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Sofía Hernández 🦋
Sentí que alguien tocaba la puerta me volvi a acurrucar en el puchi Joao, me tope hasta el cuello y me hice la dormida.
— Joao despierta que tenemos entrenamiento y mañana es el partido – Gavi se asomo en la puerta.
— Ya voy – se refregó los ojos y se sentó en la cama, me miro y me tapo. — Sale
— Que haces sin camisa? – Miro sospechoso a Joao.
— Shhh, no ves que esta dormida – susurro, respondiendo. — hacenos un cereal con leche por favor – le pidió al castaño.
— Ahora crees que soy tu empleado – refunfuño y salió de la pieza.
Me echó una ojeada y se levanto al baño, busque la polera en el suelo y me puse, mientras me senté en la cama.
Joder que he hecho ayer
Recuerdo todo lo que pasó y ay no que mal, espero las cosas no se confundan o pongan raras, busque mi bragas que estaban tiradas detrás de la cama, al agacharme a buscar siento una mirada en mi culo.
— Wow, vaya cara que me muestras – rio mientras se lavaba los dientes.
Me levante de tiro – Tu que miras — lo mire mal y me senté en la cama para ponerme mis bragas. — Que hora es? — pregunte.
— Son...— miro su celular — las una de la tarde.
— Joder, vamos tarde – busqué mi vestido y pensé, no creo que sea bueno llegar con la ropa de fiesta al entrenamiento, mire a Joao.
— Que pasa? – Pregunto.
— Tienes una camisa que te quede chica para emprestarme – sonreí — ah y un buzo no tan grande igual.
— Lo dudo, mi ropa de pequeño la bote hace años – se burló de mí.
— Ya se, una polera y una calza de licra esas que usas para jugar pero las cortas.
— Como sabes que tengo de esas calzas?
— Todo futbolista las usa o no?
Busco en su ropero las cosas que le pedí y me las paso, me vestí y bajamos a la cocina donde estaba Lucía con Gavi.
— Hasta que se dignan a levantarse los tortolitos. – exclamó Gavi.
— Cállate, que tengo sueño aun – Joao se sentó y comenzó a comer un Yogurt con cereales.
— No crees que estas muy relajado, tenemos que ir al entrenamiento – me crucé de brazos.
— Es verdad, yo nunca llego atrasado a el entrenamiento – Añadió Gavi.
— Pediré un uber para irme – Lucí saco su celular.
— No, te preocupes Lucí, no quieres ir al entrenamiento? – Pregunte. — y después vamos a mi casa.
