Capítulo 32

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Estaba de nuevo en el paddock esta vez es silverstone, desde lo ultimo que me había dicho Max hace dos semanas lo estaba evitando lo más posible, si no fuera por el apoyo de Sergio estaría hecha bolita sin salir del motorhome.

La carrera transcurrió con normalidad, algunos choques con los muros, mentadas de madre de Yuki, Ocon chocando a Pierre, lo inusual fue Max terminando en P2 adelantado por checo.

Celebre demasiado el podio de Checo, últimamente estábamos siendo muy unidos y me alegraba verlo ganar aunque, era inusual ver a Max en segundo lugar.

Me puse linda, me arregle y me puse un vestido, estaba dispuesta a salir hoy, Checo y el equipo me habían invitado a celebrar el 1-2, pero no accedí, buscaba algo tranquilo.

¿Carlos? - pregunte al ver de espaldas sentado en la barra a un hombre cabizbajo con su misma silueta.

¿Horner? - dijo sorprendido - siéntate.

Tome asiento a lado de él y me pidió un trago.

¿Por qué estás tan triste? - pregunte - tuviste un gran rendimiento hoy y varios adelantamientos que te dejaron en P3.

No sabía que te fijabas tanto en mi - dijo Carlos con una sonricita. - Termine con Becca

Lo siento - dije ante su abrupta confesión.

No me tiene así el hecho de haber terminado - dijo he hizo una pequeña pausa - Aveces no siento nada, ella era muy guapa, pero nunca sentía nada.

Antes de que pudiera decir algo me interrumpió con una pregunta.

¿Que pasó contigo y con Max? - pregunto.

Ojalá supiera - dije pidiendo otro trago - Dijo que era una distracción para su careras, pero literal semana antes juro que al contrario y hasta quería formalizar.

Que excusa tan banal - dijo negando con la cabeza - No sabía que te hospedabas aquí.

No lo hago - dije agradeciendo internamente que hubiera cambiado el tema - Rstoy en un hotel a unas cuadras, pero no quería encontrarme a Max en el bar, tengo la impresión de que él no está en el antro celebrando con Checo.

Risas y palabras después Carlos y yo estábamos haciendo el ridículo cantando una canción de Britney para todo el bar en el karaoke.

Eres muy divertida - dijo Sainz cuando estábamos en el lobby acercándose peligrosamente a mi.

El olor a licor proveniente de Sainz combinado con su colonia no me desagradaba, de hecho me volvía loca, o solo estaba muy ebria.

Sabes - dijo tomando un mechón de mi cabello - yo podría hacer que olvides tu corazón roto un rato.

Reí nublada por el alcohol - y yo podría hacerte sentir algo.

Ambos caminamos tambaleándonos hasta la habitación de Sainz entre risas, no estábamos haciendo nada malo, los dos estábamos ebrios por igual, el ya no tenía novia, y yo ya no tenía nada con Max. Ese último pensamiento me dolió más de lo que esperaba.

En cuando Sainz cerró la puerta me abalancé sobre su boca.

El sabor a licor en tu boca es jodidamente adictivo y peligroso. - dije susurrándole al oído para después volver a besar su boca.

Sainz me tomo por la cintura y me aventó sin lastimarme contra la puerta, con sus grandes manos recorrió todo mi cuerpo para después desabrochar mi vestido dejándome en mi ropa interior, Sainz se puso de rodillas ante mi y las piernas me temblaron al ver eso, con su mano recorrió mi ropa interior y empezó a dar besos en el interior de mis muslos para después llegar a mi parte íntima.

Dios - exclamó Sainz separándose para mirarme fijamente a los ojos mientras se relamía los labios - Tara.

Bajo mis pantis por fin y separo un poco más piernas, aprecio mi intimidad unos segundos y desde el suelo volvió a fijar su mirada en mis ojos para después murmurar - perfecta, estas perfecta.

Note que él perfecta no me lo decía a mi, era para él mismo, maravillado por todo aquello que estaba sucediendo y la verdad yo estaba más maravillada.

Con una mano presiono mi vientre hacia la puerta mientras su lengua me hacía temblar casi llegando al extasis, mis gemidos eran audibles a cualquier persona que pasara por el pasillo pero ni a él ni a mi nos importaban.

¿Está todo bien? - pregunto Sainz al ver que lo tome suavemente de la cabeza para separarlo de entre mis piernas.

Quiero hacerte sentir que estás respirando - dije.

Sainz se puso de pie y me acerqué para quitarle la camisa y sus jeans junto con su ropa interior, lo llevé a la cama acostándolo bocarriba, tome su grande miembro entre mis manos y empecé a masajearlo para después llevármelo a la boca.

Eres impresionante - dijo Sainz entre jadeos.

Él me tenia tomada por la cabeza controlando la rapidez de mis movimientos, se detuvo levantando mi rostros y me puso sobre el.

¿Puedo? - pregunto poniendo su miembro en mi entrada.

Si - dije gimiendo mientras sentía como palpitaba todo mi cuerpo por las ganas de tenerlo adentro.

El español me tomó de la cadera controlando los movimientos, me jalo del cuello para que me acercara a él mientras me seguí moviendo sobre su miembro.

Sainz - dije agitada teniendo su rostro muy cerca de mi.

Horner - contesto con una sonrisa y junto nuestros labios.

Cada embestida se volvía más ruda pero no por eso menos delicada, los escalofríos iban desde la parte baja de mi abdomen hasta la punta de los dedos de mis pies, era imposible no dejarme llevar con este hombre.

El brillo en tus ojos | Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora