Reborn At Boot Camp: General Don't Mess Around!

Capítulo 191: El emocionante combate (Parte V)

Más adelante, varios sensores infrarrojos se movían de un lado a otro. J5 ignoró estos sensores y se deslizó contra la pared.

Como K7 había dado su palabra, tenían la seguridad de pasar sanos y salvos.

Dos guardaespaldas negros estaban parados, no muy lejos. J5 y G3 hicieron el mismo gesto de estrangulamiento y corrieron hacia los dos guardias.

Moviéndose la velocidad de la luz, envolvieron a los guardias con sus brazos y los estrangularon. Incluso lograron levantar del suelo a los fuertes guardias que pesaban más de 190 libras.

Por más que los guardias se esforzaron y revolotearon con los pies en el aire, sus frágiles cuellos se rompieron inevitablemente bajo varios sonidos de gorgoteo. Aunque sus manos inicialmente se apretaron con fuerza sobre los brazos de los soldados, finalmente sacaron la lengua, pusieron los ojos en blanco y las extremidades finalmente cayeron al suelo.

Después de sacar a los guardaespaldas, J5 y G3 los bajaron suavemente y los arrastraron hacia la oscuridad.

Bajar del séptimo al sexto piso no fue una tarea fácil. Después de despejar el camino, J5 y G3 se pararon frente a la puerta de escape de incendios en el sexto piso, con el sudor goteando dentro de sus uniformes de combate.

En la tenue luz de emergencia había dos pares de ojos negros que parecían tranquilos, intrépidos y agudos.

La limpieza del tercer y séptimo piso se completó casi simultáneamente. El quinto piso fue el último que Xia Jinyua y Xu Yu tuvieron que completar.

Arrastrándose y escondiéndose en el cuarto piso, ella vio una figura alta y delgada aparecer dentro de su rango de visión cuando la puerta de escape de incendio se abrió suavemente.

Los ojos de Ye Jian se iluminaron al ver la figura familiar como un cielo nocturno iluminado por un meteorito deslumbrante. —Capitán Xia, estoy aquí. —Ella reconoció su figura sin lugar a duda.

Una voz clara descendió del techo mientras la vista de Xia Jinyuan se centraba en un punto en la oscuridad. Sonrió. —¿Quieres bajar o quedarte allí? —Aunque estaba escondida en un lugar oscuro, estaba eufórica, como también lo percibió él.

El techo crujió cuando se quitó una placa de hebilla. Ye Jian saltó suavemente y aterrizó en el suelo. —Voy con ustedes. No es seguro quedarse aquí.

—Ella no tenía miedo de matar, y mucho menos a seguir adelante.

—Sólo síguenos. —Xia Jinyuan sonrió levemente y le entregó un chaleco antibalas negro que no le quedaba bien. —Póntelo. Aunque no te queda bien, es bueno tenerlo puesto.

Ye Jian no se negó. Ella acababa de ver los mismos chalecos antibalas en los guardias que ella mató. Se los habría quitado y se los habría puesto si no hubieran estado cubiertos de sangre.

Afuera, las sirenas en la policía seguían sonando. Alguien se asomó con un altavoz y gritó. —Están rodeados. Será mejor que se entreguen. —La misma clase de tonterías que diría la policía en un enfrentamiento.

Pero los criminales ya habrían salido si siquiera hubieran considerado rendirse. Ye Jian se burló de la transmisión de la policía y siguió a Xia Jinyuan y Xu Yu al quinto piso.

En el sexto piso, Red Scorpion apretó los dientes al oír a la policía afuera. —¡Creo que ahora podemos darles una lección! ¡Esas malditas palabras! —Se quedó mirando los monitores de pantalla que mostraban la vigilancia de todo el edificio, incluida las calles cercanas.

—¿Escuchaste eso, mi experto en armas? Nuestro compañero quiere que les des una lección a esas ratas afuera. —Nick siempre disfrutaba de momentos como este cuando la policía no tenía nada que hacer. Solo mira a esos perdedores sin valor.

Nick miró hacia la esquina de la habitación y fue entonces cuando Red Scorpion de repente notó la presencia de una figura. La parte de atrás de la figura no parecía la de un occidental, sino más bien la de un asiático.

La figura permaneció inmóvil, pero levantó la mano y chasqueó los dedos. Esa fue su respuesta a Nick.