Llegando a la verdad

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Anakin sabía que era ahora o nunca, debía ir a Polis Massa a averiguar toda la verdad, debía encontrar respuestas a sus preguntas, las preguntas que su hija, de quien él desconocía su existencia, sembró en su corazón.

Se subió a su nave y llegó a la estación abandonada junto a un droide de recuperación de datos, con el que recuperó la memoria perdida en las cámaras de seguridad de la sala de parto.

Las fechas indicaban que, el segundo día después de la instauración del Imperio Galáctico, su esposa estaba dando a luz, se veía que sufría, pues las lágrimas caían desde sus ojos marrones y ella se quejaba del dolor con fuerza.

Obi-Wan estaba a su lado, en el lugar donde él debió estar... pero por su arrogancia, por su ambición, perdió la oportunidad de estar ahí para su esposa y para sus hijos.

—Obi-Wan—Llamó su esposa con la respiración entrecortada después de que el robot sostuvo a su hija en sus brazos metálicos —Hay bondad en él—Dijo ella antes de cerrar los ojos —Lo sé—Siguió diciendo con su voz bajando de volumen poco a poco.

—Sé que hay... todavía—Su voz salía en un susurro, pero mientras el corazón de su esposa se debilitaba, sus hijos empezaron a llorar con fuerza.

Anakin pudo ver que el monitor estaba marcando la disminución de los latidos de Padmé, pero después de que Luke y Leia empezaron a llorar, sus latidos volvieron a sonar con fuerza, y sus hijos, milagrosamente, se calmaron.

Él apagó el holograma y se dirigió de nuevo a su nave...

Era hora de hablar con su esposa sobre todo... de saber qué fue lo que pasó realmente en todos aquellos años en los que él no estuvo a su lado.

En cuanto llegó a Coruscant, su esposa lo recibió llena de pánico —¡Ani!—Dijo Padmé, corriendo hacia él vestida con un hermoso vestido cyan que él le había comprado

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En cuanto llegó a Coruscant, su esposa lo recibió llena de pánico —¡Ani!—Dijo Padmé, corriendo hacia él vestida con un hermoso vestido cyan que él le había comprado.

—¿Qué ocurrió, Ani? En las transmisiones imperiales dijeron que Luke... que Luke—Trató de decir su esposa, pero era incapaz de decirlo.

Anakin se quitó el casco y negó con la cabeza ante las palabras de Padmé —No tienes que preocuparte, Padmé... me encargué de que eso no ocurriera—Le dijo y ella se tranquilizó —Qué alivio...—Dijo antes de dar un suspiro.

Anakin caminó junto a ella al interior del apartamento, donde finalmente se sentaron para comer —Padmé... fui a la estación médica abandonada en Polis Massa—Dijo Anakin, sorprendiendo a su esposa.

Padmé miró a su esposo —Sé que Leia es mi hija... la gemela de Luke—Finalizó Anakin, mirando a su esposa, que parecía congelada.

—Lo siento... temí por la seguridad de Bail y de Leia—Dijo ella apenada.

Anakin negó con la cabeza —Sé bien que lo hiciste porque ella me rechaza... rechaza en lo que me convertí, querías evitar que cayera más en el Lado Oscuro—Le dijo él y ella lo miró sorprendida.

Mi ángel ha vueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora