Las cosas estaban mejorando cada vez. O al menos eso parecía las primeras horas del día. Paloma, había llegado muy temprano a mi casa, quería encargarme a Juan Pablo, lo cual para mí fue un gran placer, amo a ese niño como si fuera mío. Tal vez porque era la continuación de una de las amistades más importantes de mi vida. Letizia había despertado, todos estábamos felices. Pero a la vez existía esa competencia de ver quién sería el afortunado, de ver ese momento. Lo ha hecho con María. No le tengo envida, pero sí me sentía rezagada.
Llame a Álvaro, pero él ya lo sabía, era obvio, ya que Felipe se encontraba con él. Su voz era de nervios y estrés, no cuestione nada, ya que era apenas normal, todos tomamos la noticia de diferente manera, la mía fue llorar de la emoción. Aunque aún tenían que pasar algunos días para poder verla.
Pensé que Álvaro no regresaría a la brevedad, alguien tenía que quedarse con esa maldita mujer para terminar con lo acordado. Pero para mi sorpresa y gran fortuna, regreso ese mismo día por la noche.
Tenía buenas noticias que darle. Carlos accedió a darme el divorcio. Las cosas se estaban acomodando gracias al cielo.
— ¿No estás feliz por eso? ... Cuando le di la noticia parecía que le estaba contando una tragedia. Por fin nos íbamos a poder casar y darle una familia a Beatriz como tanto lo hemos planeado.
— Claro que estoy feliz cariño. Es asombroso ... Me abrazo, pero de la nada comenzó a llorar como un niño pequeño refugiado en los brazos de su madre. Álvaro todavía es como un niño malcriado. Seguimos teniendo las mismas peleas de siempre. Me saca de quicio, pero a diferencia del pasado. Ahora podemos arreglar las cosas en la cama. Siempre era así.
— ¿Por qué lloras? ... Si algo tenía claro es que no estaba embarazada y mis hormonas no podían afectarle.
— Es que es magnífico que por fin vamos a formar una familia. Yo creo que lo primero que debemos hacer, apenas el divorcio quede finiquitado. Es casarnos.
— Bueno, no hay prisa, podemos ir planeando las cosas, yo quiero una fiesta grande... Mi boda con Carlos fue un total asco. No voy a olvidar que en aquella fiesta de la que hui, me termine refugiando en un bar, y conocí al que ahora es el padre de mi hija. En pocas palabras, todo lo he hecho al revés al orden que dicta la sociedad.
— No necesitamos nada de eso, podemos ir a un registro civil. Firmar y listo... Ahora no entendía cuál era su prisa. Pero no. La mía es tener la boda que siempre soñé, y la voy a tener, así tengamos que esperar lo que se tenga que esperar.
Los padres de Letizia nos habían comunicado que lo mejor era verla hasta que saliera del hospital. Así que por mi parte decidí respetar esa decisión. Pero Álvaro se lo paso por el arco del triunfo.
— ¿Cómo la viste?
— Muy bien, ella siempre ha estado muy bien ... Arqueo una ceja, entendí esa referencia, así que le di un golpe con la almohada.
— Ten cuidado en como te expresas de mi amiga. No se te olvide que soy muy celosa.
— Hay por favor Sol. Ya te lo he dicho. Letizia es bonita a secas, pero tú eres toda una bomba de sensualidad... Se acercó a mí para besar mi cuello... — Además, queda a la perfección con el imbécil de Felipe ... Abrí los ojos como platos. Es la primera vez que lo escuchaba referirse así a su hermano del alma.
— ¿Pero qué he escuchado?
— Lo que escuchaste, es un imbécil. Creo que fue una muy mala idea esto de trabajar juntos.
— No. Eso no fue la mala idea. La mala idea fue meter a esa mujer ¿De dónde diablos salió? ... Apenas la mencione, se comenzó a poner nervioso. Se tensó y se levantó de inmediato de la cama. Solo lo observaba cada vez más extrañada.
— No lo sé. ¿Beatriz ya ceno? ... No me volvió a ver a la cara. Él es Álvaro Fuster, no importa lo arrogante o lo tonto que sea. Él siempre mira a los ojos imponiendo sus locuras. Esto no era más que un manojo de nervios.
— Ya, desde hace un rato. Y respecto a lo que estábamos hablando. Yo creo que es asombroso que tú y Felipe estén trabajando juntos. Él sabe mucho de negocios y creo que entre todos van a tener el éxito asegurado. Sí, te va bien a ti. Les va bien a todos.
— Por mi Felipe se puede ir al carajo ... Salió de la habitación bastante enojado. Me quede pasmada. Quería que los días pasaran volando e ir a visitar a Letizia y preguntar si ella sabía algo. Aunque con lo de su recuperación. Lo más probable es que no este ni enterada que estos dos ya están teniendo problemas.
Lo que si podía hacer, era llamarla por teléfono. La escuchaba tan bien. Me invito a ir a su casa y sin pecar de imprudente primero me cercioré que no existiera ningún inconveniente. Aún no podía hacer mucho esfuerzo, pero estaba caminado con normalidad, era como verla en los viejos tiempos.
— ¡Amiga! ... Apenas abrió la puerta, la abracé, teniendo cuidado, ya que sostenía a Juan Pablo en sus brazos.
— No sabes como quería que vinieras.
— ¿Sucede algo? ... Creo que después de todo estaba equivocada, Letizia estaba igual que yo. Mortificada por la amistad de Felipe y Álvaro. Algo estaba pasando.
— Hace unos días la llamo una mujer de nombre Eva, vas a penar que estoy loca, pero fue su maldito tono de voz el que no me pareció. Dijo que no se veían después de lo sucedido en París. ¿Pero, que paso en París? Además, que no quiere que le mencione a Avaro ni por error. Vas a pensar que estoy loca.
— En lo absoluto, amiga. Yo lo he notado con Álvaro también. Y creo que puede ser por esa maldita mujer, pero Álvaro no le gusta que la nombre. Dice que son mis celos enfermísimos. ¿Pero qué te dijo Felipe?
— Que es una de las inversionistas del nuevo proyecto de Álvaro y Pablo. Ni siquiera sabia que Pablo había vuelto a aparecer en el radar. Y que no sucedió nada en París, más que dejarla botada con su evento.
— Bueno, eso puede ser. Álvaro también regreso ese mismo día, supongo que la tipa debió estar muerta del coraje. Despertaste en muy buen momento, amiga.
— ¿Tus los has visto juntos? ¿Cómo es esa tipa? ¿Cómo trata a Felipe? ... Si yo soy celosa, Letizia lo es mucho más al extremo.
— Pues es modelo, pero solo tiene el cuerpo porque no creas que es Kate Moss, es una confianzuda con todo el mundo, se quiere hacer la buena, pero yo conozco a las de su tipo, y te digo ya, que es una perra. Y no me gusta decirte esto, pero el día que estuvieron en mi casa, si le coquetea mucho a Felipe... Su cara enrojeció al instante de mis palabras, no sabía si era bueno decirle estas cosas, pero ella y yo siempre nos contamos todo... — Pero no te enojes con el pobre hombre. Nunca le ha seguido el juego.
— Puede que delante de ti no, pero si esa mujer le habla con esa confianza a Felipe, es porque él se lo ha permitido... Se levantó furiosa ... — Algo paso, yo sé que algo paso, mi mente me lo dice todo el tiempo. Por eso su insistencia de que nos casemos ya.
— Bueno, en eso está igual que Álvaro. Salvo que esa maldita mujer, por fortuna, no lo voltea a ver. Así que por ese lado, estoy muy tranquila
— Álvaro no iba a tener tanta suerte de que otra mujer lo fuera a tomar en serio.
— Y eso es lo que me agrada, ese inmaduro es solo mío, así que lejos de verlo como un defecto. Lo veo como el repelente, a las mujerzuelas como la tal Eva... Al menos mi comentario sirvió para sacarle una sonrisa. Se veía realmente preocupada... — Pero no te preocupes amiga, vamos a investigar que es lo que pasa entre esos dos, y porque su crisis de amistad.
— ¿Así? ¿Y cómo? Felipe me ha jurado de mil maneras que su única relación con esa mujer es de trabajo.
— Escuche a Álvaro hablar por teléfono con Pablo, van a inaugurar la primera de las fábricas, así que de seguro va a ver alguna fiesta o recepción, ahí vamos a ver como se desenvuelven los tres... La abracé muy fuerte. Felipe tenía la misma fama que Álvaro, el clásico guapo mujeriego que no podía estar sin tener relaciones sexuales cada fin de semana. No quería estar en el lugar de ella, desconfiando de tu pareja. Si algún día Álvaro se le ocurriera engañarme, lo dejaría para siempre, no sin antes darle la verdadera golpiza de su vida. Una infidelidad por parte de él, jamás se lo perdonaría.
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La Encrucijada del A+A
RomanceLetizia, Sonsoles y Felipe, se conocen desde que eran unos niños y asistían a la misma escuela. Letizia como la niña becada, Sonsoles como la niña rebelde y Felipe, como el niño que tiene la vida resuelta. Dos de ellos se amaban desde la infancia, p...