La Encrucijada del A+A

Sonsoles

Las cosas habían cambiado de un día para otro. Álvaro estaba distraído y ausente, cuando habló. Sé que su cabeza estaba en algún otro lado, al tal grado que cuando cae en cuenta se sobresalta.

En mi visita con Letizia, había externado mi tranquilidad de estar cien por ciento segura, de que Álvaro sería incapaz de engañarme, pero ahora no podía estar tan segura. Cuando regresó de París, regresó sudando frío, su manera de huir de las pláticas a futuro y su deseo por casarnos, para después irnos a vivir lejos. ¿Pero lejos de qué?

En las noches es el primero en irse a dormir, y durante la noche lo siento intranquilo. Tal vez pensé que su actitud es por estar en disgusto con Felipe. A mí me pasó con Letizia, después de muchos años de amistad y cruzar una crisis tan fuerte, que no sabes si se va a lograr salir de esa encrucijada. Las cosas se resuelven hablando y dejando en la mesa los puntos que les hacen daño a cada quien. Eso era mi deducción de las cosas. ¿Cuál era el origen? Creo que eso no lo sabré. 

 Con esfuerzo se arregló, para salir a la inauguración del proyecto. Lejos quedó la ilusión de los primeros días, la alegría de que eso saliera bien. En lo que él seguía en su arreglo personal, tomé la correspondencia para revisarla. Lo que me llamó la atención fueron los movimientos bancarios de su tarjeta. Una cantidad fuerte, transferida a una cuenta desconocida, para mí. No le puse demasiada atención. Nunca me ha gustado meterme en los negocios de Álvaro. ¿Pero sí, esto tenía que ver con la molestia de Felipe? ¿Álvaro sería capaz de? ... Ni siquiera terminé la pregunta. Álvaro no necesita estafar a nadie, él es multimillonario gracias a sus padres.   

.... 

Lo único bueno de esta fiesta, es que estemos todos juntos, a excepción de dos que parecen querer estar lo más alejados posible. Aquella mujer rubia no dejaba en paz a Felipe, y todos nos dábamos cuenta de ello. Goza con ser el centro de atención, en que la gente la mire como una mujer empoderada y con la capacidad para trabajar con tres hombres que ya son expertos en esto de los negocios, pero su intención fallaba a la hora de sacar su verdadero código postal. Vulgar, fastidiosa y sobre todo rogona. Quiere que todo el mundo la vea con Felipe. No es para menos, el hombre le conviene y es aquí donde mi amiga la va a tener muy difícil. No lo va a dejar en paz.

¿Podía estar tranquila con todo esto? Podía pasarme perfectamente a mí, pero esa mujer no voltea a ver a Álvaro y Álvaro de un momento a otro, parece detestarla. Haciendo comentarios como ... - Maldita la hora en que llego al negocio.

- ¿Pasó algo que te molestara? ... En toda la noche no dejo de beber. Al momento de irnos, seré la conductora designada, pues saldrá de aquí ahogado en alcohol.

- Mirala. No deja de llamar la atención. Esto ya es un circo ... Bebió de golpe su trago, para después levantarse e ir con Felipe. Eso me sorprendió, pero no iba a intervenir. Tenían que hablar y arreglar las cosas, y entre más raído lo hicieran mejor.

Me subí de nueva cuenta al balcón, desde aquí se ve absolutamente todo. El panorama en su máxima expresión. Eva, yendo detrás de Letizia. Mientras las caras de Álvaro y Felipe no eran de disgusto, lo que me daba para pensar que tal vez Letizia y yo estamos locas. Pero cuando Álvaro se retiró, y vi su cara, sabía que algo estaba pasando, y me miro desde arriba. Esa cara no la había visto nunca.

Letizia volvió, pero al parecer solo para discutir con Felipe y después marcharse. La música no dejaba de sonar, por lo que ya me estaba hartando. Me bajé rápido de las escaleras para ir detrás de mi amiga. Pero Álvaro me alcanzó y me detuvo.

- ¿Qué diablos está pasando? ... Dije sin entender nada, porque de un momento a otro el ambiente de este lugar cambió. 

- Nada, amor ... Me abrazo, para luego besar mi cabeza. Su abrazo es tan fuerte como si no quisiera soltarme.