Esta es sólo una historia que hice porque yo quería final feliz para Padmé y Anakin :,3
Padmé Amidala Naberrie, ex senadora de la República y ex reina de Naboo, sobrevivió al parto de sus hijos: Luke y Leia Skywalker.
Ahora ella vive escondéndose de...
Ezra no podía creer lo que veía, ni lo que sentía en ése momento.
Sin dudas, todo era un engaño de la Fuerza misma, no podía ser otra cosa.
—¡Váyanse, ya!—Les gritó Anakin a todos, sorprendiendo a Kanan porque estaba arriesgando su vida por él y por todos ellos.
Anakin logró desviar el fuego de la explosión lejos de ellos y Ezra, por muy loco que fuera lo que estaba haciendo, extendió su mano a él —¡Sube, vamos!—Le gritó.
Anakin miró al chico sorprendido, pero saltó para tomar la mano del chico, notando lo que Padmé le había dicho sobre Kanan y Hera... su mente volvió a llenarse de recuerdos, y sus ojos empezaron a ponerse azules ante ellos.
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Kanan puso a Hera detrás de él, aunque Anakin sabía bien, por la cicatriz en los ojos del Jedi, que él no podía verlo, sino sentirlo a través de la Fuerza.
Skywalker agachó la mirada, avergonzado por haber actuado sin pensar —Le prometí a Padmé que no dejaría que nada les pasara, y cuando empecé a tener las visiones sobre esto, supe que debía hacer algo... no iba a permitir que llorara—Dijo Anakin.
Suspiró antes de mirar a Hera —Además... en este momento no soy ni Darth Vader ni Anakin Skywalker—Dijo él, sorprendiendo a los Espectros.
—¿Qué quieres decir?—Le preguntó Kanan.
—Es algo que deberías comprender bien, caballero Jedi—Le dijo Anakin.
—Pero... Anakin desea lo mejor para ustedes, igual que Padmé—Dijo y Ezra lo miró con furia.
—¿Dónde está ella?—Le preguntó.
—A salvo—Le respondió Anakin con seriedad —No puede salir a la luz pública aún, Ezra Bridger... si lo hace, la perseguirán hasta matarla, y es algo que no pienso permitir—Dijo Anakin.
—Dejé mi nave por aquí... ustedes deberían volver a Yavin antes de que los Rebeldes se vayan... Padmé dijo que al menos esperaba que tuvieran una boda como nosotros no la tuvimos—Dijo Anakin antes de abrir la puerta de la nave.
Miró a Hera y a Kanan —El bebé tiene un gran espíritu a pesar de ser tan pequeño aún, capitana Syndulla—Dijo Anakin antes de saltar, dejando a todos dentro de la nave con las palabras en la boca.
Hera y Kanan se miraron sorprendidos por las palabras del Skywalker, pero Ezra se veía más conmocionado que molesto —¿Qué... acaba de pasar?—Preguntó.
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