Capítulo 33 ( A quien le coqueteaba )

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Sus dedos recorrieron mis mejillas y rozaron con delicadeza mis labios. Con agilidad y delicadeza bajaron la cremallera de mi vestido de novia. Rápidamente se quitó la chaqueta del traje y aflojó su corbata. Presionó sus labios con los míos y nuestras lenguas danzaron con pasión. Desabotoné su camisa y se la quité. Intenté abrir su correa pero mis manos me traicionaron y comenzaron a temblar. El acuno de pronto mis manos y nuestras miradas se encontraron. Agitados y con la respiraciones entrecortadas nos volvimos a besar.

—Tocaré el violín para ti —dijo con calma. Archie pensaba que no podría lograrlo y aún así tuvo paciencia conmigo. Con amor intentó separarse de mí para buscar su violín.

—No —dije haciendo que me mirara. —Ámame esta noche y todas las demás —dije colocando mi mano en su nuca. Archie se despojó de mi vestido dejándome completamente desnuda. Indefensa bajo su cuerpo. Beso mis mejillas y mi nariz. Era la primera vez que me entregaría voluntariamente a alguien. Pensar en el pasado me hacía temblar pero no era Philiph quien estaba ahí, no era el. Era Archie quien me amaría todas las noches de mi vida. Sus labios tocaron mis hombros y bajaron a mis brazos. Mis costillas tenían rastros de pasión que él había dejado. Mi ombligo y mis caderas gritaban su nombre. Mordisqueo con cariño mis muslos y su boca terminó nuevamente en la mía.

—Prometí protegerte y eso haré, si sientes que algo anda mal yo me detendré —dijo suave. Asentí nerviosa. Lo único que habían sentido mis partes íntimas era dolor. Cómo sería esta vez?. Entró en mi y comenzó a moverse un poco más rápido haciéndome temblar pero de placer.

—Ah —. Mis gemidos se mezclaron con la voz gruesa de Archie y llenaron la habitación. Sus manos apretaron mis caderas cuando los dos terminamos. Quedó dentro de mí por un tiempo y luego se tumbó a mi lado. Tiro de mí para que me acostara en su pecho. Había sido una experiencia llena de sentimientos. Minutos más tarde sonó su celular.

—Me pasas el teléfono?—preguntó. Tomé el teléfono y vi el nombre en la pantalla. "Gadea". Quise vomitar pero mantuve la compostura. Le pasé el teléfono, el resopló y se sentó. No me dio explicaciones ni preguntó nada. El no contestó la llamada y a los dos o tres minutos volvió a sonar. Esta vez se puso de pie. —Iré al estudio si necesitas algo me buscas —dijo dejándome sola en la habitación. Me sentí abandonada y asustada. Era esto lo que él buscaba?. Era sexo lo que quería conmigo?. Realmente aún amaba a Gadea?.  Sería posible que estuviera coqueteando con ella al teléfono después de hacerme suya?. Me puse de pie y vi las cajas de regalos en el suelo porque en la intimidad las habíamos tirado.

—Será que solo soy un tape?—pregunté en voz baja para mí. Me acerqué a una de las cajas, la tomé en mis manos y la abrí. Vi en ella unos bellos aretes de perlas. Los acaricié y cerré la pequeña caja. Tomé otra caja y la abrí. En esta había un collar de diamantes color rosa claro. Suspiré y caminé hasta la puerta para alcanzar las maletas. Cuando abrí la puerta ipso facto escuché su risa en alguna habitación de la villa. Como él había dicho seguramente estaba en el estudio. Su maleta no estaba.

—Si lo sé —escuché decir coqueto. Mi corazón se aceleró. Tenía que cerrar la puerta, pero entre las maletas, la puerta y la sábana que tapaba mi cuerpo aún desnudo se me hizo complicado. Mis ojos se cristalizaron cuando volvieron a escuchar su voz. —pequeña, creo que me estoy enamorando —dijo para luego soltar una risa descarada. Entré de prisa a la habitación después de luchar con las maletas.

