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Jimin caminaba despacio hacia donde estaba la casa de sus padres, su cabello iba rubio. La pareja al ver a alguien rubio venir corrieron felices, pero al ver de quien se trataba se detuvieron y sus sonrisas se borraron.

—Hola, madre y padre. —hablo. —Me alegra verlos.

—¿Dónde está Rose? —preguntó el hombre.

—Es descortés preguntar por alguien más cuando yo estoy aquí. —les extendió una caja. —les traje esto.

La pareja no lo tomó por lo cual Jimin decidió ingresar a la casa seguido de las personas, el omega analizo el lugar y se sentó en el sofá mientras dejaba el regalo en el sofá en el que se sentó, sus padres se sentaron en el sofá de enfrente siendo una mesa de cristal lo que los separaba.

—¿Viniste a presumirnos que nos dejaste en la calle? —preguntó el alfa.

—Sí y a la vez no. —los vio. —vine a hablar de mi hermana precisamente.

—¿Qué quieres saber sobre nuestra princesa? —preguntó la mujer.

—¿Por qué la aman a ella? —hablo. —ella me lastimó.

—Fue planificada. —lo vieron. —en cambio, tú no.

—Siempre fui tachado de estúpido y asqueroso. —sonrió. —mientras ella era la buena.

—Tú fuiste un estorbo. —dijo el hombre.

El omega se rio al escuchar eso, antes le dolían, pero ahora solo eran malos chistes. La mujer miró al omega el cual solo los miraba sin ninguna expresión alguna solo miraba el regalo que les traía.

—Rose pensó que podía obtener a la familia Min si yo moría. —mencionó. —Fue un error que cometió muchas veces, pero este fue el definitivo.

—¿Qué estás tratando de decir? —lo vio el hombre.

—Me rebajan y me quieren muerto. —suspiro. —De hecho, ni siquiera me conocen tan bien.

—¡Park Jimin! —exclamó la omega.

El omega se levantó con una gran sonrisa mientras tomaba el regalo y lo ponía en la mesa de cristal y les sonreía con total burla.

—Yo nunca lloro, pero estuve adolorido ayer, justamente por ella. —señaló el regalo.

La pareja miró el regalo y se acercó rápidamente para tomarlo y abrirlo, la omega gritó mientras miraba la cabeza de su hija en la caja, el alfa miró al omega el cual sonreía con suma inocencia.

—La odié, ella arruinó todo por su codicia. —hablo mientras miraba como la mujer estaba en el suelo llorando con la cabeza de la omega. —Me iré al infierno, pero no me iré solo y mis jugadas cambiarán el desenlace de esta historia.

Enemy [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora