Capítulo 177: El secuestro no es una cuestión de dinero

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En un momento como este, Xu Yu sabía muy bien que debía tratar a Ye Jian como su camarada. ¡Con fe, llega la esperanza!

Muy a diferencia de la Policía Internacional que se sintieron irremediablemente condenados cuando se dieron cuenta de que los dos estudiantes que participaban en el concurso de la Olimpiada de Ciencias habían sido secuestrados.

En su opinión, el secuestro provocaría inevitablemente la pérdida de dos vidas.

No había forma de ocultarle a la directora Li un incidente como este. En ese momento, ella y los otros tres profesores estaban sentados en una sala con caras pálidas. —Entonces, ¿esperar es todo lo que podemos hacer? —Le preguntó a la Policía Internacional.

—Sí, señora, lo único que podemos hacer es esperar. —Dijo Bale, el camarero del hotel, que también era policía internacional. Miró a la decana Li y sus palabras eran desesperanzadoras. —No podemos actuar de inmediato porque Jian y el chico están en manos de una banda criminal muy complicada.

La directora Li se sintió mareada. ¡Debe comunicarse con la embajada de inmediato!

Dos estudiantes chinos habían caído en manos de una peligrosa banda criminal y ni siquiera la Interpol podía hacer nada. ¿Podía confiar en ellos? No, ¡solo podía confiar en su propia gente!

La directora Li obtuvo el número del teléfono de la embajada china cuando brindaron recepción a los doce candidatos que representaban a China.

El ejército chino ya se había puesto en contacto con la embajada cinco minutos después de que Ye Jian fuera secuestrada.

La Sra. Li hizo su llamada telefónica diez minutos después del incidente del secuestro y le dijeron que el ejército chino ya estaba en movimiento. De pie durante la llamada telefónica, la directora Li finalmente perdió la fuerza en las rodillas y se desplomó en la cama

¡Gracias a Dios! En un momento crucial como este, solo su país natal era digno de confianza.

En el auto, Gao Yiyang finalmente se calmó después de luchar un poco. Cuando vio que Ye Jian también había sido secuestrada, se dio cuenta de que luchar era inútil.

Los secuestradores eran hombres extranjeros, altos y fuertes. Sus espesas barbas los hacían parecer casi idénticos.

Sin hacer caso omiso de los estudiantes que habían secuestrado, empezaron a charlar sin miramientos en un inglés australiano con un marcado acento tan pronto como subieron al coche. Gracias a su negligencia, Gao Yiyang y Ye Jian pudieron comunicarse cómodamente en privado.

Gao Yiyang se acercó a Ye Jian y apretó los labios. —No tengas miedo, solo buscan dinero. —Susurró suavemente en chino. —No hagas ruido. Si quieres llorar, hazlo después de que se vayan. Veamos primero a dónde nos llevan.

Aunque se había calmado, no se dio cuenta de que este secuestro no era por dinero. Sin embargo, como alguien que había sido secuestrado antes, seguramente era comprensible que pensara de esa manera.

Ye Jian quedó impresionada por su compostura. Era un poco común ver a un chico calmarse despues de una breve batalla.

—Sería sospechoso si no tuviéramos miedo en absoluto. Tiene sentido llorar un poco después de ser secuestrada. —Dijo Ye Jian en un tono bajo y lloroso. Gao Yiyang no podía decir si estaba asustada o no.

En el coche viajaban cuatro secuestradores, entre ellos el conductor y un hombre en el asiento del copiloto que no dejó de hablar por teléfono desde que subió al coche. Ninguno de ellos prestó atención a los dos estudiantes, que se quedaron inmersos en sus conversaciones en cuanto se cerró la puerta.

Reborn At Boot Camp: General Don't Mess Around!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora