Sonsoles

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La vida es un trauma, así ha sido siempre. Desde que era niña, no me tomaba nada en serio más que mis estudios y el cariño de mi padre. El amor no existe, y eso me tocó aprenderlo desde muy niña. Creo que podía existir el amor para siempre. Después los padres de Letizia, que siempre fueron un ejemplo de unidad y familiaridad, se separaron. Eso terminó por romper mi ideal de un "familia". Nada de eso existe más que en las películas.

Carlos me ha propuesto matrimonio y de inmediato dije que si, puede sonar contradictorio, pero lo veía más como vivir el momento, disfrutar lo que duren las cosas. No preparó nada romántico, no se arrodilló ante mi para hacer la pregunta. Solo lo dijo cuando terminamos de tener relaciones, aún después de pelear. Y eso pasaba muy seguido.

A veces Letizia me contagiaba de esas ilusiones. Que algún día llegaría un hombre, se enamoraría tanto que el  corazón le dolerá de tanta felicidad, un hombre que la amará y respetará, que haría cualquier cosa por ella. Que lo más pequeño lo convirtiera en su máxima ilusión. Se casarían y vivirían felices con su gran familia. Pero de las dos, ella siempre fue la más sensible. Le gustaba ver hacía el futuro, con una carrera consolidada.

Yo era más realista, la hacia bajarse de su nube. El hombre perfecto no existe.

Letizia es la hermana que nunca tuve, desde niñas siempre hemos estado juntas, es a la única persona después de mi padre, en quien dejo todas mis preocupaciones y a los únicos que acepto me digan mis verdades verdades. La quiero tanto. Pero hay gente que se empeña en destrozar las relaciones de cualquier tipo.

— Sonsoles, me alegra que llegarás, toma asiento ... Apenas llegué a la televisora, me comunicaron que el presidente, Manuel Cortéz quería verme en su oficina. Un hombre tan importante como él, jamás se toma el tiempo para hablar con los empleados. El siempre se ha caracterizado por estar siempre en su oficina y por codearse con gente de su mismo nivel.

— Buenas tardes señor ... Hizo lo que me pido. Se me hacia tan extraño que quisiera hablar conmigo. Una simple empleada de redacción.

— Como bien sabes, Antonio decidió irse traicionado a esta televisora, no solo eso, también se llevó consigo a elementos importantes de este equipo ... Después de que se fue Letizia, muchos otros decidieron tomar la misma decisión, TVmedia, no estaba en su mejor momento, parecíamos soldados bajo el régimen de productores que no sabían hacer televisión. Yo no me iba por miedo a perderlo todo, a mí no me gustaba arriesgar como a Letizia, siempre he sido un poco ambiciosa, no iba a apostar todo y terminar sin nada.

— Lo se señor.

— Y te estarás preguntando ¿Porqué me ha citado el jefe? ... Solo asentí con la cabeza, era muy extraño, inclusive su actitud. Tocaron la puerta y entró Jaime, el  hombre que se quedaría a cargo de la programación del canal, el hombre que se quedó en el lugar de Antonio.

— Sabías que Letizia Ortiz será la nueva titular del noticiero estelar de la competencia ... Me quedé sorprendida, quería sonreír y gritar de felicidad, mi mejor amiga lo había logrado, apostó y ganó, pero tenía que mantenerme serena.

— No lo sabía señor.

— Por eso queremos que tú seas el nuevo rostro de nuestro noticiero. Competiremos directo con ellos. No solo serías la presentadora, también te encargas del área de información.... Cuando me explicaron bien la propuesta, sabía que mi momento había llegado.

— Tenemos que acabar con ellos, desprestigiarlos, que sepan que con TVmedia nadie puede... Todo estaba tan perfecto menos eso. Letizia y yo somos hermanas de corazón. No me atrevería hacerle ningún daño.

— ¿Que te parece Sonsoles? ... Mis dos jefes me miraban como a una persona en el banquillo de los juzgados. No podía dar una respuesta en este momento. Para convencerme me dijeron a cuanto iba a acender mi salario. Les dije que lo pensaría y les comunicaría mi respuesta a la brevedad. Tenía que hablarlo con Letizia. No le llamaría por teléfono, esto tenía que tratarse de manera presencial. Fui a su casa apenas salí de trabajar, pero para mí mala suerte no estaba.

— ¿A dónde habrá ido? ... Conocía perfecto la dinámica de Letizia, se levantaba temprano, iba a nadar, regresaba, se alistaba para ir a trabajar y al terminar volvía a su casa para descansar un poco. Eran las seis de la tarde y aún no llegaba. Regrese a mi casa, quise  pensar que tal vez por su nuevo programa, se había extendido su jornada de trabajo.

— Hay mi pequeña Let, te has salido con la tuya, que orgullosa estoy de ti ... Estaba hablando sola, lo único que no me gustaba es que no me haya hablado para contarlo, es lo primero que hacemos cuando alguna logra un objetivo, para después celebrar

Las horas pasaban, estaba tirada en la alfombra meditando la oferta. Lo correcto será decir no. No estaba dispuesta a poner en peligro mi amistad con ella. Ni siquiera aunque ella me pidiera que lo aceptará.

Mire el reloj y ya eran las ocho de la noche, me puse mi abrigo y bajé a la puerta de mi edificio. Los autos pasaban y cuando la calle quedó vacía. Vi algo que me rompió por completo el corazón. Algo que jamás creí que fuera a pasar, las lágrimas rodaron por mis mejillas.

Mi mejor amiga besandose con mi peor enemigo. El la tomaba de las mejillas y ella lo abrazaba por la cintura. Cerré el puño por tanto coraje. Ni siquiera me veían, no me atreví a cruzar la calle. Después solo se veían a los ojos y entraron a su edificio.

Entre al mío después de secarme las lágrimas. Una vez más Felipe había roto algo muy importante para mí, una vez más me quita a una de las personas más importantes para mí. Primero mi madre y ahora Letizia. Me llené de coraje no solo hacia él. También hacía ella. Se veían felices, es claro que acaban de llegar de festejar su nuevo logro. Lo compartió primero con él antes que conmigo. Ella sabe que yo lo odio y aún así se besa con él.

Saque una maleta y la llene de ropa, me iré con Carlos, nos vamos a casar y era mejor empezar a convivir más. Me había rehusado a dejar mi departamento porque desde que éramos niñas prometimos vivir juntas. O por lo menos una cerca de la otra, después de que papá se mudara  al campo.

Yo no había roto está amistad, lo había hecho ella. Tome mi celular y llame a Manuel Cortéz.

— Acepto la oferta. Televisión España, ni mucho menos Letizia Ortiz van a poder con nosotros ... El me felicitó por mi gran decisión. Tome mi maleta y salí de aquel edificio al que no volvería nunca más.

La Encrucijada del A+ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora