Reborn At Boot Camp: General Don't Mess Around!

Capítulo 105: El exceso es tan malo como el defecto.

—Por la mañana temprano te mueves por la hierba. Por la tarde te mueves por el desierto. Al día siguiente apareces en un bosque cubierto de nieve... Estés donde estés, tus brazos deben poseer una excelente estabilidad para sostener tu rifle de francotirador. Es de esta manera en que puedes fijar tus objetivos dentro de la retícula de forma constante. Y luego, ¡bang!, ¡empiezas a disparar!

Para entrenarla y convertirla en una francotiradora de primera, el director Chen había elaborado un estricto plan de entrenamiento. Mientras tanto, optimizaría el entrenamiento en función de la situación de Ye Jian.

En cuanto a la fuerza física, las mujeres eran más o menos inferiores a los hombres, pero el director Chen nunca permitió que esta circunstancia les ocurriera Asus discípulos.

En los campos de batalla, los enemigos nunca mostrarían piedad hacia las mujeres soldados, sólo porque fueran mujeres.

¡Por el contrario, una vez capturadas, las mujeres soldados se enfrentarían a torturas más crueles e inhumanas!

¡Desde sus cuerpos hasta lo más profundo de sus almas, sus enemigos abusarían de ellas violentamente hasta convertirlas en muertos vivientes!

¡Ahora que había elegido este camino, aceptaría el duro entrenamiento de hoy, siempre y cuando pensará su fin si algún día fuera capturada por sus enemigos!

Una bola de hierro pesaba 2,5 kg. En total, sus dos manos soportaban un peso de 5 Kg. Debido a la gravedad de las bolas de hierro, Ye Jian sintió claramente que sus manos estaban cayendo.

—¡Levanta las manos! —Dijo el director Chen en tono serio en la sala de entrenamiento. ¡Mantén las manos paralelas a los hombros, mientras que los brazos están perpendiculares al cuerpo! ¡Las campanas plateadas no deberían hacer ningún sonido en media hora! ¡Uno, dos, tres! ¡Comienza!

¡A partir de ese momento, el entrenamiento de francotirador de Ye Jian se elevó del nivel primario al nivel intermedio!

Las campanillas de plata que llevaba atadas a las muñecas estaban unidas con hilos de pescar extremadamente finos. En cada una de sus muñecas sólo había una campanilla colgando del extremo del hilo de pescar. La campanilla era tan ligera que emitía un sonido claro cuando la acariciaba una suave brisa.

Diez minutos después, Ye Jian comenzó a apretar los dientes.

Pequeñas gotas de sudor le caían por las sienes. Parecía que las bolas de hierro que tenía en ambas manos estaban volviendo cada vez más pesadas y, sin control, sus manos querían hundirse.

El silencio era necesario para el entrenamiento de los francotiradores. Cada vez que había una sesión de entrenamiento, la sala de entrenamiento se convertía en un área restringida a la que ni siquiera el comandante del batallón Yang podía acceder al azar.

—Chica, sólo llevas un peso de 5 kilos en ambas manos. Un día, si llevas un rifle de francotirador de seis kilos, ¿estás segura de que podrás avanzar y destrozar a tus enemigos como un comando?

Desvía tu atención. Ignora la existencia del peso.

Bajo la guía del Director Chen, Ye Jian era como un pequeño árbol enraizado en el suelo fértil y se hacía más fuerte día a día.

Ya no prestaba atención a la carga que soportaba en sus muñecas. En cambio, miraba hacia un punto determinado de la sala de entrenamiento recitándoles preguntas el examen, Tanto de la sesión de escucha como de lectura, del examen de inglés que había realizado esa noche.

Su asombrosa persistencia y su talento habían asombrado al director Chen una y otra vez.

Aunque el director Chen ya sabía que era excelente, no podía evitar maravillarse cada vez que presenciaba sus capacidades.

Llevar el peso de 5 kg durante media hora sin hacer sonar las campanillas de plata. Incluso para un soldado que acaba de recibir el entrenamiento de francotirador de nivel intermedio, sería difícil lograr la tarea en su primer intento.

Sin embargo, Ye Jian, una chica, ¡lo hizo!

El sudor le corría por la barbilla y le inundaba el cuello. ¡Su ropa, empapada en sudor, era una indicación del tremendo esfuerzo que había hecho esta chica tan delgada!

El director Chen miró la hora encantado. Estaba a punto de dar por finalizada la capacitación de inmediato, cuando ya había pasado media hora.

Como dice el refrán, el exceso es tan malo como el defecto. La entrenaría paso a paso.