Capitulo 26

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Contesta eso o apágalo - dijo Max gruñendo.

Abrí un poco los ojos para ver al Neerlandés abrazado a mi, busque con mis manos mi celular sin moverme mucho, tenía una llamada entrante de mi tío, pero puse el celular en silencio y dormí abrazada de Max un rato mas.

Pedí el desayuno - dijo Max plantando un beso en mi frente, me resisti a despertar pero el olor a los wafles hicieron que abriera los ojos de inmediato.

Huele delicioso - dije parándome de la cama únicamente con una camiseta de Max encima.

Note como los ojos de Max inspeccionaban cada parte de mi, mi cabello despeinado, mi rostro sin maquillaje, mi cuello marcado por sus chupetones, mis piernas. Amaba esa mirada, amaba cada mirada que Max me dedicaba.

Tome tu cargador, espero no te moleste, mi celular murió anoche - dijo y yo negué.

No te preocupes- dije acercándome para echarle un vistazo a los wafles - mi tío me llamó hace rato, tal vez deba regresarle la llamada.

Tal vez - dijo Max acercándose a mi - tal vez puedas hacerlo después de desayunar.

Max aprovechó la cercanía para juntar nuestros labios en un cálido y sexy beso, me tomó de la cintura y de un movimiento me subió a la mesa, mis piernas temblaron al sentir la cercanía de la mano de Max en mi entrepierna.

Subió su camisa y se puso de rodillas mirándome y eso me encantó, verlo de rodillas con los ojos brillosos en lujuria antes de que su boca se encontrara con mi intimidad se detuvo unos segundos.

No hay nada mejor que tu sabor - dijo para ahora si unir su boca con mi intimidad.

Solté un gemido desesperado, solté varios, uno tras otro, mientras sentía como la lengua de Max jugaba en mi interior.

¿Te gusta? - pregunto y yo no pude más que gemir como respuesta.

Sentía como todo aquello quemaba mis entrañas y el fuego era apagado por una ola de placer que hacía mi piel ponerse chinita, mi espalda arquearse y mis piernas temblar. Veía cómo Max saboreaba cada gota de mi orgasmo y me encantaba verlo ser tan guarro.

Quiero que pruebes esto que me encanta. - dijo para levantarse y darme un beso profundo.

Desayunamos plácidamente hablando de recuerdos compartidos y momentos donde nos hubiera gustado que estuviera el otro.

No puede ser - dije revisando en celular - tengo 23 llamadas perdidas de mi tío.

Antes de que Max pudiera contestar algo le regrese la llamada a mi tío.

¿Donde carajos estas Tara? - gritó mi tío a través del teléfono.

En mi casa - mentí pero mi tío ya lo sabia.

Lo último que necesito ahorita es que me mientas de esta manera - dijo mi tío y yo titubeé, nunca lo había escuchado tan enojado - Ve el maldito link que te mande.

Abrí los mensajes de mi tío y le di click al link sin colgar la llamada, me quede estupefacta unos segundos la leer la noticia y me di la espalda para mirar a Max.

Max - dije de manera apenas audible.

Ya lo vi - dijo aún más consternado que yo mirando también su teléfono.

Ya lo escuché  - dijo mi tío por teléfono - los quiero en mí oficina ¡ahora!

El brillo en tus ojos | Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora