli, está viva—Dijo el senador, llamando la atención de Padmé.
—La apresaron ilegalmente en algún lugar del sistema Stygeon—Dijo de nuevo.
—Los ciudadanos exigimos que el Emperador le conceda a la maestra Unduli un juicio justo ante todo el Senado—Pero la transmisión fue interrumpida por la transmisión Imperial, sin embargo, el corazón de Padmé se sintió triste e inseguro.
Padmé se retiró de la sala, debido a que no escuchó noticia alguna sobre Anakin... en el momento en el que mencionaron a Luminara, recordó a la Padawan de su esposo, Ahsoka.
¿Qué habría sido de aquella joven Togruta después de la Guerra de los Clones?
Padmé suspiró con pesadumbre, imaginando que el Fantasma se dirigiría a rescatar a la maestra Unduli para ayudar a Ezra, lo supo desde que mencionaron que estaba viva.
Kanan era inexperto, eso era seguro, igual que Obi-Wan cuando empezó a entrenar a Anakin en el camino de la Fuerza —Sólo necesitas aprender con él, Kanan... el camino de un Jedi sigue aún después de ser nombrado caballero Jedi—Dijo Padmé para sus adentros.
Sus hijos entraron a la habitación para ver cómo se encontraba, pero Padmé les sonrió y sacudió un poco de polvo de la vestimenta de Luke —Te ves idéntico a tu padre cuando haces ése gesto con la boca—Dijo Padmé acomodando la túnica Jedi de Luke correctamente.
Leia y Luke miraron a su madre, habían planeado una entrada y salida de la prisión donde parecían tener a Luminara, pero debían pedirle que se quedara dentro de la nave para evitar estar en peligro.
—No se preocupen, sé que irán a rescatar a Luminara—Dijo Padmé mirando a sus hijos con tranquilidad —Y... ¿Estará bien si te quedas en la nave?—Le preguntó Luke y ella asintió antes de levantarse de la cama.
Tomó su viejo traje de batalla de cuando estuvo en Tatooine, reparado, y se lo dio a Leia, que lo miró con aprecio.
—Tengan cuidado ¿Sí? No me perdonaría nunca si les pasara algo—Dijo Padmé acariciando los rostros de sus gemelos.
Los gemelos tomaron con cuidado las manos de su madre cada uno y asintieron con seguridad.
—No te preocupes... lo tendremos—Dijeron al mismo tiempo.
Padmé miró el pendiente de Japor en el cuello de su hija y el sable de luz de Luke antes de darle a cada uno un beso en la frente —Que la Fuerza los acompañe y los regrese a mí a salvo—Dijo, acomodando las túnicas de sus hijos una última vez para ocultar sus rostros.
Los gemelos le dieron un beso a su madre, cada uno en una mejilla antes de ir a reunirse con el grupo y empezar la misión, preocupados por lo que podría pasar si llegaran a fallar en la misión.
Los gemelos volvieron a tomarse de la mano y se fueron con el resto del equipo, listos para empezar la misión.
Padmé se quedó junto a los tres droides en el Fantasma, rezando con todas sus fuerzas porque sus tres hijos volvieran a salvo a ella, y que no les ocurriera nada malo mientras rescataban a Luminara.
Por su parte, los gemelos estaban encantados con lo que estaba ocurriendo, recién habían entrado y ya habían tenido que cambiar el plan de Kanan porque los mapas no estaban actualizados.
Sentían la presencia de Luminara, pero no era clara, y eso era algo que no les agradaba, igual que el hecho de que Ezra tuviera que irse junto a Kanan, algo en todo esto les daba mala espina.
Sin embargo, los gemelos sintieron algo... una presencia oscura, muy oscura, llena de odio y de ira —Esta sensación...—Dijo Leia y Luke también la siguió —Es tan... fuerte—Dijo Luke y ambos se miraron sorprendidos y aterrados —¡Un Inquisidor!—Dijeron al mismo tiempo los gemelos antes de irse de las puertas del ascensor y correr deprisa hacia donde estaba la presencia de Ezra.
Se encontraron con ellos un par de pasillos después, vieron a Kanan luchando contra un Inquisidor que usaba un sable de luz doble de color rojo... el color de los Sith, y sólo eso fue más que suficiente para que los dos gemelos saltaran al ataque en contra del Sith —¡Ezra!—Gritaron los gemelos saltando para ayudar a su hermano y su maestro —Oh ¿Qué es esto? ¿Más niños de la Fuerza?—Dijo el Sith sonriendo con triunfo.
Los gemelos lo miraron con gran indignación ante el daño que le estaban haciendo a su hermano y a su maestro.
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Mi ángel ha vuelto
FanfictionEsta es sólo una historia que hice porque yo quería final feliz para Padmé y Anakin :,3 Padmé Amidala Naberrie, ex senadora de la República y ex reina de Naboo, sobrevivió al parto de sus hijos: Luke y Leia Skywalker. Ahora ella vive escondéndose de...