Sentí pasos detrás de mí cuando llegué a la cocina.
—El los llamó? —pregunté sin girarme. No la escuché y me giré hacia ella. —Pregunté que si él los llamó ? —. Ella asintió con la cabeza.
—Si, te a visto tan triste estas semanas que quería ayudarte. Te escucha llorar en las noches desde que te conoce. Le importas mucho —dijo ella triste.
—No estoy preparada para su indiferencia. Nunca fue así conmigo. No sé si lo soportaría. Además esta es una excelente oportunidad para dejarlo ir —dije intentando no llorar.
—Dejarlo ir? —preguntó con coraje.
—Si —contesté.
—El te dejaría ir? —preguntó. Mis ojos se cristalizaron. No, él no se rendiría.
—Creo que es lo mejor Lluvia, no es fácil —contesté.
—Todo bien? —preguntó. Su voz me dejó sorda.
—Todo bien, creo que Ela necesita ayuda Zev, crees que puedas ayudarla? —preguntó ella mientras lo miraba. Él asintió.
—Claro —contestó. Lluvia camino hasta el comedor y le lanzó una mirada de pena a Archie. Mientras tanto Zev en la cocina no dejaba de mirarme. No lo miré directamente en ningún momento. No quería encontrarme con su fría mirada. Solo quería abrazarlo. Pero fui fuerte.
—Así que —comenzó a decir. Carraspee. Lo miré y lo vi mirando mis pies descalzos.
—Odiabas que caminara descalza —dije suave. Él miró mis ojos rápidamente.
—Que más?—preguntó.
—Te parece si hablamos en otra ocasión? —pregunté tomando platos de comidas en mis manos para llevarlos al comedor. Zev no insistió y me ayudó a llevar el banquete a la mesa.
—Todo esto lo hizo Ela —dijo Archie orgulloso. Todos comimos en silencio. Cuando terminé, limpié mi boca con una servilleta.
—Me disculpo, iré a prepararme. Hoy iré a la oficina —dije de pie. Nadie dijo nada. Había un silencio incómodo en el comedor. La mirada de Zev me escrutaba así que caminé hasta las escaleras y me perdí en el pasillo del segundo piso. Cuando terminé de alistarme respiré profundo y salí de la habitación. En el primer piso se escuchaban sus voces. Parecía como si nada hubiera pasado. Como si todo estuviera bien, normal. Bajé las escaleras y sus miradas se dirigieron a mi.
—No podré llevarte al trabajo, lo siento tengo algo importante que hacer —dijo Archie con desdén.
—Tranquilo entiendo, Gabriel me llevará —dije calmada.
—Yo lo haré —dijo Zev poniéndose de pie. Tragué saliva.
—Tranquilo, no es necesario —dije dándome la vuelta.
—No seas terca, déjame llevarte. Tal vez recuerde algo de camino a tu trabajo —. Me congelé.
—Deja que te lleve —escuché decir a Lluvia. Esta se acercó a mí y me abrazó. —Ela, él también necesita de ti—dijo melancólica. Pero no se refería a Zev.
—Bien —dije sin mirarlos. Quedé pensando por segundos. Apenas acababa de despertar de su coma luego de un accidente aparatoso y estaba aquí ya conduciendo?. Caminé hasta afuera y vi una limusina aparcada en la entrada. Miré hacia atrás. Él tenía sus manos dentro de sus bolsillos.
—Aún no puedo conducir —dijo serio. No era mejor que Gabriel me llevara?. Subí a la limusina y luego el.
—No tenías que molestarte. El chofer de mi madre podía llevarme —dije mirando nerviosa mis manos.
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Del odio al amor hay un balcón o un violín?
Fiksi RemajaEla y su familia se mudan a una nueva ciudad. Casa nueva, colegio nuevo, vida nueva y muchos problemas. Descubre que su vecino forma parte del equipo de pelota de su nuevo colegio. Su padre ambicioso quiere casarla para hacer negocios. Pero podrá El...