—Ela, esto era un acuerdo. No seas tonta se fuerte —decía para mí. Tiré con fuerza de las maletas y estas entraron a la habitación tirándome hacia atrás. El ruido hizo eco en la villa que estaba en total silencio. Llegó hasta el estudio porque Archie dejó de hablar. —No, no puede ser —dije viendo todas las maletas tiradas en la entrada.

—Ela, estás bien, pasó algo?—lo escuché gritar desde abajo. Tragué saliva y con ella el taco.

—Estoy bien, sigue en la llamada no te preocupes —dije recomponiéndome de todo lo que en pocos segundos había pasado. Archie en la puerta del estudio frunció el entrecejo.

—No me vuelvas a llamar en lo que queda de la semana. Quiero disfrutar esta estadía —dijo para colgar. Con una toalla en la cintura subió rápidamente las escaleras. Se quedó inmóvil en la entrada mientras yo intentaba tirar de la toalla que se había encajada en la esquina de la puerta para taparme. Sin darme cuenta uno de mis pechos no estaba cubierto y me di cuenta cuando él lo miró. Quise morir en ese momento. Lo tapé rápidamente con mi mano mientras respiraba nerviosa. Sus abdominales bien formados me hacían querer babear. Sus formidables brazos me inspiraban a estar con él una vez más.

—Estoy bien, podías quedarte hablando con Gadea. Solo tuve un inconveniente con las maletas —mencioné poniéndome en pie. Él comenzó a reír como lo que era, un descarado.

—Gadea?—pregunto. —Te pone celosa Gadea?—pregunto esta vez. Era un cínico.

—No somos nada para que me sienta celosa de ella —contesté. Él era un cínico y yo era demasiado tonta. Archie se cruzó de brazos y frunció el entrecejo.

—Somos esposos, se te olvida?. Nos casamos hace un par de horas —dijo serio e inexpresivo.

—Solo es un acuerdo —dije. La cara de Archie se transformó. Y rápidamente se acercó a mí.

—Ya eres mía en todos los sentidos —dijo firme. Su boca atrapó la mía y sus manos tomaron mis piernas haciendo que me agarrara fuerte de su cuello. La sábana quedó entre nuestros cuerpo y fue arrastrada hasta la cama. Me lanzó con suavidad a la cama y jadeé. —Eres y serás mía siempre —dijo quitando su toalla de alrededor de su cintura. Me envistió fuerte haciéndome gemir de placer. Nuestros cuerpos se hicieron uno y al terminar me abrazó.

—La amas?—pregunte. Sabía que no era buen momento. Pero el coqueteo que había escuchado en el estudio me dio un escalofrío en la espalda y me hizo sentir estúpida. Aunque esto era un tonto acuerdo Archie me gustaba con todos mis sentidos. Quería que fuese real y que me llegase a amar. Contrato o no merecía respeto. No quería ser la tonta que se llevara los cuernos. A la que todos vieran como a la que no querían, la que no era suficiente y su esposo tenía que buscar en otro lado. No quería ser esa.

—Porque lo preguntas?—. Me senté en la cama para mirarlo.

—Porque no contestas?—pregunte. Si fuera otro el caso Archie de inmediato hubiera respondido "No". Respiró profundo y se sentó.

—No—contestó luego de varios segundos. Mire hacia abajo y mordí mi labio.

—Te enamoraste de ella?—pregunte esta vez.

—Si—contestó de inmediato dejando a mi corazón latiendo lento.

—Porque no te casaste con ella?—pregunte.

—Porque de pronto tanto interés en Gadea?—pregunto.

—Tu lo dijiste. Somos esposos ahora y vi que te llamó, es mi derecho saber. Eso por si tenemos que cambiar nuestro contrato—dije firme. El frunció el ceño.

—Cambiar el contrato?—preguntó confundido.

—Poner fecha de caducidad a el matrimonio —solté sin rodeos.

—Deja de decir tonterías. Yo decidí casarme contigo. Me gustas Ela —dijo acariciando mi mejilla derecha. Su tacto me quemaba. A quien le coqueteaba hacía un rato?. Decidí no darle importancia a esas tonterías como decía el.

Del odio al amor hay un balcón o un violín?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora