Enemy [Y.M] [✓]

110

Algunos meses pasaban y el vientre del omega ya se notaba un poco, Jimin pasaba la mayor parte del tiempo en cama debido a que su embarazo era algo riesgoso; por lo cual debía de tener cuidado en cada movimiento que hacía, ya que estaba en riesgo de aborto.

—Jimin ya te dije que debes estar en cama. —hablo el enigma mientras cargaba con cuidado al omega.

—La cama es aburrida. —hablo. —y mucho más cuando tú no estás.

—Lo sé. —lo sentó en la cama. —prometo estar más tiempo contigo y con el bebé.

—Yo te necesito. —lo vio. —y mucho.

—¿Qué tanto? —le beso el cuello. —hueles aún más dulce y eso me encanta.

—Ya te dije que mucho. —Sonrió. —tanto que deseo que me toques.

—¿Dónde quieres que te toque? —le susurro.

—¿Puedes tocar mi vientre? —pregunto. —La verdad me gusta cuando tú haces leves toques.

Yoongi asintió con cariño, sintiéndose increíblemente afortunado de tener a Jimin a su lado. El omega se acomodó mejor en la cama mientras sentía los suaves toques del enigma en su vientre.

—Sabes Jimin me alegra mucho que me hayas aceptado en aquel bar. —le beso una mano.

—¿Que hubiera pasado si no aceptaba? —le pregunto. —¿Buscarías otro?

—Te quería a ti y era muy extraño. —lo abrazo. —así que si o si debías de ser mío.

Jimin sonrió mientras se giraba para ver a su esposo, Yoongi lo atrajo a él para besarse de manera lenta, pero se alejaron al sentir un suave movimiento.

—Creo que a nuestro bebé no le gusta que te bese. —hablo Yoongi. —Si es así estando en tu vientre, será muy posesivo fuera de este.

—Me recuerda a alguien. —se rió Jimin.

—¿Soy posesivo? —preguntó con un leve toque de burla.

—Lo eres. —le acarició la mejilla. —pero lejos de incomodarme, me encanta que seas así.

Yoongi sonrió y volvió a darle un corto beso al omega, Jimin se ocultó en el pecho del enigma inhalando su aroma para relajarse un poco, el enigma lo cargó para sentarlo en la cama y besarle ambas manos.

—¿Qué deseas para la cena? —pregunto.

—Desearía un poco de costilla y unas papas a la francesa. —Jugo con sus dedos. —y helado de mandarina con cerezas.

—Tus deseos son órdenes cariño. —le dio un beso en la frente. —sabes muy bien que lo que quieras lo tendrás sin excepción alguna.