Presente

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Letizia

Comencé a abrir los ojos, lo primero que ví fue la televisión de la sala, me incorporé y estaba recostada en el pecho de Felipe, él seguía durmiendo, y ¡Dios! Juro que es el hombre más bello que he visto en toda mi vida.  Sus facciones son tan perfectas. Nos hemos besado en más de una ocasión, se que sus intenciones son otras, pero me da miedo cruzar esa línea. Nunca he estado con un hombre, a diferencia de Sonsoles yo me tomaba más en serio el tema de perder la virginidad. Probablemente a los veinticuatro años casi veinticinco sea muy raro que siga sin perderla, pero siempre pensé que sería con alguien especial para mí.

Los besos de Felipe me hacen pensar mucho en ese tema. Probablemente piense que soy una mojigata. No me da la impresión que sea ese tipo de hombre. Sus besos me encantan, la manera en que me mira y me hace sentir.

El abrió los ojos y me sentí muy apenada, probablemente siento mi mirada y eso lo hizo despertar.

— Buenos días ... Fue lo primero que se me ocurrió decir, seguía casi arriba de él, me sujetaba de la cintura, parecía que no quería soltarme, a mí me encantaba estar así, su perfume es exquisito.

— Buenos días bonita ¿Cómo amaneciste? ... Estiró un poco su cabeza y beso mi nariz. Le dije que estaba muy bien, esperando que no amaneciera torcido, el solamente sonrió... — Pase una noche maravillosa ... Nos reincorporamos y tomándome por sorpresa me beso. Me estaba volviendo adicta a sus besos. No sé porque lo hace, no se porque permito que lo haga, me gusta demasiado y me cuesta poner límites. Pero no somos nada aún ¿Somos amigos? ¿Somos casi algo? Tenía miedo de preguntar.

— Se me va a hacer un poco tarde, tengo que ir a trabajar.... Me puse de pie, tenía que bañarme y arreglarme para salir a comenzar con mi día.

— Qué te parece si en lo que te alistas yo pido el desayuno, después te llevo al trabajo ... Estaba teniendo demasiadas atenciones conmigo. No lo sentía mal, mi cabeza no deja de pensar. Ayer estaba tan feliz por mi promoción, y ahora estoy con un lío en el corazón.

— No como cres, seguro a ti también se te hace tarde, mejor lo dejamos hasta aquí

— Dejar las cosas hasta aquí, solo quiero asegurarme de que llegues a tiempo a tu trabajo..

— Y te lo agradezco Felipe, pero esto es demaciado, hasta hace poco nos volvimos a encontrar y no ha pasado tanto y ya nos hemos besado en más de una ocasión, perdóname pero es confuso para mí. Yo no sé a qué clase de mujer estés acostumbrado, pero yo no soy así.

— Tal vez he sido demasiado aprovechado y mi actitud no ha sido la mejor, pero me gustas, no tengo ningún temor al decirlo, cuando estoy cerca de ti pierdo la noción de todo. Jamás he buscado faltarte al respeto. Y si te he hecho sentir incómoda te pido que me disculpes.

— No, no digo que me incomode, solo es raro para mí ... Se acercó a mi, tomó mi mano y acaricio mi mejilla. Sentía que me estaba comenzando a derretir por él. Su mirada es cálida y dulce.

— No tiene por qué parecer raro, me gustas y mucho Letizia. Planeaba hacer las cosas diferente, pero no quiero que pienses cosas que no son... Ahora ya me sentía mal, el corazón me estaba latiendo muy fuerte. Esto es diferente y tiene razón. He tenido pretendientes y simplemente las cosas con ellos no suceden de esta manera. Felipe entró a mi vida para quedarse, no sé si como pareja o como un simple amigo.

— No estoy pensando en nada, no estoy suponendo las cosas.

— Solo quería hacerme presente en tu vida, que superas que existo y estoy aquí. Ir poco a poco, hasta llegar el momento en pedirte que seas mi novia... Me quedé muda, ahora sí fue como si todo estuviera en pausa, su novia. Primero tenía que pensar si me gustaba. Obviamente me gusta, tendría que estar muy mal Letizia. Pero ser su novia significaría un reto enorme para mí. Sonsoles lo odia y ella también es muy importante para mí.

La Encrucijada del A+ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora