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Al día siguiente, se había despertado con un dolor horrendo por todo el cuerpo, y era una mierda. Su madre, al enterarse, la había llevado al hospital. La rubia insistía en que no era nada grave, pero al llegar, tenía un chichón en la parte posterior de la  cabeza, un moretón en el hombro y parte de su brazo derecho. Tuvieron que colocarle un ungüento y unas vendas, pero no era tan grave como para faltar al colegio.

Mierda, pensó Danielle.

Mientras Danielle se colocaba una camiseta, miró la gran venda blanca que le cubría todo el brazo y parte de su hombro, parecía mitad momia y estaba segura de que Yeonjun sacaría provecho de aquello para insultarla. Terminó de colocarse los shorts y bajó por la escalera con cuidado, su mochila colgaba del hombro izquierdo, para así evitar el dolor.

En la cocina estaban sus padres, desayunando, quienes le sonrieron cálidamente al verla llegar.

-Buenos días, cariño.

-Buenos días, papá - Respondió, tomando asiento con lentitud mientras tomaba un pan francés de la cesta de la mesa.

-¿Cómo te sientes, amor? - Preguntó su mamá, claramente preocupada. Danielle le sonrió.

-Mejor - Dio un mordisco - Aunque, me duele un poco.

-¿Segura que quieres ir al colegio?

-Sip - Dijo, restándole importancia.

Después de comer un rato en silencio, su madre la miró con una sonrisa burlona.

-Así que... Cuéntanos, ¿Cómo fue el accidente de las animadoras? - Danielle ladeó la cabeza a un lado, pero se limitó a responder, sin entender las segundas intenciones de su madre.

-Se cayeron y yo... Bueno, yo salvé a una chica de que se rompiera el cráneo contra el piso - Dijo, intentando sonar indiferente, su madre sonrió aún más.

-Aww, que bella es mi niña, ¿era Kang Haerin? Chaewon me contó los detalles - Confesó, fingiendo inocencia y Danielle casi se atraganta con la comida.

-Sí... Sí era ella.

-Pero, cariño, me contaste que te llevabas malísimo con esa chica y ahora me llegan con que la salvas, ¿por qué será? - Dijo, soltando una risa y Danielle comenzó a sentirse nerviosa.

-Supongo que soy buena persona.

-¿Qué sucede con esa chica, Danielle? Siempre hablas de ella y sobre como te atormenta, pero al hacerlo tienes un brillo en los ojos - Comentó su madre, risueña, llamando la atención de Doyoung.

-¿Estás enamorada de esa chica? - Preguntó, un poco confundido mientras doblaba el periódico.

Su hija siempre hablaba de esa tal Haerin y lo hacía con tanto entusiasmo y regularidad que el ya había concluído que su hija estaba enamorada, ¿por qué no lo admitía y ya?

-¡Papá! - Exclamó Danielle, completamente roja, mientras su mamá se reía de ella y festejaba.

-¡Yo lo sabía! Mi hija está enamorada, ¿cuándo nos presentas a la chica? - Preguntó emocionada y Danielle negó con la cabeza.

-¿Está de acuerdo con eso? - Preguntó la rubia, mirando con suplica a su padre. Doyoung se encogió de hombros.

-Los dedos no embarazan. Me parece perfecto - Dijo, antes de sonreírle y volver a leer el periódico, la mamá de Danielle seguía riéndose.

-¡PAPÁ!

Este iba a ser un día difícil. Salió de la casa y corrió todas las cuadras para llegar al colegio. Desde ayer no había visto a Hanni, pero le había contado que planeaba quedarse con Minji. La pobre estaba muy lastimada y se seguro no asistiría a clases. Al llegar al aparcamiento todos la miraban, eso no le agradó mucho. Fue cabizbaja hasta la entrada principal y se detuvo al ver las mesas de siempre.

RIVALES | DAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora