Extra 2

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Los movimientos de cadera por parte del enigma se intensificaron a pedido de su esposo, Jimin curvaba la espalda a cada movimiento de su esposo. Yoongi apretaba el muslo de su esposo mientras se besaban.

—Yoon~ —gimió suave.

—Me encantas cariño. —le dio una leve mordida en su cuello. —tan mío y solo mío.

La intensidad entre ellos crecía, el ambiente cargado de deseo y devoción mutua. Jimin arqueó aún más la espalda, sus manos aferrándose con fuerza a los hombros de Yoongi mientras sentía cada movimiento profundo de su esposo. La forma en que el enigma lo tocaba, lo sostenía y lo miraba lo hacía sentir completamente amado y deseado.

—Solo tuyo... —jadeó Jimin, sus ojos nublados de placer mientras sus labios buscaban los de Yoongi desesperadamente.

El enigma respondió con un beso ardiente, sus manos nunca abandonando la piel del omega, recorriéndola como si estuviera grabando cada sensación en su memoria. Sus dedos firmes se hundieron en los muslos de Jimin, sosteniéndolo con fuerza mientras aumentaba el ritmo, buscando satisfacer cada necesidad de su esposo.

—Eres todo para mí, Jimin. —murmuró Yoongi contra sus labios, su voz ronca y cargada de emoción.

El omega respondió con un gemido ahogado, sintiendo cómo su cuerpo y su alma se entregaban completamente a su pareja. Las palabras de Yoongi eran un bálsamo para su corazón, recordándole que estaba exactamente donde pertenecía: en los brazos de quien lo amaba con una intensidad que nadie más podría igualar.

Mientras la pasión los envolvía por completo, la luna continuaba iluminando la habitación, siendo testigo de su unión. No era solo un momento físico; era una confirmación de su amor inquebrantable, de la promesa silenciosa de que siempre estarían juntos, enfrentando todo como uno solo.

La habitación se llenó de suspiros y gemidos entrecortados, el sonido del mar acompañando la danza apasionada entre ellos. Jimin se aferró con fuerza a los hombros de Yoongi, sintiendo cómo las oleadas de placer recorrían cada fibra de su ser. Sus labios, ahora hinchados por los besos, buscaban el cuello de su esposo, dejando pequeñas marcas que reclamaban al enigma como suyo también.

—Yoongi... no te detengas, por favor. —jadeó, su voz temblorosa, llena de deseo y amor.

Yoongi sonrió contra su piel, dejando un último beso sobre la clavícula de Jimin antes de mirarlo directamente a los ojos. Sus movimientos se hicieron más precisos, más profundos, mientras sus manos continuaban explorando con devoción el cuerpo del omega, grabando cada reacción.

—Nunca podría detenerme, cariño. —susurró, su voz ronca pero tierna. —Eres mi debilidad, mi fuerza, mi todo.

Jimin cerró los ojos, dejando que sus sentidos lo dominaran, sintiendo cada toque, cada caricia, cada palabra de amor de su esposo. Su cuerpo temblaba, pero era más que el placer físico; era la conexión profunda, la sensación de estar completamente comprendido y amado.

Yoongi, al ver cómo su omega se entregaba por completo, no pudo evitar inclinarse para capturar sus labios una vez más, esta vez en un beso lento, lleno de promesas silenciosas.

—Te amo, Jimin. —dijo con firmeza, dejando que esas palabras resonaron en el espacio entre ellos. —Eres mi vida.

El omega respondió entre jadeos, aferrándose aún más a él, mientras la intensidad de sus movimientos alcanzaba un clímax que dejó a ambos temblando y sin aliento. La habitación quedó en silencio, salvo por el sonido de sus respiraciones entrelazadas y el susurro del mar al fondo.

Yoongi lo rodeó con sus brazos, manteniéndolo cerca mientras le acariciaba el cabello con ternura. Jimin, aún apoyado sobre el pecho de su esposo, lo miró con una sonrisa suave, sus ojos brillando con amor.

—Siempre seré tuyo, Yoongi. —sonrió. —Siempre.

El enigma besó la frente de Jimin con dulzura, sabiendo que esas palabras eran todo lo que necesitaba para sentirse completo. Juntos, eran invencibles, y esa noche lo había demostrado una vez más.

Enemy [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora