Que inicie la batalla final

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Luke y Darth Vader caminaban por la nueva estación espacial con evidente tranquilidad, para confusión de los soldados que pasaban de un lado al otro, mientras Luke observaba todo a su alrededor con evidente calma.

—¿Cómo está...?—Preguntó de repente, y Vader entendió al instante a qué se refería al hacer esa pregunta.

—Empeora cada día... los doctores dijeron que ha perdido la voluntad para vivir—Dijo Vader.

Luke agachó la mirada, temiendo, por un breve momento, que lo peor estaba por sucederle a su querida madre.

Pero él no quería que eso pasara: no pensaba ganar a un padre a costa de la vida de su madre, él quería recuperar a su padre y madre, a salvo.

—Ya veo...—Respondió mientras subían al ascensor que los llevaría ante el Emperador.

—No dejes que sus esperanzas sean en vano... creo que ya ha sufrido bastante después de todos estos años—Le dijo Luke.

—Te llevaré con ella después... creo que le hará bien verte—Dijo Anakin, recordando a Padmé, postrada en cama, más pálida cada día, llamando siempre por sus hijos, uno por uno, entre sueños y con una expresión de dolor.

Su condición había empeorado recientemente ésa semana, y los médicos le dijeron que se preparara para lo peor, pero él no podía aceptarlo, no quería aceptarlo, no hacía mucho que había recuperado a su esposa y no estaba listo para perderla de nuevo, y esta vez para siempre.

Su condición había empeorado recientemente ésa semana, y los médicos le dijeron que se preparara para lo peor, pero él no podía aceptarlo, no quería aceptarlo, no hacía mucho que había recuperado a su esposa y no estaba listo para perderla de nuev...

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El ascensor se abrió, sacándolo de sus pensamientos, mientras Luke y él empezaban a caminar hacia el trono de Palpatine, sin prisa alguna.

Se detuvieron a un par de metros del trono antes de que el Emperador en persona se girara para enfrentar a padre e hijo con una mirada terrible, llena de maldad, posada directamente en el joven Skywalker.

—Bienvenido, joven Skywalker—Dijo el Emperador —Te he estado esperando—Dijo de nuevo.

—Ya no necesitas esos—Dijo Palpatine, haciendo un ligero movimiento con el dedo índice para desactivar las esposas que retenían las manos de Luke.

Luke miró al Emperador, sintiendo un frío terrible llenarlo profundamente, pero mantuvo el control sobre sus emociones y fingió indiferencia hacia la situación en general.

—Guardias, déjennos—Le ordenó Palpatine a sus guardias vestidos de túnicas rojas...

Luke miró a aquel terrible ser de pura maldad, aquel que rompió a su familia mucho antes de que él y su hermana nacieran, y fue incapaz de creer que ésa cosa, ése ser, viniera del mismo mundo que su hermosa y gentil madre, que era la luz de su familia.

—Estoy ansioso por terminar tu entrenamiento—Dijo Palpatine con una sonrisa siniestra.

—Con el tiempo me llamarás maestro—Dijo Palpatine, lleno de seguridad en cada una de sus palabras.

Luke se aferró a sus pensamientos, a sus esperanzas y a los sueños de su madre y su hermana, y negó con la cabeza —Está muy equivocado, no me convertirá como a mi padre—Dijo Luke.

La luz debía permanecer en su corazón, debía acabar con esto y después ir a salvar a su madre, ése era su destino y era lo correcto.

Palpatine se enderezó en su trono para levantarse y empezar a caminar hacia él —Oh, no, mi joven Jedi—Dijo —Descubrirás que eres tú quien está equivocado... sobre muchas, muchas cosas—Le dijo Palpatine, acercando su arrugado rostro a él.

Vader extendió el sable de luz de Luke a Palpatine —Su sable de luz—Dijo Vader —Ah, sí, el arma de un Jedi—Dijo —Como la de tu padre...—Le dijo sonriendo —Ya sabrás que tu padre no regresará del Lado Oscuro, lo mismo sucederá contigo—Dijo Palpatine.

—Está equivocado, pronto estaré muerto, y usted conmigo—Dijo Luke, sacando una malévola risa de Palpatine, que parecía divertido con sus palabras —Quizá te refieres al ataque inminente de tu flota rebelde—Dijo, sorprendiendo a Luke, que no mostró su sorpresa —Sí... te aseguro que aquí estamos a salvo de tus amigos—Dijo Palpatine antes de dar la vuelta para regresar a su trono.

—Su excesiva confianza es su debilidad—Dijo Luke —Tu fé en tus amigos es la tuya—Le respondió Palpatine —No tiene sentido que te resistas, hijo mío—Le dijo Vader.

—Todo lo ocurrido ha sido de acuerdo a mis decisiones, tus amigos en la luna del santuario se dirigen hacia una trampa, igual que tu flota rebelde—Declaró Palpatine —Fui yo quien le permitió a la Alianza que supiera la ubicación del generador de escudo, está a salvo de tu banda lamentable—Dijo Palpatine con orgullo y burla.

—Toda una legión de mis mejores tropas los esperan—Dijo el Emperador —Uh... me temo que el escudo deflector estará funcionando a la perfección cuando tus amigos lleguen—Dijo Palpatine con una sonrisa en la cara.

Luke respiró con calma... sabía qué hacía Palpatine para volver a las personas al Lado Oscuro, pero a diferencia de su padre, él no cedería tan fácil con promesas vacías, ya había visto lo que el Lado Oscuro podía provocar, y no permitiría que volviera a ensuciar a su familia.

La vida de la galaxia era lo que menos le preocupaba, estaba siendo egoísta pensando en las vidas de su hermana, su hermano y su madre...

Si cedía ante el Lado Oscuro por querer protegerlos, igual que su padre cuando cedió para proteger a su madre, sólo terminaría haciéndoles más daño.

Luke vio por la ventana que la batalla ya estaba empezando —Ven, chico, mira con tus propios ojos—Le dijo Palpatine —Desde aquí serás testigo de la destrucción final de la Alianza y del fin de tu rebelión insignificante—Dijo Palpatine.

Luke miró su sable de luz al lado de Palpatine, sabiendo muy bien que estaba a punto de hacer una verdadera estupidez.

Mi ángel ha vueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora