No supe qué decir. El respiró profundo.
—No me importa la edad Ela. No nos hemos casado y ya eres un problema —dijo riendo. Él tenía cara de muchas cosas y yo al parecer de problemas, miedos y traumas.
—Si se da nuestro matrimonio quiero mantenerlo en secreto —. Archie frunció el ceño.
—Su petición será denegada —dijo serio. No quería chismes ni rumores. Prefería mantener algo poco real a la luz de los demás.
—Solo al principio —dije mirando el mar en sus ojos.
—Debido a tu edad, mis padres querrán esperar dos o tres meses al menos. Así que tienes dos o tres meses para mantener las cosas en secreto —dijo sin prestarme atención continuando la marcha. No dije nada porque no quería crear incomodidad. Archie me llevó sana y salva a mi hogar. La motora de Sebas no estaba. Seguramente ahogaba sus penas en algún bar. Archie se bajó siendo él un caballero y abrió mi puerta.
—Descansa. Nos vemos mañana en las prácticas —dijo sonriendo mientras alborotaba mi cabello. Mi cuerpo tembló cuando entré.
—No sé qué harás —escuché gritar a mi padre. —Yo no quiero a ese niño. Es suficiente con los dos que tenemos aquí. Al menos Sebastián en sus andadas a logrado conectar con el éxito. Pero Ela?, ni siquiera serviría para ser esposa de un hombre. Creo que está destinada al fracaso. Que sería de ese niño?—gritaba él en la habitación. En medio de la entrada comencé a vomitar. Sus palabras habían cavado mi tumba más al fondo. Repentinamente salió Nano de la cocina corriendo hacia mi. Miré hacia atrás, la puerta estaba cerrada pero por el cristal se veía la camioneta de Archie. Seguramente escuchando el espectáculo que estaba dando mi padre. De pronto la camioneta se puso en marcha y me dio sentimiento. Quería desaparecer de allí.
—Señorita Ela —dijo Nano cuando se acercó. Lo miré con los ojos llenos de lágrimas y dolor. Nano se llevó un dedo a los labios para que hiciera silencio. —No hago un escándalo, la llevaré a su habitación. Yo limpiaré esto en cuanto termine con usted —dijo tomándome de la mano.
—Nano, quisiera morirme —dije en suaves sollozos.
—Señorita, no diga eso por favor. No haga eco a las palabras de su padre. Usted es una joven brillante. No está destinada al fracaso. Su éxito viene por una puerta muy pequeña. Tenga paciencia —dijo Nano mientras intentaba hacerme una coleta en el cabello. Nano era el mayordomo en nuestra familia hacía mucho tiempo ya. Últimamente casi no lo veía puesto que mi madre los despachaba temprano por qué su depresión la instaba a estar en soledad.
—No sirvo para un hombre —dije sintiendo como me ahogaba. Sentía dolor y por milésima vez Sebas no estaba.
—Eso no es cierto. Y si lo fuera, sirva para usted. No necesita de un hombre para ser una gran mujer. Mire a su madre, todos piensan que su éxito se debe a su padre y se equivocan. Si su padre no hubiera conocido a su madre, este fracasaría en todos los ámbitos de su vida —dijo sonriendo. Nano dio un beso en mi coronilla y salió de la habitación. Entré a la ducha. Testigo de todo mi dolor. Estaba destinada al fracaso. Mi padre no me quería, cuando me iba a dar cuenta de eso?. Salí al balcón a peinar mi cabello. Vestía el hoodie de Archie y caliente me senté en el suelo.
—Te queda mejor que a mí —escuché decir al lado varios segundos después. Lo miré. Andaba en pijama y hoodie. Miré sus manos, traía el violín.
—Escuchaste?—le pregunté con vergüenza. El asintió y deje de mirarlo. Se casaría con una fracasada?, sería la vergüenza de su honorable familia.
—No necesitas de un hombre para ser una gran mujer, sabio consejo no crees?—preguntó pero no lo miré. —Estás lista?—preguntó un poco después.
—Lista para que ?—pregunté mirándolo esta vez. Archie tenía una extraña sonrisa en la cara. Pensé en sus labios, eran carnosos y suaves. Parecía tener buen corazón.
—Para ser una gran mujer al lado de un gran hombre
—contestó. Me quedé mirándolo fijamente a los ojos. Y el ladeó la cabeza con una sonrisa. Con cuidado se sentó en el suelo con el violín en las manos. —Me refiero a mi —mencionó. Mi corazón bajó y subió de nuevo. Sonreí débil.—Te mereces mucho más —dije seria. Pero el corazón lo tenía roto. Quería tirarme del balcón, tenía la sensación de que eso sería lo mejor. Me ahorraría muchos problemas y le ahorraría vergüenza a los que me rodeaban. Miré hacia abajo con calma, podría hacerlo, me atrevería ?. Archie hizo lo mismo.
—Está muy alto. Si te avientas, también me aventaré —lo miré ipso facto. El estaba mirando hacia abajo. En ese momento pensé en Maxton. Su dulzura al principio me cautivó de una manera tierna. Habría fingido todo este tiempo solo para acostarse conmigo?. Mirando a Archie entendí que Maxton no era como el. Tenían personalidades diferentes. Tal vez la madurez o el orgullo de Archie era un poco más elevado.
—No lo haré —Archie me devolvió la mirada. —Ayúdame a investigar a mi padre, prometo hacer lo que tú me pidas —dije con desesperación. Archie se puso derecho en su lugar. —Señor Bennet —mencioné en voz baja.
—Señora Bennet, puede decirme Archie —dijo y pensó por varios segundos. —O mi amor —soltó coqueto. Él comenzó a tocar sutil su violín. —Disfruta —comentó suave. Me dejé llevar por el sonido del violín y gruesas lágrimas de impotencia brotaron tersas. Sentía doler mi alma. Me estaba quemando en la hoguera de la realidad. Pero el sonido del violín era tan hermoso que casi se llevaba todo mi sentir. Bueno y malo. Mi mirada fija en el. Sus manos se movían ágiles y por un momento pensé que quizás casarme con él no sería tan malo.
—Eso fue muy hermoso —mencioné cuando culminó su tocada. Él mordió sus labios nervioso.
—Déjame tocar el violín para ti todos los días —sugirió sonriendo débil. No dije nada, por más lindo que pareciera todo, yo no quería comprometer a mi corazón a un daño mayor. Quería que esto fuera solo una solución de la triste realidad. Sería el escape perfecto de todo lo que no quería volver a pasar. Tragué saliva. En realidad a qué se refería?.
—Archie —mencioné sintiendo como mi garganta sentía el ardor y los raspones de la mención de su nombre.
—Ven a vivir conmigo. Aquí no te faltará nada —dijo convencido. Mi corazón tenía una carrera por todo mi cuerpo. Era tan rápido que ni siquiera sabía por qué parte de mi cuerpo iba. Sorprendida las palabras también echaron una carrera dejándome allí avergonzada, sin habla y sintiéndome tan pequeña. —Todo lo mío será tuyo —.
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Del odio al amor hay un balcón o un violín?
Ficção AdolescenteEla y su familia se mudan a una nueva ciudad. Casa nueva, colegio nuevo, vida nueva y muchos problemas. Descubre que su vecino forma parte del equipo de pelota de su nuevo colegio. Su padre ambicioso quiere casarla para hacer negocios. Pero podrá El...