Niñez

100 17 37
                                    


En mi casa no paran de gritar. A pesar de que es muy grande, aquí todo se escucha. Las vacaciones han resultado de lo más aburridas, aunque fuimos a París, la mitad del viaje solo fueron peleas y disturbios. Papá no nos acompaño, pero ya no es novedad, desde hace un par de años, dejamos de salir con él. Llega muy tarde a casa por las noches, mamá dice que odia a papá, y que solo está con él por los negocios. Se lo ha dicho una y mil veces a sus amigas mientras nadan en la piscina de la casa. Y por mi parte, ninguno de los dos me hace caso. Mis hermanas mayores se la pasan viéndose en el espejo o saliendo a bailar. Nadie se interesa por hacer actividades en familia. Cómo con mi mejor amigo Álvaro. Su familia es muy unida y lo quieren mucho

Hoy se terminan esas largas vacaciones, para muchos puede resultar trágico, pero para mí es la salvación, prefiero estar en la escuela que en mi casa. Ahí, soy el niño mas popular, todos quieren estar conmigo y ser mis amigos. En la escuela todos me ven, no soy invisible como en mi casa.

Al llegar todos corrieron a recibirme, querían saber cómo me había ido en mis vacaciones. Cómo siempre tuve que mentir, fingir que todo estuvo de maravilla, que mamá cumplió todos mis caprichos y que como cada año, eramos más ricos. A mis ocho años me había convertido en alguien que sabía fingir muy bien.

— A mí no me puedes engañar, estás triste ... El único que me conocía realmente era Álvaro. Su familia y la mía eran muy amigos, conocía perfectamente lo que pasaba en mi familia.

— Papá se ha ido de la casa, finge que no es así, piensa que no nos hemos dado cuenta, pero llega muy tarde por las noches y a la media hora se va. Escuché a mamá decirlo a una de sus amigas y además me he dado cuenta que ya vive con otra mujer ... Hace unos días escuché a papá hablar con una mujer, no era de negocios, le decía cosas muy raras por teléfono, para luego concluir con que la veria en la noche. Yo conozco a esa mujer, pero no podía decir nada.

— Mira ahí va tu amiga Sonsoles

— Ya te dije que no somos amigos

— No entiendo porque, antes solían llevarse muy bien ... Así era en el pasado. Sonsoles y yo éramos muy amigos, ella iba a mi casa y yo a la suya, eramos los más inteligentes del salón, siempre nos peleamos por el primer lugar. Pero aún así, nos ayudabamos mutuamente. Hasta que nos dimos cuenta de que la vida es una mierda, los adultos lo eran, ella me culpo de todo y ahora nos odiamos a matar.

— Porque así son las cosas, ella es una tonta sin chiste alguno, te puedo apostar que cuando crezca será lesbiana ... Los dos reimos a lo alto antes de entrar al salón, yo tome mi asiento, ese que ya todos sabían que era mio y nadie  podía ocuparlo.

— Hoy entran los becados que asco ... Me susurro Pablo otro de mis grandes amigos. Su familia se dedica al comercio textil, tiene fábricas por todo el mundo.

La maestra entro con dos alumnos tomados de la mano. Uno era un niño con anteojos más grandes que su cara, se veía distraído, inclusive torpe, este será una buena carnada. Pero cuando ví a la niña, creo que mi pequeño mundo se paralizó. No estoy en edad de fijarme de esa manera en las niñas. No me habían llamado la atención en lo absoluto. Pero ella, era la niña más bonita que había visto en toda mi vida. Tiene unos ojos grandes y verdes, su piel es blanca como la nieve, y su cabello rubio como el atardecer. Me quedé observando por un par de segundos. Hasta que escuchar su nombre me saco de él trance en el que había caído.

— Buenos días clase, les presento a sus nuevos compañeros. El se llama Teodoro Villanueva y ella Letizia Ortiz. Se van a incorporar con nosotros así que vamos a darles la bienvenida ... Todos contestamos "bienvenidos". La maestra les indico que tomarán asiento. No sé que me pasaba que no podía dejar de mirarla. Se veía tan dulce y tierna.

La Encrucijada del A+ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora