El actuar del destino...

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Sus tres hijos: Luke, Leia y Ezra, ya estaban por cumplir catorce años, era algo que aún no se podía creer, habían sido ya catorce años desde que la República había caído, pero a pesar de eso, esos catorce años habían estado llenos de felicidad gracias a sus tres hijos...

Aquella mañana Ezra finalmente había aceptado y decidido que viviría junto a ellos, después de varios años de insistencia por su parte, y eso fue algo que alegró el corazón de Padmé como una noche llena de estrellas fugaces.

Ella no podía esperar ni un poco más para vivir junto a sus tres hijos, desayunar junto a ellos y que cada noche supiera que Ezra estaba seguro en la habitación al lado de la suya.

Ezra, junto a Luke y Leia, se habían ido a recoger las cosas del joven Bridger a su casa, al otro lado de Lothal, pero al salir con las pertenencias del joven Bridger, vieron que estaba aterrizando una nave Imperial en camino a la ciudad

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Ezra, junto a Luke y Leia, se habían ido a recoger las cosas del joven Bridger a su casa, al otro lado de Lothal, pero al salir con las pertenencias del joven Bridger, vieron que estaba aterrizando una nave Imperial en camino a la ciudad...

Apenas notaron aquella llegada, los tres hermanos se miraron entre sí con miradas cómplices.

—¿Vamos?—Preguntó Luke serio, mirando en dirección a la nave, y Leia junto a Ezra asintieron con seriedad y diversión.

Sólo harían una pequeña travesura... y si, en el proceso, fastidiaban al Imperio, sería un ganar-ganar para ellos: nada podía salir mal en el plan.

—Vamos—Dijeron ambos al mismo tiempo y se subieron a sus speeders, yendo en dirección a la ciudad.

Ezra, notando la seriedad de la situación sonrió y trató de quitar la tensión en el ambiente.

—Hey, aún tengo un poco de dinero ¿Les parece si compramos un par de jogans?—Preguntó el joven Bridger, sacando una sonrisa de parte de los gemelos Skywalker.

—Mamá dijo que nos compraría jogans al salir de trabajar ¿Por qué no esperar un par de horas? Aunque cuando lo mencionaste me dio hambre—Dijo Leia sonriendo, sobando su estómago a forma de broma, porque era claro que sólo se trataba de una muy buena broma.

Sin embargo, para su disgusto, se encontraron con unos agentes Imperiales arrestando a un vendedor de jogans por criticar su presencia en Lothal, y planearon una pequeña estrategia para sacar al pobre anciano de semejante aprieto.

Leia fingió tropezar para caer encima de un Stormtrooper, mientras Luke se disculparía por ella ante su "torpeza" mientras Ezra se encargaría de tomar el comunicador del oficial para decir —¡Todos los oficiales a la plaza principal! ¡Es un código rojo!—.

Eso logró que los Imperiales soltaran al pobre vendedor, aunque azotaron su canasta llena de jogans y maltrataron su cosecha.

Los tres se enfurecieron ante semejante actitud, pero tanto Ezra, como Leia y Luke se acercaron para ayudar al anciando a levantarse y, para darle una pequeña ayuda, le pagaron por un par de los jogans caídos.

—Debe tener cuidado, señor... aunque entendemos su forma de sentirse, no es bueno expresarse de esa manera estos días, por más verdad que sea—Le dijo Leia al anciano, dándole un poco más de dinero por los jogans que no podría vender por culpa de los imperiales.

El vendedor agradeció la ayuda de los jóvenes y ellos siguieron desde las alturas a los oficiales Imperiales, viendo cómo eran regañados por convocar un falso código rojo.

—Casi me siento mal por ellos—Dijo Ezra sonriendo y los gemelos Skywalker hicieron lo mismo —Tú lo has dicho: casi, pero no puedo sentirme mal—Dijo Luke con una sonrisa burlona, viendo cómo los oficiales Imperiales cargaban cajas con contenido desconocido en unos speeders.

Sin embargo, los gemelos sintieron una extraña presencia, algo en la fuerza... y Ezra también lo notó.

—Esto es extraño... yo...—Dijo Ezra antes de levantarse para mirar en dirección a un hombre de cabello marrón a lo lejos...

—No es alguien que haya visto antes—Dijo Leia con los ojos entrecerrados de sospecha.

—En eso coincidimos, Leia—Dijo Luke en respuesta, siguiendo fijamente al hombre con sus ojos azules e igualmente poniéndose de pie, mientras sujetaba la mano de su hermana como una forma inconsciente de mantenerse seguros de que estaban uno al lado del otro.

Sin embargo, cuando vieron que el hombre estaba por darse la vuelta y descubrirlos, los tres volvieron a agacharse para evitar ser descubiertos por él.

—Oigan ¿Creen que Pa-? Lo siento ¿Creen que Shmi nos vaya a regañar si hacemos algo?—Preguntó Ezra mirando a sus hermanos.

Los gemelos se miraron entre ellos y luego miraron a Ezra —Lo más seguro es que sí, pero... ¿Nos podrá regañar sólo por ver?—Dijo Luke con una sonrisa cómplice en la cara.

Ezra sonrió y se alzó de hombros —Supongo que no—Dijo él.

Se quedaron encima del techo para mirar cómo aquel hombre hacía un par de gestos al golpear levemente su pierna con la mano, y vieron salir a un Lasan de una puerta.

Después lo vieron hacer exactamente el mismo gesto a una mandaloriana, quien caminó y, cómo quien no quiere la cosa, arrojó algo a un speeder Imperial que explotó sólo unos segundos después.

La explosión sorprendió a los gemelos Skywalker y al joven Bridger, y escucharon a un oficial gritando —¡Saquen estas cajas de aquí! ¡Asegúrenlas a toda costa!—Gritó furioso.

Ezra y Luke sonrieron y se miraron —Conque a toda costa, eh—Dijeron al mismo tiempo y luego Leia sonrió, cruzándose de brazos —Eso suena muy bien—Dijo la joven Skywalker.

Mi ángel ha vueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora