Enemy [Y.M] [✓]

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En una tranquila tarde, Jimin y Yoongi se encontraban juntos en la habitación de ambos. La suave luz del atardecer se filtraba por las cortinas entreabiertas mientras ambos disfrutaban de la compañía del otro. Jimin estaba recostado en el regazo de Yoongi, jugueteando con los dedos de su esposo mientras charlaban animadamente sobre sus planes para el fin de semana.

Sin embargo, lo que Jimin no sabía era que su hermana melliza, Rose, había decidido llamarlo por teléfono justo en ese momento para molestarlo. Rose, estaba curiosa como siempre y con una ligera ganas de molestar a Jimin, ya que había visto que Yoongi no estaba, por el hecho de que se le había visto irse a un viaje de negocios así decidió llamar para confirmar sus sospechas y así burlarse de que lo había dejado solo en su embarazo.

El teléfono de Jimin vibró suavemente sobre la mesa de café, y Yoongi notando la distracción de Jimin, levantó una ceja con una sonrisa traviesa al ver de quien se trataba. Jimin solo vio como el enigma ponía el celular en la mesa y se acercaba un poco más para besarlo.

—¿Quién era? —preguntó Jimin.

—Número equivocado. —le dijo.

—¿Seguro? —quiso tomar su celular, pero el enigma se lo prohibió.

—Sí, cariño. —Lo tomo de la cintura. —hueles delicioso.

Jimin sonrió mientras le quitaba la chaqueta a su esposo el cual, llevó con cuidado al omega a la cama y lo besó despacio, asegurándose de no dejar caer todo su peso en su esposo para no lastimarlo a él o al bebé.

Rose, al otro lado de la línea, comenzó a escuchar lo qué estaban haciendo Jimin y Yoongi. Jimin por su parte, tratando de mantener la calma, soltaba suaves gemidos ante cada toque que su esposo le hacía. Mientras tanto, Yoongi jugueteaba con las piernas de Jimin y le susurraba al oído palabras de afecto y cariño, haciéndolo sonrojar más de lo normal no solo por el tacto sino que también por los toques.

—¿Por qué estás tan cariñoso? —preguntó Jimin curioso.

—Ya te he dicho que es tu culpa que pierda el control sobre mi cuerpo. —le dijo

Rose, molesta como siempre, captó el tono íntimo en la voz de Jimin y las risas juguetonas de Yoongi, sus sospechas se confirmaron, pero en lugar de molestar a su hermano, decidió simplemente escuchar en silencio, odiando cómo Jimin y Yoongi se expresaban mutuamente su amor de manera tan sincera y dulce algo que envidiaba y claramente iba a destruir.

Después de unos minutos de toques, besos y risas compartidas, Jimin finalmente tomó su teléfono y vio como su hermana cortaba la llamada. Se volvió hacia Yoongi, con las mejillas sonrojadas pero una sonrisa radiante en su rostro.

—Creo que mi hermana nos escuchó mientras lo hacíamos. —dijo Jimin con una risa suave.

—Bueno, al menos ahora sabe cuánto te amo. —Yoongi le acarició la mejilla con ternura.