Capitulo 52 ( visita inesperada)

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Al levantarme Archie me tenía ya el desayuno en la cama. Los rayos del sol jugaban una parte increíble en su hermosura en ese momento.

—Como se encuentran mis niñas? —preguntó emocionado.

—Niñas? —pregunté.

—Será una niña —besó mi panza riendo. La realidad era que no importaba que fuese el bebé después de que se mantuviera bien agarradito de mí hasta el final. En el momento que me puse de pie para ir al baño a lavarme la boca el timbre sonó. Archie bajó las escaleras y espero que Jovian abriera.

—Buenos días, busco a mi hija —.

—Disculpa, apenas está levantándose. Si gusta esperar —contestó Jovian. Archie se acercó a la puerta y sonrió.

—Bienvenido nuevamente a mi hogar señor Romiu —dijo el sorprendiendo a mi padre. Le temblaban las piernas de solo escuchar su voz. —A qué debemos su visita? —preguntó.

—Solo vine a visitar a mi esposa y a mi hija. Lamento no avisar, es que llegué a la casa y mi esposa no está —mencionó el.

—Adelante, pase le ofrezco una taza de café —ofreció Archie vestido de pijama. Aún así sembraba terror.

—Como le a ido a mi hija en su negocio?. Dicen que la modelo a echo un excelente trabajo, incluso que la línea de Ela a subido más en ventas —comentó mi padre. Haría cualquier cosa por dejar bien a Alyssa, su princesa. Archie comenzó a reír y negó con la cabeza.

—Señor Romiu no debería usted creer en los rumores circunvecinos —comentó Archie.

—Porque lo dice? —preguntó mi padre.

—Las ventas han subido porque hay una línea nueva. La modelo Alyssa es solo una niña tonta y mimada a la que Ela quiso ayudar —comentó Archie serio e inexpresivo. Mi padre hervía en furia. No esperaba que Archie le comentara algo tan atroz. Para él nosotros no sabíamos que tenía otra familia así que su enojo y todos los comentarios que quería hacer tenía que tragárselos. Pero pronto se caería su careta. Yo con mis propios ojos confirmaría lo que hacen meses Sebastián había dicho y toda la información que se encontraba en el portafolio que Archie le había entregado. Salí del baño y bajé las escaleras. Mi padre me miró y en sus ojos podía ver el desprecio.

—Hija —dijo poniéndose de pie con aparente contentura.

—Estoy embarazada —solté. Sus ojos brillaron de enojo. Antes quería que me casara con Archie porque según él yo era tonta. Era fácilmente influenciada por el. Mis riquezas serían las de el. Pero ahora que veía que había despertado de el letargo en el que me tenía, se arrepentía. Ahora quería que fuese Alyssa y no yo la esposa del señor Bennet.

—Felicidades pequeña —dijo abrazándome. No sentí ningún afecto en el abrazo. No sentía compasión ni tristeza, solo hallaba en mi molestia y rabia. Mi madre era una mujer buena que no merecía todo lo malo que había echo mi padre.

—Estaba pensando padre, irme una semana a tu espacio de negocios. Así podría ver si estás en las condiciones que debería estar mi honorable padre. También podría hacer negocios por esos lugares —comenté incomodándolo.

—Permiso, iré a prepararme o llegaré tarde a la empresa. Señor Romiu una disculpa —dijo Archie para subir las escaleras y perderse por el pasillo.

—Hija, no se si el señor Bennet sea un buen hombre para ti. No me siento cómodo con que estés aquí, temo por ti, tu salud, tu bienestar, tu vida —soltó algo alterado cuando Archie desapareció. No le convenía que el señor Bennet fuera mi marido.

—Tu eras el que quería que me casara con él y lo hice. Tendré a su heredero. Son mías sus ganancias y la empresa será de mi bebé. No era eso lo que querías?—pregunté.

—Si, pero ahora no creo que sea buena idea —dijo molesto.

—A esto se debe tu visita padre?—. El enderezó su espalda y sacó un documento de su maletín. Sentía sus ganas de abofetearme pero no tenía la valentía.

