Misión: Rescate

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Obi-Wan y Luke corrieron a casa de Beru y Owen cuando vieron que el Imperio había asesinado a los Jawas, seguramente para conseguir información de los droides.

—Amo Luke, disculpe pero... R2 dice que tiene información vital para la Alianza Rebelde en su memoria—Dijo C-3PO, llamando la atención de Luke y Obi-Wan.

—¿Qué cosa es, R2?—Le preguntó Luke.

La pequeña unidad respondió con sus habituales pitidos y C-3PO se encargó de traducirlo —R2 dice que se trata de unos planos recién recuperados de la última arma del Imperio, amo Luke—Dijo C-3PO.

Luke miró a R2 con preocupación —¡R2, debiste decirnos esto antes! ¡Ahora entiendo por qué el Imperio asesinó a los Jawas!—Le dijo Luke, apresurándose más aún a casa de sus tíos.

Al llegar, sin embargo, lo esperaba una escena terrible...

Salía humo de la granja, y fuera de la entrada estaban los cuerpos calcinados de Owen y Beru

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Salía humo de la granja, y fuera de la entrada estaban los cuerpos calcinados de Owen y Beru.

Luke miró la escena horrorizado antes de desviar la cara para evitar seguir viendo —Eran su hermanastro y su esposa... eran su familia—Dijo Luke con dolor.

Obi-Wan puso una mano sobre su hombro a modo de consuelo —Anakin no lo habría hecho, Darth Vader sí lo haría—Dijo y Luke lo miró extrañado.

—En cierto sentido, tu padre murió cuando fue consumido por el Lado Oscuro, pero según tu madre, aún queda algo de Anakin dentro de él—Le explicó su maestro.

Leia estaba encerrada en una celda, mirando su collar de madera de Japor, esperando que le trajera suerte suficiente para poder escapar de ahí lo más pronto posible antes de que su padre descubriera su sable de luz, o peor aún, su identidad real

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Leia estaba encerrada en una celda, mirando su collar de madera de Japor, esperando que le trajera suerte suficiente para poder escapar de ahí lo más pronto posible antes de que su padre descubriera su sable de luz, o peor aún, su identidad real...

La puerta se abrió y vio entrar a dos agentes imperiales y a su padre por ella, pero era muy tarde para esconder el collar de Japor debajo de su ropa, por lo que simplemente escondió su puño.

Su padre caminó hasta estar frente a ella y habló con voz mecanizada, como siempre desde que lo conoció en persona —Y ahora, su alteza, hablaremos de la ubicación secreta de su base Rebelde—Dijo, trayendo una sonda imperial de interrogatorio con una jeringa.

Mi ángel ha vueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora