Reborn At Boot Camp: General Don't Mess Around!

Capítulo 125: Los soldados no tienen miedo.

—no te estoy rechazando, es solo que... —Ye Jian hizo una pausa intencional. La expresión en el rostro de Ye Ying se volvió más incómoda.

Ella miró a Ye Jian atentamente, por temor a que pudiera decir algo perjudicial para ella.

Como Ye Jian lo trató con frialdad, Gao Yiyang agarró la muñeca de Ye Ying y la miró. Dijo con un tono frío y rígido. —Vámonos.

Ahora que ella no quería verlo, ¡mejor que se fuera!

Después de su encuentro al mediodía, la pareja se volvió mucho más tranquila cuando se encontraron con Ye Jian nuevamente por la tarde.

El resto de los estudiantes estaban estudiando para los exámenes en las aulas de la Escuela Secundaria Provincial N°1. Ye Jian, —que había estado descansando durante el día—, no entró al aula.

A las cinco y media, los rayos del sol poniente llenaron el cielo. Bajo el sol dorado del ocaso, ella salía de la entrada de la escuela a paso rápido.

Esta noche iba a recibir el entrenamiento de tiro con blanco móvil en el campo de tiro. El campo de entrenamiento, —que se encontraba a una hora en coche de la Escuela Secundaria Provincial N°1—, pertenecía a las tropas estacionadas en la capital provincial.

En la entrada se encontraba estacionado un sedán negro de aspecto corriente de la marca nacional Hongqi. Aunque el estilo del Sedán era normal, su matrícula llamaba mucho la atención.

El número de placa pertenecía al Distrito Militar de la Provincia Sur.

A través del espejo retrovisor del interior del coche, Xia Jinyuan vio a Ye Jian mirando a su alrededor. Con una sonrisa en su hermoso rostro, abrió la puerta y bajó del coche con gracia. —Ven aquí, Ye Jian.

...

Vestido con ropa informal, Xia Jinyuan parecía más relajado y tranquilo y menos intimidante que un soldado. Pero su disposición distinguida era tan impresionante como siempre. ¡En cuanto Ye Jian vio a Xia Jinyuan, su reacción automática fue correr!

—Chica, sube al auto. —El director Chen se asomó desde el auto, sonriendo y saludándola, indicando que se acercara.

Ye Jian, —que estaba a punto de retirarse a la puerta de la escuela—, Dio un paso adelante y caminó hacia ellos con calma.

A Xia Jinyuan la situación le pareció divertida y molesta a la vez. Ahora estaba en problemas porque la chica huía de él como si fuera una serpiente o un escorpión.

El aire acondicionado del auto estaba muy frío, pero Ye Jian no sintió frío en absoluto. Después se escuchaba las palabras de Xia Jinyuan.

Sus ojos, —resplandecientes como estrellas—, seguía mirando a Xia Jinyuan sin pestañear. A pesar de su emoción, dijo con calma. —¿En qué puedo ayudarte? ¿Qué debo hacer durante todo el proceso?

¡Esta era la joven intrépida que se atrevía a cooperar con él en una noche lluviosa y enfrentar a los criminales por su cuenta!

—Ye Jian, si aceptas esto... ¿te das cuenta de que enfrentarás peligro en cualquier momento? —Con una sutil sonrisa en sus delgados labios, Xia Jinyuan la miró con una mirada significativa en sus ojos. —Y es posible que no podamos ayudarte de inmediato cuando estés en peligro.

En lo que se refiere a los negocios, ella dejó de intentar escapar de él. Pero por desgracia... Tuve que admitir que la chica atrevida era muy tranquilizadora porque era aventurera, pero no impulsiva.

Ye Jian no le respondió de inmediato. En cambio, siguió mirando a Xia Jinyuan con una leve sonrisa en su rostro hasta que él se sintió un poco incómodo y entrecerró ligeramente los ojos. Lentamente, dijo. —Capitán Xia, además de su fe en mí, también cree que soy la mejor opción, ¿no es así? Es por eso que se está comunicando conmigo.

El director Chen se echó a reír. —Capitán Xia, Ye Jian Hoy fue entrenada por mí y por un sargento mayor de clase A. Le está preguntando a la persona equivocada si tiene miedo en peligro. —Y luego le dijo a Ye Jian. —Niña, todo está plagado de peligros. Pero lo importante es que puedas resolverlos. Cooperar con el ejército y establecer contacto con la policía internacional es una buena oportunidad de práctica que no quiero que desaproveches. Dicho esto, ¡yo también estoy preocupado, muchacha! Hoy, sin embargo, el miedo y el pavor no son más que piedras en el suelo, ¡Puedes superarlos pisándolas con tus pies!

¡Como soldados, deben marchar hacia adelante a pesar de las circunstancias más peligrosas!