Reborn At Boot Camp: General Don't Mess Around!

Capítulo 68: Ye Jian en su primera batalla

La doctora Zhou todavía no se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Pero en lo más profundo de su mente, empezó a sentirse inquieta.

Detrás de ella, Liao Youde se detuvo y se metió las dos manos en los bolsillos, como si estuviera buscando algo.

Después de hurgar en sus bolsillos, su rostro se puso pálido. Le susurró algo a un hombre que lo seguía y luego se dio la vuelta y se dirigió al centro de salud pública.

—Vamos, tía. —Dijo Ye Jian, con una sutil sonrisa en su rostro. Con los ojos negros como boca del lobo mirando hacia adelante, parecía bastante tranquila y sin rastros de miedo. —Trátame como si fuera Jiaxin que quiere caminar contigo.

El Gran Hotel Chunyang no estaba muy lejos el centro de Salud Pública del municipio. Después de una gran curva, Lo pudieron ver en la esquina de la calle desde lejos.

De repente, las luces del hotel se apagaron. Ye Jian era claramente consciente de que el hombre que caminaba detrás de ella aceleró sus pasos, pero pronto los volvió a estabilizar.

No solo el hotel Hoy experimentó un apagón, sino que toda la ciudad estaba sin luz.

El hotel, era un edificio individual de dos pisos, Frente a la carretera en el frente y las tierras de cultivo y la parte trasera, sin ninguna otra construcción adyacente en su lado izquierdo o derecho.

Si el ejército quería entrar en el hotel de forma encubierta para atrapar a los sospechosos, debían apagar todas las luces en todo el pueblo para evitar sospechas.

—¡Apresúrate! —El extraño hombre los instó en voz baja. El apagón en toda la ciudad también lo puso nervioso.

Sin decir una palabra, la doctora Zhou, —que llevaba un botiquín médico y agarrando con fuerza la mano de Ye Jian, comenzó a trotar. Estaba buscando una oportunidad para dejar que Ye Jian escapara.

Sin embargo, Ye Jian comenzó a tararear, relajada y cómoda, como si estuviera dando un paseo en una noche de verano.

Siguió tarareando hasta que llegaron al hotel. Se oyó vagamente la voz de un ruiseñor.

Fue la respuesta tardía de Xia Jinyuan, que le estaba diciendo a Ye Jian que se habían desplegado tropas en el lugar.

Si no fuera por el comandante del batallón Yang, —quien le había informado que era Ye Jian quien estaba emitiendo el método de contacto especial del ejército—, podría haber respondido incluso más tarde.

En un abrir y cerrar de ojos, ella ocultó la ligera sonrisa en su rostro. Cuando extendió la mano, tocó el hombro derecho de la doctora Zhou y agarró la banda de su botiquín médico. Y luego, se dio la vuelta, golpeando violentamente el botiquín médico contra la cabeza del extraño.

El incidente ocurrió tan rápido que la doctora casi gritó de miedo. Antes de que se diera cuenta de lo que ocurrió, Ye Jian la agarró para que se agachara en la oscuridad.

Una vez más, Ye Jian tarareó una melodía, que era el código de todo despejado en el ejército.

—Esta chica ha aprendido lo que el abuelo Gen y el director Chen le han enseñado. —Dijo con una admiración el comandante del batallón Yang, con una leve sonrisa en su rostro severo. —No tiembla ni un poco durante la batalla.

Escondido en la oscuridad, Xia Jinyuan aflojó los puños suavemente. Sus ojos negros estaban envueltos en tristeza. Después un rato, dijo. —Ella está acompañando al médico de la ciudad. Una chica valiente. Comandante Yang, dejaré el exterior del hotel en sus manos.

¡Qué chica tan audaz era Ye Jian! ¡¿Cómo se atreve?! ¿No era consciente de que sólo era una estudiante?

Como respuesta a su melodía de Ruiseñor, varias sombras negras tan hábiles como gatos pasaron la noche oscura y aparecieron. Dos de ellos se acercaron a la entrada del hotel, mientras que el otro se acercó a Ye Jian. Arrastrando al hombre derribado por Ye Jian, desaparecieron en la oscuridad.

Una sombra negra se acercó a ella. Estaban tan cerca que podían sentir el calor corporal del otro. Le preguntó con dulzura. —Ye Jian, ¿naciste para ser desobediente?

Era la voz de Xia Jinyuan, que también estaba en cuclillas. Por encima de la cabeza de ella, Se escuchaba el sonido de su respiración contenida. —¿Sabes hacer señales con las manos? Dame tus manos.