—Esto llegó a mi oficina. Se que el tiene que ver con esto. El abogado de tu madre es amigo de tu querido esposo —comentó mientras me hacía entrega de unos documentos. Tomé los papeles y miré la portada. Era una demanda de divorcio. La demanda de divorcio de mi madre. Lo miré fijamente y suspiré.

—Creo que es lo mejor —solté. Vi como mordió sus labios soportando dolor para no cometer una locura.

—No lo permitiré. Gracias a mi, tu madre es reconocida y su empresa prestigiosa. Gracias a mi ustedes dos están bien y tienen un buen futuro asegurado. Estás casada con el hombre más rico de esta ciudad —dijo mordiéndose de rabia.

—Nunca estás en la casa. Que será de mi hermano cuando nazca y su padre ni siquiera lo reconozca?. Déjala libre, no la ates a tu felicidad porque ella no la comparte —. Me puse de pie y el me tomó del brazo.

—Si no hay motivos para un divorcio el juez no le dará la razón a ella. No firmaré ningún papel y haré que se pudra en una institución psiquiátrica —soltó con más coraje. Me estaba lastimando pero no mostré debilidad.

—Le sugiero que suelte a mi esposa. Si vuelvo a verlo poniéndole un solo dedo encima no se de lo que sería capaz —escuché decir a Archie desde las escaleras. De inmediato mi padre me soltó y bajó la cabeza.

—No fue mi intención señor Bennet, discúlpeme —.

—Fuera —dijo Archie con un rostro sombrío y sus manos en los bolsillos del pantalón de su traje. Solo tenía que esperar un poco más. Solo quería enfrentarlo frente a su nueva familia. Cuando mi padre tocó la manija de la puerta Archie aclaró su garganta. —Es mejor que vuelva a la ciudad en donde está viviendo hoy en la noche. En una semana podrá volver para continuar con la demanda. Si leyó detalladamente los documentos, en ellos hay una fecha. Ese día deberá presentarse en juicio. Procure tener un buen abogado, me temo que no solo perderá una esposa —aseguró con voz ronca. Mi padre tragó saliva y cerró la puerta. La sangre y las venas le hervían. Tenía dolor de cabeza y sudaba frío.

—Viajare mañana hacia su ciudad —dije mirando como se cerraba la puerta.

—Amor—dijo Archie bajando las escaleras por completo. —Estás embarazada. Ni siquiera has ido a tu primer control, no puedes esperar?. Yo iré contigo pero necesitamos saber que el bebé está seguro —. Sus manos acariciaron mis mejillas y mi nuca. Sus labios se hicieron uno con los míos. Luego de un tierno beso Archie acarició mi panza plana.

—Nuestro bebé está bien. Puedo sentirlo. Necesito enfrentarlo antes del juicio. Yo seré el testigo de mi madre, necesito evidencia. Hasta que no lo haga esa parte de mi vida no sanará —dije tranquila. Archie negó con la cabeza. Tenía el cierre de un contrato sumamente importante. Haría negocios con la marca de Bugatti.

—Está bien —dijo apretando los dientes con molestia. —Deja que alguien te acompañe —mencionó. Negué con la cabeza. —Ni sabrás que está allí. Si no es así no podrás viajar a ningún lado lo sabes—dijo caminando a la sala de estar. Sería capaz de hacer que no me dejaran viajar, no tenía otra opción que aceptar.

—Bien, bien. Pero no puede impedir que cumpla con mi misión—comenté. Archie asintió y no dijo nada más. Desayunó y salió a la empresa. En el transcurso del día estuvo llamando y enviando mensajes asegurándose de que todo estuviera bien conmigo y el bebé. Brenda entró a su oficina y le extendió unos documentos para que los firmara. Se colocó justo a su lado y acarició su hombro. Archie lo notó mientras firmaba los documentos. Levantó la vista hacia la puerta y arrebató la mano de Brenda con brusquedad.

—Estás despedida —dijo serio.

—Que?—preguntó ella.

—Recoja sus cosas y váyase. Que sea de inmediato, no me obligue a hacer algunas llamadas para que no obtenga trabajo por el resto de su vida —. Brenda asustada y ya con lágrimas en sus ojos salió por la puerta a recoger sus cosas.

Del odio al amor hay un balcón o un violín?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora