Capítulo 54 ( Del odio al amor hay un balcon o un violin )

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El chico quedó mirándome por un rato y miró a mi padre. Estaba sorprendido más no parecía arrepentido. Mi padre todo el tiempo supo quienes habían sido. El limpió el caso. Su hijo estaba envuelto en el problema y por eso ninguno de ellos permaneció en la cárcel. Mi padre se había encargado de todo. No importando lo afectada que estuviera, ni siquiera que casi moría allí. Cómo podía el defender algo así?. Mis ojos se llenaron rápidamente de lágrimas. Ese era el verdadero Benjamin. Salí corriendo por la puerta principal pero al salir Jonnell me tomó de la mano bruscamente y me arrinconó en la pared del jardín delantero. Automáticamente cerré los ojos con terror mientras mi cuerpo vibraba desde el cuero cabelludo hasta las uñas de los pies. Sería capaz de violarme de nuevo?. Escuché halar un gatillo y muchos recuerdos llegaron a él como en cámara lenta.

—No creo que quieras hacerle daño a mi mejor amiga —. Su voz suave me tranquilizó, el otra vez me salvaría. Aún así mis ojos no se abrieron.

—Tu no lo harías —escuché a mi padre desafiarlo. Y nuevamente escuché un gatillo.

—Quien se lo impedirá? —preguntó una voz conocida. Abrí los ojos de inmediato. Zev apuntaba una pistola en la cabeza de Jonnell mientras Archie le apuntaba la cabeza a mi padre. Sus ojos estaban de un azul muy intenso.

—Me matarías? —preguntó sarcástico.

—Le dije que por Ela haría cualquier cosa. No importa quién se interponga. Si tengo que ir a la cárcel por ella no lo dudaré —. Mi corazón latía a millón por hora. Estaba a punto del desmayo y era consiente de que nada de esto era bueno para mi bebé.

—Hey, que está pasando aquí?. Llamaré a la policía —amenazo Julia. Archie comenzó a reír y la miró fijamente a los ojos.

—Llámelos, así será más fácil divorciarlo de mi suegra —dijo volviendo a su sombría expresión.

—Que?—preguntó ella desconcertada.

—Lleva casado más de veintiséis años. Tiene dos hijos de ese matrimonio y viene un tercero en camino. Veo que no pierde el tiempo—dijo señalando la panza de Julia. —Esta casa le pertenece a mi suegra, aquí creció mi esposa —comentó Archie.

—No puede ser —dijo ella bastante incrédula. Archie me vio llorar. Me bebí miles de lágrimas.

—Ese es su hijo? —preguntó Archie señalando a Jonnell. Ella asintió. Antes de que Archie articulara alguna palabra, Zev comenzó a hablar.

—El tocó a su propia hermana sin respeto. El, junto a otros malditos la golpearon, rompieron sus costillas y su tabique. A vivido con miedo desde entonces. Casi la matan, no merece vivir —gritó lanzando la pistola al suelo.

Zev propinó un puñetazo en la quijada de Jonnell haciendo que este cayera hacia atrás. Mis manos taparon mis oídos y mis lágrimas no paraban de bajar. De nuevo era la niña con miedos, a la que le temblaban las piernas. Era esa niña que parecía nunca superar ese trauma que la seguía y seguiría el resto de su vida. Mi padre se acercó para ayudar a su hijo pero alguien lo derribó. Era su favorito, el heredero de todo lo que poseía. Era el hijo pródigo, el primogénito.

—Sebastián —mencionó mi padre estupefacto. No quería que por nada del mundo su adorado hijo se enterara de todas las fechorías que había echo. Quería seguir siendo su héroe, la persona que más admirara. Lo que él no sabía era que Sebas había perdido el amor y el respeto por el hacía bastante tiempo. Mientras Zev a lagrima viva golpeaba a Jonnell, el coraje de Sebastián lo cegaba y este golpeaba a nuestro padre sin parar. Se escucharon unas sirenas de policías y me desmayé.

—Señor no puede pasar aún —escuché a un hombre a lo lejos. Abrí de a poco los ojos y me encontré en una habitación de hospital. De inmediato mis manos se posaron en mi panza.

—Necesito saber cómo está mi esposa —escuché gritar a Archie. De inmediato me puse en pie pero el mareo no me dejó avanzar.

—Archie —dije intentando levantar la voz pero mi garganta estaba seca. La puerta se abrió y el entró corriendo. Me abrazó fuerte y besó mi coronilla. —El bebé —dije asustada.

—Tranquila amor, todo está bien. Nuestro bebé está bien —dijo sonriendo y besó mi boca. —Ahora vamos te sacaré de aquí —.

—No puedes, hasta que le den el alta —dijo una voz conocida. Miré a la puerta y vi a Zev un poco golpeado y junto a él Sebas.

—Zev aún estás enamorado?—pregunté. El comenzó a reír y se acercó.

—Si—dijo abrazándome.

—Al fin —dijo Archie despeinando su cabello. Zev ya recordaba todo. Me recordaba. Despegue mi cuerpo de el suyo y abracé a Sebas.

—Estás a salvo, ya firme el alta. Nos vamos —dijo suave. Me abrazaba como si no quisiera soltarme. Llegamos al aeropuerto y todos subimos a la Lincoln de Archie.

Serían unos meses de juicios extensos pero luego de unas semanas mi madre pudo divorciarse. Lloró por noches porque sentía que la oscuridad la invadía. Su panza ya estaba muy grande y faltaba poco para que diera a luz. Estaba cansada y sentía que su completa felicidad estaba lejos. Aún así, Marcos siempre estuvo a su lado. Nunca la dejó sola, la consentía, respetaba, cuidaba y amaba de la mejor manera posible. Luego del divorcio mi madre pudo respirar libre. Le fue devuelta su casa, por la que tanto sacrificó. Decidió venderla y dividir la ganancia en tres proyectos y una empresa. Zev tenía un proyecto importante y mi madre no lo dudó ni un segundo. El proyecto de Archie tenía nueva madrina y anfitriona a punto de una vida de madre caóticamente hermosa. Este proyecto en unos años pasaría a manos de Edar mi hermano menor. Mi madre también invirtió en mi proyecto para crear una línea de productos para la maternidad y la mayor inversión fue en la nueva empresa de Sebas. Todo en nuestras vidas parecía mejorar. Mi caso fue reabierto, aún no lograban encontrar a dos de los hombres que abusaron de mi. Pero los principales estaban a punto de ser sentenciados. Mi padre, Phillip y Jonnell tenían cargos por robo, asesinato y violación.

—Será la princesa de papá. Nunca le faltará nada y a ti tampoco —dijo Archie cuando la ginecóloga nos revelo el sexo del bebé al nacer. Movía sus manitas como si quisiera agarrar algo.

—Me robarás su cariño —dije bromeando. Archie rio sabiendo que era la verdad. Esa niña vería luces por el como el las vería por ella.

—Jamás pensé que aquel balcón o aquel violín me darían una familia. Si lo hubiera sabido tocaba el violín la primera vez que te vi —dijo sonriendo.

—Te odie tanto —reí. —Pero ahora pregunto yo, del odio al amor solo hay un balcón o un violín? —.

Fin

Del odio al amor hay un balcón o un violín?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora