Capitulo 37

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No me había presentado a las últimas dos carreras y me desaparecí por completo en lo que iba del parón de verano, la única que sabía un poco de mi existencia era mi madre.

No salía de mi cuarto para nada, como si me fuera a encontrar a alguien que quiera hacer preguntas en el corto camino a la cocina.

Casi no comía y estaba acostada todo el día, no tenía ánimos ni ganas. Cada día asimilaba más todo aquello que había pasado, la gente estaba convencida de que en vez de llegar a ayudar llegué más bien a poner de cabeza a las escuderías.

Nunca me había importando lo que la gente pensara, pero esta vez eran miles de personas dando su opinión de mi vida a través de un teléfono, como si tuvieran mínima idea de lo que había pasado.

Tara tenemos que hablar - dijo mi tío detrás de la puerta de mi habitación, lo cual me sorprendió un poco, no me había hablado en todo este mes, de seguro estaba enojadísimo y no lo culpaba.

No quiero hablar - dije pero mi tío hizo caso omiso y entró a mi habitación junto con mi madre.

Te estás dejando consumir por algo que no vas a resolver si no lo enfrentas - dijo mi madre.

Todo está muy mal - repliqué - prefiero que todo me consuma, no me quejaría si la tierra me tragaba y no me escupía nunca más.

No puedes seguir escondiéndote - agregó mi tío - tiene que salir, comer, hablar con alguien que te escuche y después enfrentar todo esto.

Llore. Llore porque sabía que cada palabra de mi tío salía de su boca con mucha razón. Llore porque estaba cansada. Llore porque por más que soñara la tierra nunca me iba a tragar y yo tenía que enfrentar las cosas.

Solo te pido un paso a la vez Tara - dijo mi tío poniendo su mano en mi espalda. - inténtalo - dijo y yo asentí.

¿Te quedarás a cenar? - pregunté.

Tengo a otro casi hijo que animar - dijo mi tío y yo sabía que se refería a Max.

¿Cómo está el? - pregunté.

Hecho pedazos - dijo y plantó un beso en mi frente para después salir de mi habitación. Recordé todos aquellos mensajes diarios que me llegaban de Max que yo no había respondido, realmente no le había respondido a nadie.

Por primera en casi un mes y medio bajé a tener una comida decente, sentada en la mesa con mi madre y aunque mi apetito no pudo con todo el plato, ella y yo tuvimos una placentera plática recordando momentos con mi padre.

Los días siguiente me forcé a tener una rutina, salía a pasear a los perros todos los días, comía comida decente y hasta le contestaba los mensajes a Carola.

Durante todo lo que quedaba de aquel parón de verano, mientras todos los involucrados con el deporte seguían yo estaba extremadamente concentrada en mi.

No había puesto mucha  atención a las banales noticias acerca de la F1 pero esta vez una llamó mi atención.

<< Max Verstappen se retirará lo que queda de esta temporada del deporte automovilístico por problemas personales>>

Me ahogué con mi propia saliva al ver aquel titular, podía ser algo totalmente amarillista sacado de contexto, claro que era lo más obvio, Max nunca haría algo así.

Le mandé un mensaje a Carola preguntando sobre aquello y me dijo que le preguntaría a checo. Yo espere impacientemente, cada segundo se sentía una hora y cada hora un día entero.

<< Al parecer es cierto >>

Al recibir aquel mensaje de Carola lo medité unos días, aunque la decisión estaba tomada.

El brillo en tus ojos | Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora