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El primer día había hecho muchas actividades; aprendieron a hacer fogatas, manualidades, pescar e hicieron un círculo alrededor de una fogata. Danielle había pasado todo el día con Haerin, para la alegría de ella, ya que la habían colocado en su grupo de expedición, junto con Minjeong, otra vez.

Así que mientras las tres andaban por el sendero, estaban dando una caminata con el resto del grupo, podía observarla todo el tiempo que quisiera.

Minjeong charlaba con ella, pero Danielle no le prestaba gran atención, y cada vez que Minjeong parecía querer tocar a Danielle, la pelinaranja llamaba a la chica para que fuera adelante con ella. Danielle pensaba que era debido a que Haerin no quería estar con ella, eso la deprimió, pero volvió a estar feliz cuando tuvieron que agarrarse de la mano, para cruzar el río sin caerse. La mano de Haerin, era cálida y su piel extremadamente suave, sintió un choque eléctrico recorrerle todo el cuerpo cuando la tomó, fue una lástima que tuvieran que soltarse al llegar a la orilla.

-Me duelen los pies - Dijo Minjeong al rato, los otros grupos estaban unos pasos más adelante.

Danielle había notado las miradas desaprobadoras de sus amigas, cada vez que la pillaban mirando a Haerin. Había intentado evadirlas cuando tuvieron que cruzar el río, ya que sospechaba que más tarde la reñirían por mostrarse como una boba al agarrar la mano de Haerin.

-Podría cargarte - Ofreció Danielle y por un momento la pelinaranja delante de ellas les prestó atención, ladeando la cabeza para escuchar mejor. Minjeong sonrió a la rubia - Pero ya que a mí también me duelen las piernas no lo haré.

-¡Oh, vamos! - Dijo, dándole un golpecito juguetón en el hombro, Haerin bufó.

-Dejen de hacer el tonto. El grupo nos está dejando atrás, fenómeno - Dijo y se fue unos pasos lejos de ellas, avanzando, y las dos chicas se apresuraron a alcanzarla.

Al llegar a la cascada todos quedaron impresionados, caía sobre unas rocas enormes y el agua parecía transparente. El profesor pidió a los estudiantes no perderse entre el bosque y que nadaran con precaución.

Danielle recordó haber visto el bañador celeste de Haerin, por debajo de su camiseta blanca. El corazón se le aceleró, la vería casi desnuda, casi, ya que la pelinaranja tendría su bañador, pero, sintió como las manos de su amiga la jalaban y la llevaban a un lugar más apartado.

-Ni creas que vamos a dejar que pases el ridículo allí, mientras miras a esa perra - Le dijo Hanni y Hyein asintió.

-¿D-de que hablan? - Preguntó, nerviosa.

-Hablamos de que aún no se había quitado la ropa y ya estabas babeando - Le retó la pelinegra y Danielle se impresionó, le habían dado justo en el clavo.

-Yo no estaba haciendo eso.

-¡Claro! No planeabas quedártele mirando mientras se desvestía, ¿verdad? - Preguntó Hanni, sarcásticamente, y Danielle se sonrojó.

-¡Sí lo ibas a hacer! - La acusó Hyein, muy exasperada.

-Soy un ser humano, perdonen - Dijo, apartándose malhumorada de sus amigas.

-Ahora, vamos nosotras a bañarnos.

Hyein y Hanni la siguieron, aun enumerando las razones por las cual Danielle era una idiota, y se encontraron a Chaewon con un bañador verde en la orilla de la cascada. Las chicas ya se habían quitado la ropa, Danielle llevaba un bañador con la parte superior de color rosado y la inferior negra. Chaewon silbó al verlas.

-Vaya, Marsh. Quien diría que estarías tan buena - Se burló su amiga picoteando sus pequeños abdominales y Danielle le dio un empujón, haciendo que cayera al agua.

RIVALES | DAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora