Esta es sólo una historia que hice porque yo quería final feliz para Padmé y Anakin :,3
Padmé Amidala Naberrie, ex senadora de la República y ex reina de Naboo, sobrevivió al parto de sus hijos: Luke y Leia Skywalker.
Ahora ella vive escondéndose de...
Padmé no estaba convencida de que pudieran realmente llegar a salvo a la torre de comunicaciones del Imperio, por lo que se preparó bien para ir con ellos pese a las muchas objeciones de sus hijos.
—Ni hablar, esta es una misión peligrosa... iré con ustedes les guste o no—Dijo ella, terminando de equipar su bláster y su antiguo traje blanco para misiones.
Miró al resto de miembros del Fantasma, pero sus hijos le pusieron encima una capucha blanca —No queremos que corras riesgos—Dijo Ezra mirándola —No se preocupen, aunque no he estado en acción durante quince años, no estoy tan oxidada como aparento—Dijo ella sonriendo convencida.
Se subió en el Speeder junto a Kanan, preparándose mentalmente para lo que venía —En estos momentos... Anakin siempre era quien me apoyaba—Dijo cuando pasaron a través de la cortina de humo creada por Sabine y Zeb.
Bajaron de los speeders y siguió a Sabine a la torre —Menos mal que Luke y Leia se quedaron en el Fantasma—Dijo ella aliviada —Ezra, ten mucho cuidado—Le dijo dándole un beso en la frente.
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Entró en la torre para preparar todo lo para la huída de ahí, con bláster en mano mirando en todas las direcciones necesarias e innecesarias.
Podía escuchar las naves llegando y los transportes con soldados igual... esto, en cierto sentido, le traía recuerdos de la guerra de los clones.
No tenía tiempo para preocuparse por eso, escuchó cómo disparaban afuera, pero cuando Sabine terminó de instalar el programa, ella corrió fuera para ver al agente del BSI del cual Zeb hablaba bastante, igual que al Inquisidor —¿Amigos nuevos? No siento la Fuerza en ella—Dijo el Inquisidor con su sable rojo en alto.
Padmé alzó su bláster y apuntó a un stormtrooper detrás del Inquisidor, lo cual lo sorprendió bastante —Puede que no sea una Jedi, pero tampoco soy débil—Dijo Padmé con el ceño profundamente fruncido.
El Inquisidor sonrió, y Padmé sintió el temor en lo más profundo de su ser, antes de que Kanan los empujara de regreso a la torre de comunicaciones —Al ascensor—Les dijo antes de que empezaran a correr al ascensor.
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