Niñez

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Aquel año no saldríamos de vacaciones a ningún lado. Mis hermanas se irían de campamento, mi madre de viaje con sus amigas y mi padre seguiría trabajando. Me quedaría todo el verano encerrado en casa con mi nana. La única mujer que por aquel entonces se preocupaba por mi.

Aquel día como todas las tardes me llevaron a casa de Sonsoles. Su padre y su madre eran muy afectuosos conmigo, pero más, Soledad. Decía que era el niño más bello que había visto, que le gustaban mis ojos. Era cálida y amorosa. Un amor maternal que mi madre se negaba a darme. Siempre fui un niño que mendigaba amor.

Había maletas por todas partes, por un momento pensé que se mudarian.

— Nos iremos de vacaciones a Mallorca

— ¿Qué? Si te vas me voy a aburrir mucho

— Pues nimodo Felipe, te puedo traer un souvenir

— ¿Y si pido permiso para ir con ustedes?

— No Felipe, tu tienes tu familia, anda con ellos. Yo quiero salir con mis papás sola.... Salí de su habitación, me senté en la escalera. Tenía muchas ganas de llorar, solo tenía seis años, ni siquiera debería tener conciencia de lo que hacia.

— ¿Que tiene mi niño bello? ... Apareció Soledad con unas bolsas en la mano. El padre de Sonsoles se fue para que revisaran el automóvil. Por lo que solo nos quedamos con la mujer del servicio.

— Ustedes se irán de vacaciones y yo me voy a quedar solo ... Hice mi típico puchero para luego cruzar mis brazos. Sonsoles salió de la habitación al escuchar la voz de su madre.

— ¿Que te parece si hablo con tus padres para que te dejen venir con nosotros?... Una sonrisa se dibujo en mi rostro, me levanté y la abracé .... — Si yo quiero ir

— No mamá, yo no quiero que vaya Felipe.

— Hija no seas egoísta, además ustedes son amigos, sería un viaje muy divertido para ustedes ... Don Fernando estuvo de acuerdo y Sonsoles terminó aceptando.

Mi chófer nos llevó a la oficina de papá, para variar estaba en una junta. Pero cuando le dijeron que yo estaba aquí, de inmediato salió. Cuando uno es niño no entiende las cosas de adultos, no entiendes de química, de atracción, no sabes nada de la vida.

Lo más seguro es que ahí se dió el primer click entre ellos. Papá se sorprendio al verme con ella.

— Vera, mi hija Sonsoles es compañera de su hijo, son muy amigos y se quieren mucho. Felipe nos comentó que se quedaría solo en casa y nosotros vamos a salir de vacaciones a Mallorca. Quería pedirle su autorización para que Felipe nos pueda acompañar  ... En ese momento mi padre automáticamente pudo haber dicho no. El viaje sería al día siguiente.

— No veo ningún problema con que mi hijo los acompañe, solo que se lo complicado que sería cuidar a otro menor. Así que, solo resuelvo unos pendientes aquí en la oficina y los alcanzo. Para ya sabe, atender yo mismo a mi hijo, y que no les cause tantas molestias. Dame tu número ... Así comenzó todo.

Viaje con los Ónega Salcedo y a los tres días mi padre apareció en el radar. Sonsoles y yo peleamos todo el tiempo, ella decía que su madre me prestaba mucha atención y era verdad, pero yo no tuve la culpa..

Los más felices eran los adultos, mi padre de vez en cuando bailaba con Soledad. Aprovechando que Don Fernando dormía. Tomaban tragos y la pasaban bien. Sonsoles siempre fue más inteligente.

— Dile a tu papá que ya te quieres ir para que se vayan.

— Pero yo todavía no me quiero ir

— Pero quiero que tú papá se vaya... Yo estaba feliz porque estaba con mi papá. Por primera vez en la vida me estaba poniendo atención. No me ignora, me atiende y en las noches me da un beso en la cabeza. Ese viaje para mí era lo mejor del mundo. Mi papá me quiere.

— No, la estoy pasando muy bien con mi padre así que no.

— No me gusta como tú papá mira a mi mamá.

— Estás loca ... Le molestó tanto que le dijera así que me empujó por los escalones que estaban por las habitaciones. Grite de dolor pues sentía que algo se me había quebrado. Todos salieron corriendo.

Mi padre y Soledad me llevaron al hospital. Fernando se quedó con Sonsoles en el hotel, la regaño tanto que se quedó dormida llorando, pero logro su objetivo. Apenas me enyesaron el brazo, a la mañana siguiente volvimos a Madrid.

A los pocos días las vacaciones de ellos también se vieron interrumpidas. Soledad llevaba a Sonsoles a mi casa, me visitaban y estaban un rato conmigo. Pero en todas esas ocasiones, mi padre se hacia presente.

— Me gustaría que mi mamá fuera como la tuya, amorosa y buena ... Ese simple comentario me lo tomo a mal.

— Pero es mi mamá no tuya, no me gusta que tú papá se le acerque, o no me digas que no es raro.

— Yo no veo nada raro, ahora son amigos como tú y yo.

— Tu y tu papá me quieren quitar a mi mamá.

— Claro que no, yo tengo a mi mamá ... Esas discusiones eran diarias. Aún así como los niños que éramos decidimos seguir siendo amigos.

Hasta que un día en el que mi madre en sus múltiples viajes no estaba en casa, mis hermanas y yo fuimos a ver al abuelo, pero regresamos mucho antes. Yo fui a su despacho a saludarlo, escuchaba ruidos raros, pensé que algo le estaba sucediendo. Abrí la puerta y estaba mi padre con Soledad. No sabía lo que estaban haciendo, mucho tiempo después lo entendí. Mi padre le era infiel a mi madre con Soledad y ella a Don Fernando.

Ella se fue de su casa. Mi padre padre también lo hizo, dejo a mamá y a ella no le importo, mientras no existiera el divorcio, y ella tuviera un cargo en la empresa.

Soledad también se divorcio y quiso llevarse a Sonsoles, pero ella no quiso. Papá metió abogados para quitarle la custodia a su padre. Cosa que logro pero que aquella chiquilla se negó a cumplir.

— Tu tienes la culpa de todo Felipe, tu necedad de siempre estar con mi familia, me quitaste a mi mamá.

— Yo no tengo la culpa, fue ella la que me quitó a mi papá.

— Te odio a ti y a tu papá y ahora a mi mamá. Los odio por hacer llorar a mi papá.

— Yo no tengo la culpa Sonsoles.

— Claro que sí, como a ti tus papás no te quieren... Eso era verdad. Después eran muy pocas horas que veía a mi padre. Hizo su propia familia con Soledad y con ella todo lo hizo diferente. Sus nuevos hijos eran más importantes.

Cuando se quisieron llevar a Sonsoles, ella simplemente se escapó, no la encontraron por todo el día. Hasta que los policías la encontraron vagando en un parque. De ahí su madre decidió dejarla con su padre.

A Sonsoles le dolió mucho. Pero a mí también. Ella me culpo porque decía que gracias a mi, nuestros padres se conocieron. Que como yo no tenía familia, destruí a la de ella. Jamás le refute nada. Ella era una niña y se le hizo fácil culpar a la persona más cercana a ella. A mí.

La Encrucijada del A+ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora