Letizia

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Perdón por los errores Ortográficos.

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Aquella mañana fue extraña. O tal vez eran los síntomas del embarazo los que cada vez se hacen más presentes. Me da demasiada hambre, después muchas náuseas, y unos mareos terribles. Los senos me duelen. Y otras veces muchas ganas por llorar.

Felipe se fue muy temprano, por fortuna las cosas se habían arreglado. No voy a negar que su silencio me mato. Pero también conocía el trasfondo de todo. Tiene miedo de ser un mal padre, pero yo confío en él, y se que va a ser el mejor de todos. Me emociona muchísimo esta nueva etapa. Estoy embarazada y no puedo estar más feliz. Toque mi vientre al verme en el espejo, es plano aún, poco a poco irá creciendo.

Antes de salir al trabajo llamé a Felipe para desearle suerte, las cosas en la empresa no estaban nada bien. Está estresado y muy preocupado, eso también pudo influir mucho en su manera de reaccionar ayer.

Dejé de insistir y conduje hasta la televisora. Cuando llegué, note que algunos compañeros me miraban raro. Me límite a sonreír y continuar con mi camino.

- Hola Letizia, buenas tardes

- Hola Raúl ¿Cómo estás? ... Lo saludé de beso y abrazo, ayer no fui muy cortés con él, me comporté a la defensiva y distante, al final de cuentas esta decisión me afecta, pero no me incluye ante las oportunidades para Raúl y María.

- Estoy de maravilla, estoy muy emocionado por comenzar ... Sonreí, después llegó María y comenzamos a conversar los tres. Es un buen tipo. Agradable y divertido, nos hacia reír con sus ocurrencias. Comencé a sentir náuseas y corrí a buscar el baño más cercano. Los síntomas son cada vez más frecuentes. Tengo que ir con mi ginecóloga lo más pronto posible.

- Hay amiga, y lo que te falta ... Salí del baño y ellos aún estaban esperando por mi. Esto apenas empieza.

- Deberías ir al médico Leti, puede ser algo grave... Me tomó de mi mano y froto los nudillos

- No te preocupes Raúl, en 9 meses nuestra querida Letizia estará mejor

- Gracias María, tú siempre tan oportuna ... Me miró sorprendido. Planeaba decile a mis jefes después de los tres meses. Aunque con estos achaques, lo mejor será deciles de una buena vez.

- ¿Estás embarazada?

- Si, apenas me enteré ayer ... Solto mi mano, pero antes de hacerlo observo mi dedo, aquel anillo que portaba y que ahora se, no se había dado cuenta.

- No sabía que estabas casada.

- Nos acabamos de comprometer.

- Si, pero primero tuvieron la luna de miel y así las cosas ... Si la mirada matarán, María ya estuviera calcinada.

- Bueno yo las dejo, iré a preparar todo ... Sonrió por última vez, para después alejarse de nosotras. Fui conciente de su cambio de actitud.

- Vaya desepcion se ha llevado el hombre.

- ¿De que hablas?

- Hay Letizia, ese hombre te come con la mirada.

- Estás loca, solo nos hemos visto dos veces, solo trata de ser amable, ahora que va a ser mi productor.

- Ya no me lo digas, ese tema me tiene muy mal.

- María no te vayas a ir por favor.

- No lo haré. Ahora mismo debo de hacer duro mi corazón. Entender que me enamoré de un imposible. Después de que me divorcié me volveré otra persona, una de corazón más duro y que domine sus emociones... Dijo convencida y decidida. Enamorarse de un imposible debe de ser tan difícil. Pero Antonio siempre se ha comportado con rectitud. Y Beatriz su esposa, como una mujer cariñosa y atenta, no valía perder dos amistades así, por un sentimiento no correspondido.

La Encrucijada del A+ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora