Sonsoles

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Federico Hernández. No esperé más tiempo para comunicarme con él. Un hombre bastante discreto, con inversiones en muchas empresas. Un hombre inteligente que sabe hacer negocios. Yo no tenía más intención que conocerlo y saber su proceder. Una inversión en las empresas Borbón, significa ganancias triplicadas, beneficios, aumentos de capital. Una de las mejores empresas del mundo, por tener en su dominio, más de cinco marcas de lujo, fundar su propia revista, además de ser medios propietarios de la agencia de subastas Bidding.  Juan Carlos está podrido en dinero. No veía otra cualidad por la que mi madre se perdiera de "amor" por él.

Concretamos una cita con el amigo de Carlos y mi proyecto comenzaría a andar. Algo sucio debe de existir en esa empresa y hacer caer a Juan Carlos.

Estaba apunto de salir de mi oficina cuando mi celular comenzó a sonar. No conocía el número, pero al ser periodista no me podía negar, podría ser algo muy importante. Cualquier persona.

— Hola

— Hola guapa ¿A qué no adivinas quien soy? ... Solo me bastaron tres segundos para escuchar esa arrogancia y ese tono de niño fresa para saber quién era. Me alegraba que fuera tan rápido, no esperaba que consiguiera tan rápido mi número telefónico.

— Alguien hizo la tarea con rapidez. Me intriga saber cómo conseguiste mi número... Soy una mujer que muy pocas veces vuelve a caer en la redes de un hombre después de una noche de sexo casual. A mí no me interesan esas cordialidadades. Sexo era sexo y punto. No mezclaba el corazón y los sentimientos. Con Carlos paso diferente por ser un hombre mayor y con una gran solvencia, económica, además de ser un hombre muy interesante.

— Te sorprendería las habilidades que tengo.

— Se lo has robado a Letizia de su celular... No voy a negar que me encanta que me esté buscando. En el colegio nos llevábamos fatal, nunca voy a olvidar el berrinche que hizo cuando lo cambiaron de salón. Pero aún sigo pensando que fue tan estúpido al ponerle una rana en la cabeza a Letizia. Me quería reir al recordar ese momento.

— Claro que no, Letizia ya no te hace en su vida, así que ella no fue ... La sonrisa se me borró al instante. Sentí como un golpe al corazón. Tal vez fue lo duro de sus palabras, o el saber que ya no era nadie en la vida de mi mejor amiga. Aunque tal vez era lo mejor, prácticamente le voy a hacer daño a su suegro.

— ¿Entonces tú llamada es para que?

— Para invitarte a cenar, ya sabes para seguir disfrutando de tu luna de miel.

— Te informó que mi luna de miel la tuve está mañana con mi marido ... Aunque fue pésima, sin emoción, sin satisfacción de ningún tipo. Carlos es un hombre rígido, es pésimo en todos los sentidos.

— No soy un hombre celoso, además debes sentirte orgullosa, a muy pocas mujeres les he vuelto a hablar después de la primera noche. 

— ¡Hombre! que orgullosa me siento. Déjate de babosadas Álvaro. Me has hablado porque te ha encantado estar conmigo.

— ¿Entonces a qué hora? ... Amo lo descarado que es, es imposible que no me sacará una sonrisa. Así como tampoco voy a negar que después de la frustración de esta mañana, no me haría nada mal que me den el orgasmo que no me pudieron hacer sentir.

— Salgo a las once, nos vemos en el hotel de la otra noche ... No esperé su contestación. Colgué y me fui derecho a comer con Federico Hernández.

Había quedado de comer con él en uno de los mejores restaurantes de Madrid, con reservación, una copa de vino blanco. Y todas las atenciones que solo te pueden dar en lugares como estos. Cuando llegó, enfundado en un traje elegante, con sus mocasines perfectamente lustrados. Me lo imaginaba completamente diferente. A pesar de la elegancia de su ropa, su cabello estaba desarreglado, con un montón de canas. Cambio por completo mi perspectiva.

La Encrucijada del A+ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora