Enemy [Y.M] [✓]

Prólogo

Jimin lloraba mientras sentía como era abofeteado con fuerza por su padre, sabía que no tenía caso pedirle ayuda a su madre, ya que está nunca le daba su apoyo y su melliza mucho menos.

—Eres una vergüenza y gastamos mucho dinero en una boda que por tu culpa no se realizó. —habló el alfa mientras le daba otra bofetada al omega. —eres un inútil y Tae Soo tenía razón, eres un asqueroso omega.

—Él se besó con mi hermana unas horas antes de mi boda y me echas a mí la culpa. —dijo el omega.

—No lo culparía, solo mírate eres horrible y tú hermana es toda una supermodelo. —mencionó el hombre. —ojalá no hubieras nacido.

El omega lloró y cerró los ojos al sentir como era sacado de la casa con fuerza, cuando él cayó al suelo se levantó mientras lloraba y sintió como le arrojaban sus cosas y unos cuantos wons.

—La mejor decisión que tomamos es nunca mostrarte a la sociedad como nuestro hijo. —habló la omega. —y que bueno que en tus archivos aparezcan los inútiles de mis suegros como tus padres.

—Me avergüenza saber que somos hermanos Jimin. —dijo la omega. —aunque seamos mellizos yo soy mejor que tú en muchas cosas.

Jimin no dijo nada solo se levantó y vio a su familia ya estaba cansado de todo lo que está le hacía, él nunca tuvo su presentación ante la sociedad como hijo de la quinta familia más poderosa los Park/Lee, él solo era un fantasma ante la familia. El omega solo salió de ahí y con su otro poco de dinero se quedó en un hotel muy barato, estaba llorando, pero no eran lágrimas de tristeza, eran lágrimas de odio, odiaba a sus padres y a su hermana por tratarlo como la peor basura que era, odiaba a su ex prometido por jugar con él y engañarlo.

Ya estaba cansado de ser el omega bueno tonto e ingenuo que era, él se arregló y se fue a un bar para beber un poco y olvidar todo lo que en su vida había vivido y luego acabar con su vida. Cuando él iba por su segundo trago vio a un hombre sentarse a la par suya, su aroma era muy fuerte, diferente al de los alfas y al de algunos betas que tenían olor, supo rápidamente que era un enigma uno muy raro y único a la vez.

—Quiero un tequila doble. —lo escucho, pero extrañamente esa voz le resultaba familiar, pero no sabía de dónde.

—Quiero otro martini. —susurró Jimin.

—¿Cómo te llamas? —preguntó el desconocido.

—Que te importa. —respondió Jimin y el enigma se rio. —gracias. —hablo al tener su bebida.

—Bueno que te importa. —le dijo y el omega lo vio. —puedes contarle las penas a un extraño.

—¿Si te cuento dejaras de arruinar más mi noche? —preguntó Jimin.

—Posiblemente. —respondió.

—Mi familia me odia por el simple hecho de que nací. —se rio. —se supone que solo era una linda bebé, pero resultaron mellizos, eso a mis padres no les gustó y decidieron hacerme la vida imposible porque según ellos casi le causé la muerte a la princesa de la casa.

—Eso suena horrible. —le dijo.

—Ellos decidieron que yo jamás entraría a la sociedad. —sus lágrimas comenzaron a salir. —porque no merecía ser parte de la quinta familia más poderosa.