No me gusta ver la televisión, me parecía una perdida de tiempo. Solo se habla de las cosas malas y de los chismes de la gente. Nunca me interesó. Ahora las cosas tenían que cambiar, no podía perderme a mi mujer en televisión.
Escuchar las lamentables declaraciones de Sonsoles, solo dejaba ver lo maquiavélica que se había vuelto. Hablaba de Letizia como si fuera su peor enemiga. Tenía ganas de salir y buscarla, decirle que en su vida la volviera a mencionar.
— Hola amor ¿Cómo estás? ... Necesitaba escuchar su voz, saber que está bien y que aquellas palabras no la habían herido. Aunque sabía que eso era imposible.
— Estoy bien, te iba a llamar para agradecerte, me encantaron mis flores, están bellísima amor.
— Quería que tú día comenzará hermoso, me hiciste mucha falta anoche... Si aquí estaba el Felipe cursi que siempre me negué a ser. Me desoconcia. Letizia siempre fue mi amor platónico, la veía como alguien inalcanzable para mí. Claro, cuando tenía ocho y once años. Ahora es mi novia y era como la realización de un sueño cumplido. Ese que aún no puedo creer que se haya vuelto realidad.
— Comenzó muy bien amor. Por cierto, mañana se estrena el programa y algunos otros de la cadena. En la noche habrá un cóctel para celebrar los lanzamientos ¿Será que me puedes acompañar?
— Pero claro, ahí estaré y yo también te voy a preparar una sorpresa... Aunque me lo negaba podía sentir la tristeza en su voz. Me decía que no era necesario, que con las rosas que le había regalado ya no tenía que hacer mas. Pero sentía la enorme necesidad de dárselo todo.
Llamé a Álvaro, necesitaba de su ayuda. Saliendo de trabajar según el, vendría de inmediato a mi oficina.
— Hola Jaime ... Fui a su oficina, era necesario saber si ya tenía las pruebas de aquel desfalcó. El dinero no se podía desaparecer así como así.
— Felipe, pasa sientate.
— Jaime he estado pensando y no creo que mi padre pudiera hacer una cosa así ... Agacho la mirada, se veía nervioso. Es un tema bastante complicado. El resto de los accionistas no estaban enterados, pero en la próxima junta directiva, apenas se toque el tema de las finanzas, saldría a relucir la falta de capital. Había que pagar las nóminas, a hacienda y un montón de cosas más.
— Pero fue su padre señor. Hay un traspaso a una cuenta en Suiza a su nombre. Las cantidades coinciden, la fecha es la misma. No sé cómo lo hizo para que nadie se diera cuanta.... Me quedé mudo al ver los papeles. Pero al mismo tiempo me costaba creerlo. Tiene meses sin pararse en la oficina, tiene meses en los que no se preocupa por nada del trabajo. ¿En qué momento?
— Hablaré con él
— Su madre se ha negado a hacerlo. Quiere emprender acciones legales.
— ¿Y porque Diablos no me dijeron nada? ... Salí disparado a la oficina de mi madre. Para mí sorpresa estaba con un hombre, besandose. Me sorprendió demasiado, sabía que mi madre solia tener sus aventuras, pero jamás me tocó verlo. A ese hombre jamás lo había visto... — Madre
— Felipe así como a ti no te gusta que entren a tu oficina sin anunciar. Pido lo mismo ... Me grito enojada. El hombre se disculpo y se marchó. Verlo más de cerca, me di cuanta que era mucho más joven que mi madre.
— ¿Quién es ese tipo?
— No es de tu incumbencia ¿Qué quieres?
— Porque no me dijiste que planeas demandar a mi padre ... Mi madre quería tanto que yo fuera el presidente de la compañía, pero para desiciones importantes como está, lejos del trabajo, si no más bien de sangre. Tomarme en cuenta sobre lo que quería hacer con mi padre.
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La Encrucijada del A+A
Roman d'amourLetizia, Sonsoles y Felipe, se conocen desde que eran unos niños y asistían a la misma escuela. Letizia como la niña becada, Sonsoles como la niña rebelde y Felipe, como el niño que tiene la vida resuelta. Dos de ellos se amaban desde la infancia, p...