Capitulo 23

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"Hoy llego a Keynes" decía el mensaje de Max.

"He extrañado verte estos últimos días" mi corazón palpito rápidamente al leer ese segundo mensaje.

"Yo no te he extrañado, me avisas cuando llegues" respondí mientras me sonría y me mordía los labios.

¿Todo bien? - pregunto mi tío - ¿Con quien hablas?

Solo veo TikTok - respondí sentada en un sillón de la oficina de mi tío. Estos últimos días había estado en Keynes acompañado a mi tío y ayudándolo con pápelos, renovaciones y esas cosas. Y Max se había ido a visitar a su mamá y familia.

Aquí espérame - dijo mi tío plantando un beso en mi mejilla - Cualquier cosa que necesites dile a Eli mi secretaría.

Gracias - dije viendo cómo mi tío cerraba la puerta de su oficina y se alejaba para irse una aburrida junta.

Aproveche la ausencia de este para husmear un poco y vi una foto de él, mi padre con ropa casual, mi madre quien abrazaba con una sonrisa efusiva a mi padre y yo cuando era pequeña con un trajecito de kart, recordaba ese día a la perfección.

No puedo creerlo - dije al borde del llanto. - Soy terrible en esto.
Claro que no, el éxito no se mide en cuantas veces chocas un monoplaza, si no en cuantas veces aceptas ese pequeño error que tuviste para seguir adelante y dar una mejor vuelta en la próxima carrera - dijo mi padre.

Aveces quisiera ser como tu - dije un poco más animada.

Serás mejor, mucho mejor - dijo mi padre y me dio un abrazo para después susurrarme al oído - los obstáculos son solo oportunidades disfrazadas y cada vuelta perdida te ayudará a ganar una próxima carrera.

Sonreí al recordar aquel momento mientras tenía la foto en mis manos, estaba tan sumida en esos perfectos recuerdos que no escuché cuando abrieron la puerta y únicamente sentí un apretón en mi cintura.

¿Que carajos? - me voltee no si antes aventar un codazo a la persona que me abrazaba por atrás.

Ouch - escuche un quejido que se me hacía muy similar.

MAX - exclamé eufórica viendo al neerlandés con ojos claros y me abalancé a abrazarlo.

No se como pudiste pasar de meterme tremendo codazo a abrazarme en cuestión de segundos pero me encanto - dijo y yo reí. - ¿Y tu tío?

Fue a una reunión, me ordenó que lo esperara aquí - dije.

A mi me dijo que quería habas conmigo algo del contrato ¿Te molesta si te hago compañía? - pregunto y yo negué.

Max y yo nos sentamos lado a lado en el sillón y empezó a contarme cómo estuvo si visita a su familia.

Entonces mi tía tomó la copa y te tiro en vino encima a su esposo - decía Max mientras yo lo escuchaba genuinamente y hacía contacto visual - de ahí se desató un pleito gigante y todo porque...

¿Por qué? - pregunto ante el remo etino silencio de Max, que duró unos largos segundos - ¿Por que te detienes?

No puedo concentrarme por que en lo único que pienso en esto - dijo Max y sorpresivamente me tomo por la barbilla para conectar sus labios y los míos en un sentimiento de nostalgia por estos días que no habíamos estado juntos.

Un beso que rápidamente escalo a algo más prendido y sensual, a algo que hizo que las manos se Max recorrieran mi cuerpo y mi parte Fermina a palpitara de deseo. Yo sabia a donde iba a llevar esto, así que sin perder el tiempo rompí el beso para ponerle seguro a la puerta de la oficina.

Sentí más manos de Max pasar por mi espalda hasta llega a mi cintura, me volteo para quedar frente a él y empezó a besarme bruscamente, entre besos me llevo hasta el escritorio de mi tío y me sentí en el, levanto mi vestido y recorrió un poco mis bragas con sus manos.

Estas mojadisima - dijo y antes de que yo pudiera contestar algo empezó a besar mi entrepierna acercándose cada ves más a mi parte íntima.

Solté un gemido, fue lo único que salió de mi al sentir la lengua de Max dentro de mi - maldición- dije y tomé a Max por su cabello para que intensificara su técnica.

Sabes jodidamente bien - dijo con su cara empapada en mis fluidos. Rápidamente se bajó el pantalón y los bóxers, tomó mi mano y la puso sobre su miembro - quiero quedar veas lo dura que se pone por ti.

Ver la polla de Max crecer en mi mano se sentía tan bien, lo deseaba tanto, me baje del escritorio y rodee su polla con mi boca succionando la puntita y pasando mi lengua por todo el tronco de su polla.

Eres extraordinaria - dijo Max entre gemidos, me levanto del cuello y me puso dándole la espalda recargándome en el escritorio, me bajo las bragas, sentía el pene de Max palpitante en mi entrada y no pude hacer más que rogar.

Por favor Max - dije y el neerlandés dio un brusco empujón con su cadera dejando su polla dentro mío, embestida tras embestida me hacían maldecir el nombre de Max mientras el gruñía mi nombre.

Mis piernas temblaban y cada vez los movientes rápidos de max se hacían más lentos pero profundos, sentía todo el placer acumulado en mi vientre, Max dio sus últimas embestidas en las cuales ambos liberamos el deseo que sentíamos uno del otro.



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El brillo en tus ojos | Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora