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Jimin caminaba por toda la mansión Min, muy pocas veces había ido a esta para convivir con la familia de Yoongi, al caminar podía notar las miradas de los empleados y de las hermanas del enigma, él entró a una habitación y ahí estaba la alfa esperándolo. El omega vio una mesa redonda donde había una pistola, Jimin solo la vio y luego a la alfa la cual le pidió que tomara asiento.

—Creo que ya debes de saber por qué estás aquí. —habló la mujer.

—Un poco. —respondió.

—Debo de admitir que tu papel de omega bueno funcionó a la perfección. —se paseó por la habitación. —captaste la atención de mi hijo.

—Fue su hijo el que me buscó a mí. —la vio. —y a decir verdad me ofendió un poco cuando dijo que yo no estaba en la lista de omegas con los que planeaba tener tratos.

—¿Entonces sabías de los tratos con los demás omegas? —pregunto.

—Eso lo supe hace algunos meses. —contestó. —de hecho un omega llamado Woosung me lo dijo y Yoongi lo terminó de confirmar.

—Woosung. —dijo sorprendida.

—Sí. —la vio. —veo que lo conoce a la perfección.

—Él fue el pasado de Yoongi. —hablo. —pero no estamos para hablar de él.

—Más bien de mí. —dijo. —¿Puedo preguntar para qué el arma?

—Debes de saber que ser pareja de un miembro de la primera familia poderosa tiene sus privilegios. —miró el arma. —como también una maldición.

—Lo sé. —sonrió. —un precio que se debe pagar, ya que estar con la primera familia poderosa, es como venderle el alma al diablo y supongo que el diablo es usted.

La mujer sonrió al escuchar al chico hablar, Jimin sintió como esta se puso detrás de él y le apretaba los hombros.

—Eres muy inteligente Jimin. —le dijo.

Jimin tomó el arma y la vio por un momento, luego miró como la alfa se ponía frente de este, la mujer analizaba cada movimiento del chico; Jimin por su parte, se levantó y le apuntó a la alfa.

—Supongo que esta es la prueba final para mostrar la lealtad a esta familia. —le dijo. —lo cual no planeo hacer.

—Entonces eres igual que tu familia un interesado. —hablo.

—Esa nunca fue mi familia. —mencionó. —y no trate de compararme a ellos.

—Supongo que con tu falsa inocencia sedujiste a mi hijo. —hablo.

—Si hablamos de inocencia, podemos hablar de lo bien que fingen ser inocentes en todos los crímenes que cometen. —le quito el seguro a la pistola. —Puede que usted sea el diablo, pero yo no firmaré nada con usted.

Enemy [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora