—Jaja, creo que te golpeaste la cabeza —dije bromeando. Él entre cerró los ojos lo que provocó que me sintiera incómoda.
—Pues si, tuve un accidente —dijo brusco. Pensé que aún estaba molesto y eso me daba tristeza. Solíamos bromear mucho y hacernos preguntas tontas. Así que hice la pregunta que siempre nos hacíamos si estábamos molestos.
—Ya no estás enamorado de mí? —pregunté suave y triste. Zev se sentó con la espalda derecha y me miró.
—Lo siento, no sé quién eres. Tengo novia lo lamento —dijo y mi corazón se aceleró de tal manera que sentía que se me saldría en cualquiera momento.
—Ya, sé que estás molesto conmigo y que fui dura contigo pero no tienes que fingir que no me conoces. Solo di que ya no quieres nuestra amistad —dije comenzando a molestarme.
—Soy un hombre de valores, porque andaría mintiéndole a una niña que no conozco? —. Todo de mí se quebró. Realmente no me reconocía.
—Que dices? —pregunte.
—Oye creo que te estás equivocando —mencionó el. Equivocándome?, él era mi mejor amigo. Cómo podía acordarse de Lluvia y no de mí?.
—Realmente no sabes quién soy? —pregunté. El negó con la cabeza. Sentí mi cuerpo arder. Estaba apunto del llanto. Salí de inmediato de la habitación y comencé a llorar fuerte.
—Amor, qué pasó? —preguntó Archie preocupado cuando me vio.
—Ela querida —mencionó la madre de Zev.
—El, no me reconoció —confesé. Ella abrió los ojos grandes.
—Como es eso posible, si a todos nosotros nos reconoció cuando los mencioné —dijo ella.
—Es mi mejor amigo, sé cuando miente y no estaba mintiendo —dije con ganas de morir. Mi mejor amigo, mi héroe. El que una vez me salvó hoy me había dado muerte. Fue duro.
—Vámonos, necesitas descansar —dijo Archie dándome un beso en la frente. Arrastrando los pies me subí a la camioneta.
Estaba perdida, sentida y molesta. Haría cualquier cosa por coraje. Incluso buscar a mi padre con su nueva familia o matar a Philiph. Llegamos a la casa, antes de bajarme quedé pensativa con la frente posada en el cristal. La mano grande y varonil de Archie me tocaron el muslo y una corriente de deseo pasó por mi espalda. Esa corriente hizo que de inmediato lo mirara. Sus ojos azules estaban clavados en mi muslo. Comenzó a acariciarlo con cariño. Tenía tantas emociones encima que estaba abrumada. Su tacto era como el licor. Embriagaban a cualquiera. Habían pasado tantas cosas desde que lo conocí. Su mirada me encontró y devoró todo lo que sentía. Su mano detrás de mi nuca hizo que nuestros labios se juntaran. Con un poco de dificultad Archie me levantó y me sentó en su regazo. Sus labios eran deliciosos. Sus manos recorrieron mi espalda y mis piernas.
—Te haré mía aquí —dijo echando el asiento hacia atrás. Con todos sus autos de testigos, Archie me acostó de espaldas a él en el asiento del conductor. Bajó mis pantalones y desabrochó su correa. Cuando lo sentí entrar gemí. Su voz masculina se apoderó de todos mis sentidos. Con fuerza me tomó tirando de mi cabello hacia atrás. —No importa quién se interponga entre nosotros, desde el día que aceptaste ser mi esposa eres mía y de nadie más —decía con palabras ahogadas. Terminó y se tumbó encima de mí sin descargar todo su peso.
—Señor Bennet, señora Bennet bienvenidos —dijo Jovian cuando nos abrió la puerta principal.
—Leche tibia y café por favor —dijo Archie.
—Podría bañarme antes?—pregunte. Él soltó una risita.
—Sabes que no tienes que pedirme permiso para eso verdad?. Tomate la leche primero y luego te bañas. Necesitas descansar —dijo consumido por algo en su celular. Asentí aunque él no me estaba mirando. Estaba preocupada por la situación con Zev. Me era de mucha tristeza saber que mi mejor amigo no se acordaba de mí. —Es momentáneo, no te preocupes por eso. A largo plazo vendrá su memoria por completo —comentó sin mirarme. Yo no quería que fuera a largo plazo. Quería que me recordara ya.
—Es fácil para ti decirlo —dije brusca. Él dejó de mirar su teléfono y me miró.
—Quieres pelear?—preguntó mirándome. No habían pasado ni veinte minutos cuando sus ojos querían devorarme de nuevo. Se mordió los labios y cruzó los brazos.
—No —dije tranquila. Jovian llegó con el café y la leche tibia.
—En una semana nos reuniremos con Alyssa y su asistente, estás lista ?—pregunto. Escuchar su nombre me dio mucho coraje. Todo lo malo que me pasaba desde que me había mudado era culpa de mi padre.
—Más que lista —dije apretando la taza de leche tibia.
—Si estás molesta puedes desquitarte conmigo—dijo guiñándome el ojo. Comenzó a hacer calor y tragué saliva. Archie era muy caliente y estaba segura que querría estar todo el tiempo teniendo sexo conmigo. Nuevamente la noche nos arropó en la pasión de dos cuerpos deseosos. Nuestras respiraciones se mezclaron al igual que nuestros gemidos. Al cabo de un rato me quedé dormida en sus brazos. Desperté y me encontré enrollada en los brazos del mejor hombre que en mi vida habría conocido. Me acurruqué más en su pecho haciendo que se moviera un poco.
—Estás despierto? —pregunté.
—Mjm —contestó y sonreí.
—Que tal si te preparo el desayuno yo?—pregunté. Archie me abrazó más fuerte.
—Eso me encantaría —dijo besando mi coronilla. Intenté salir de su agarre pero no pude. Reí.
—Si no me sueltas no podré bajar a la cocina —dije suave. Él se quejó pero al final me soltó. Bajé y comencé a preparar un banquete. Huevos, tostadas, panqueques, café y otras cositas. Hice suficiente como para que los sirvientes de la casa también comieran. El timbre sonó y Jovian se acercó para ver quién era. Era muy temprano para visitas. Y pensé en Mireyni. Apague la estufa y salí a su encuentro. Se le había dicho que no volviera. Descalza me apresuré hasta la sala de estar. Mi corazón se detuvo y me escondí detrás de una de las columnas de la casa. Respiré profundo y cerré los ojos. Casi me quedaba sin aire.
—Amor, que haces aquí escondida?—dijo Archie haciéndome saltar del susto. Señale a la sala de estar. El se asomo y escuché a la otra persona.
—Hey amigo —dijo su voz ronca y me armé de valor y me paré justo al lado de Archie. Su cara se ensombreció y su sonrisa se perdió.
—Tu —dijo señalándome.
—Zev —mencioné. Mi corazón volvió a latir a toda prisa. Lluvia a su lado parecía un poco triste.
—Vives aquí también ?—preguntó el.
—Es mi esposa —dijo Archie sonriendo. Estaba contento de que estuvieran aquí. Y algo me decía que él los había invitado.
—Mm, raro —mencionó Zev. Me puse nerviosa.
—Porque? —preguntó Archie riendo mientras lo abrazaba y daba palmaditas en su espalda.
—Ella preguntó que si ya no estaba enamorada de ella —confesó el. Archie me miró y lo volvió a mirar. Moría de vergüenza. Eso me había dejado muy apenada.
—Son mejores amigos, eso es lo que se preguntan cada vez que están molestos —comentó Archie con desdén caminando hacia el comedor. Zev me miró y rápidamente volví a la cocina.
—Que dijiste?—preguntó el. Archie lo miro desconcertado.
—No te lo dijo?. Ustedes son inseparables —comentó sin mirarlo.
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Del odio al amor hay un balcón o un violín?
Fiksi RemajaEla y su familia se mudan a una nueva ciudad. Casa nueva, colegio nuevo, vida nueva y muchos problemas. Descubre que su vecino forma parte del equipo de pelota de su nuevo colegio. Su padre ambicioso quiere casarla para hacer negocios. Pero podrá El...