—Creo que me queda grande —comenté.
—Afuera —gritó Cosbo. Los chicos se pusieron de pie tomando guantes y bates. Maxton le dio paso a Megan y salió después de ella. Los vi salir a todos por la puerta del salón y me giré hacia las sillas. En el fondo estaba la nevera. Caminé hasta ella y la abrí. Estaba llena de hielo. Mire hacia arriba y vi las toallas en el estante.
—Necesitas ayuda?—pregunto. Sabía quién era, así que de inmediato contesté.
—No —el me abrazó por la espalda y me hizo sentir incómoda. —Tal vez Megan necesite ayuda —dije con desdén y él rio.
—Celosa?—pregunto. Realmente estaba celosa?.
—Permiso, Maxton el entrenador te está buscando —su voz ronca resonó en el salón. Maxton me dio un beso en la cabeza y se fue. No me giré y hubo un silencio.
—Déjame demostrarte que no eres la única en su lista de conquista—dijo haciendo que lo mirase.
—No vayas a la cena —dije cortante. Archie frunció el ceño y entrecerró los ojos.
—Si, eso no será posible, lo lamento —dijo dándose la vuelta para retirarse pero mi mano tocó la suya casi entrelazando nuestros dedos. Sus finos dedos que tocan el violín. Con esas manos tocó ayer para mí.
—Mi padre llega hoy, estará en la cena—confesé. Archie volvió a mirarme. Sus ojos estuvieron fijos en los míos por segundos. Luego su mirada bajó hasta nuestras manos. Me di cuenta de inmediato y lo solté rápidamente. —Lo siento —.
—No te preocupes, no iré como vagabundo. Prometo hacer que no te conozco —dijo inexpresivo.
—Hace dos años —comencé.
—Lo sé —comentó. El sabía de lo que iba a hablar. Lluvia se lo había contado, pero le había contado todo en realidad?.
—El fue el culpable —. Hasta ahora me daba cuenta. Todo lo que hizo por poder no importando que pasara. —Mi hermano piensa que engaña a mi madre y ahora mi madre está embarazada —solté abrumada dejándolo estupefacto. Todo lo que estaba pasando dentro de las paredes de mi hogar me estaba ahogando. Se me hacía un nudo en la garganta. Sin pensarlo mucho Archie se acercó a mí y me estrechó en sus brazos.
— Iré a la cena —. Archie despegó su cuerpo del mío y salió del salón. Me quedé absorta en mis pensamientos. Y me sentía tan pequeña en esta camisa que me dieron ganas de salir corriendo. Miré todo el salón y vi un carretón. Lo tomé y subí la nevera y las toallas. Era más fácil llevarlo de esa forma. Me propuse que si estaría en el equipo seis meses haría bien mi trabajo. Cuando este tonto castigo terminara los chicos me iban a extrañar. Asentí ante tal pensamiento como si estuviera hablando conmigo misma. Salí al pasillo con el carretón y mi enorme camisa.
—Eso! Esa de la camisa grande es mi amiga —escuché gritar a Lluvia siguiendo los pasos de Sebastián en la mañana. No le preste atención y salí al parque. El sol hizo que cerrara los ojos de inmediato. Caminé hasta detenerme al lado de Cosbo y el me miró de arriba a abajo.
—Creo que si te queda grande —dijo haciéndome sonreír. En ese momento ya ni me importaba cuan grande me quedaba la camisa. —Te gustaría batear?—pregunto. Vi a Archie en la caja de bateo. Se veía tan varonil y atractivo que me dio miedo.
—No—contesté rápido para no dejarlo pensar mucho.
—Archie, sal de la caja. Ela va a batear—gritó el entrenador.
Que vela me tocaba a mí en ese entierro?. Me puse muy nerviosa. Acaso el entrenador quería avergonzarme frente a todos todo el día?. Mis manos comenzaron a sudar y Archie se acercó corriendo hasta nosotros y me colocó el casco.
—No, por favor. Ni siquiera sé agarrar un bate —. Mis piernas temblaban sin control. Yo sabía un poco de empresas, números y negocios pero de béisbol?, nada.
—Anda, te enseño—dijo Archie con una gran sonrisa en los labios.
—No, por favor entrenador. El día llegará pero hoy no —dije con mi voz temblorosa. Archie tomó el casco, lo colocó de nuevo en su cabeza y corrió hasta la caja de bateo.
—Deja de decirme entrenador, solo dime Cosbo —dijo mirando hacia Archie. —No te pedí volver, cinco vueltas al parque al terminar —gritó Cosbo. Archie quedó mirándome por segundos. Miré hacia otro lado.
Mientras los chicos practicaban vi a Megan tomar notas y fotos. Veía como a Maxton le brillaban los ojos cada vez que miraba las curvas de Megan. Me sentí incómoda una vez más. Pensé en mi madre llorando y sufriendo cuando mi padre comenzó a faltarle a la familia. Escuché en mi cabeza a Sebas diciendo "La está engañando" y quise vomitar. Pasaría yo lo mismo con Maxton?. No lo permitiría.—Descanso— gritó Cosbo. Los chicos se acercaron a la nevara de agua y al carretón con las toallas.
—Gracias —dijo Evan tomando una botella de agua. Y así le siguió Rey, Alan, Mike y los demás. Me sentí muy bien. Útil al menos.
Tomé el carretón y lo llevé adentro para rellenar la nevera. Mi rostro estaba caliente y lucía como un tomate. El sol estaba ardiente y probablemente en seis meses terminaría tatuada de rosa. Al salir vi a Archie debajo de una sombra hablando con Megan. Desde una esquina Maxton los miraba. Se notaba que la deseaba. Archie sacó una cajetilla de su mochila y luego un cigarrillo. Lo encendió y pronto estaba exhalando anillos de humo que flotaban hasta desaparecer. Salí con el carretón al parque pero este se encajó. Lo halé pero fue imposible para mí desencajarlo. El viento soplaba y movía graciosamente la enorme camisa que llevaba puesta mientras yo estaba halando el carretón luciendo como un tomate.
—Necesitas ayuda ?—preguntó con voz ronca. Me giré y vi a Archie con el cigarrillo en los labios y sus brazos cruzados.
—Puedo ayudarte también —dijo Megan de pie al lado de Archie. Exudaba finura y delicadeza.
—Gracias —dije mientras los dos se movían para desencajar el carretón. Sus manos se tocaron y las mejillas de Megan se tornaron de color rojo. El viento sopló y voló la gorra que tenía puesta. Mi cabello comenzó a ir en todas las direcciones. Al fin el carretón se desencajó y Megan casi cae pero Archie la atrapó. Tomé el mango del carretón y lo lleve al dugout.
—Hay mucho viento, las prácticas terminan ahora —gritó Cosbo. Comencé a recoger todas las toallas llenas de sudor y las coloqué en una bolsa. Los bates, guantes y pelotas en su lugar. Al fin había terminado la practica. Podría quitarme el uniforme e ir a mi casa. Todos los chicos se fueron. Cuando me di cuenta ya ni Maxton estaba por allí. Sentí como colocaron algo en mi cabeza. Estaba sucia como si me hubiera lanzado a una de las bases. Roja y sudada. Me giré para ver a Archie con su mochila colgando en su espalda. Lo pensé por varios segundos y lo solté.
—Enséñame —dije nerviosa. Archie enarcó una de sus cejas. Quito la mochila de su espalda y me extendió su mano. Igual lo pensé por varios segundos y al final la tomé. El llevó uno de sus dedos hasta sus labios. Fui obediente e hice silencio. Archie me guió hasta un camerino. Comenzaron a escucharse gemidos. Mi corazón se aceleró. Maxton estaba teniendo relaciones con una chica de cabello corto. Le jalaba el cabello suave mientras ella gemía. Solté la mano de Archie y tape mi boca sorprendida. Él me miró y tomó mi mano de nuevo.
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Del odio al amor hay un balcón o un violín?
Подростковая литератураEla y su familia se mudan a una nueva ciudad. Casa nueva, colegio nuevo, vida nueva y muchos problemas. Descubre que su vecino forma parte del equipo de pelota de su nuevo colegio. Su padre ambicioso quiere casarla para hacer negocios. Pero podrá El...