Extra #4

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Haerin estaba ligeramente arrepentida, ahora, en el vestidor de las animadoras.

¿Cómo terminó aceptando ser novia de Choi Yeonjun?

La respuesta era simple: apariencias.

Él era un buen jugador de fútbol, lo había demostrado hace dos semanas al entrar al equipo. También era popular, todas querían salir con él.

Además, Haerin era una animadora popular, era casi por un equilibrio social colocarse de novia con él. Era lo normal, lo correcto. Pero se negaba a aceptar la razón más probable, quiso salir con él para sentirse bien consigo misma, que era como cualquier otra chica linda y popular.

Que no era aquella Kang Haerin que le incomodaba, esa extraña chica con mariposas en el estómago y tontos pensamientos sobre Marsh Danielle. Esa Haerin era anormal, no tenía sentido, nunca pensaba con claridad alrededor de la rubia y sentía extraños impulsos de agarrarla de la mano y entrelazar sus dedos, al verla en el pasillo.

La pelinaranja prefería a la otra Haerin, la normal, con preocupaciones tales como si recibiría un vestido para Navidad o si los chicos la invitarían a salir, la cual era ella misma hace un año atrás, antes de conocer a aquella chica de bonitos ojos. Yeonjun era lo único que la mantenía cuerda, o la hacía sentirse así.

Que le gustaban los chicos.

Haerin se repetía a sí misma que lo que sentía por Danielle, si es que se podía definir como un sentimiento, era extraño e incorrecto y sobre todo, seguramente un encaprichamiento juvenil.

Nada más. Haerin estaba segura, creía, que era heterosexual. Claro. Kang Haerin aseguraba ser completamente heterosexual.

¿Lo que le sucedía? Posiblemente un lapsus... Una incoherencia en su crecimiento adolescente.

Respiró profundamente, se sentía más segura al anotar sus inseguridades en su diario. Y desde que Danielle apareció en su vida, vaya que había escrito... Varias páginas en él.

En resumen: muchísimas páginas sobre Danielle.

-¡Por supuesto, chicas! - Escuchó la voz de la amiga de la pelinegra, aquella que le caía tan mal, Chaewon.

Frunció el ceño, aún sin verla, irritándole su voz, aunque no encontraba una razón exacta por la cual detestaba a la pelicorta.

La chica entró a los vestidores, despidiéndose de unas amigas suyas antes de ir a su casillero. Hace pocas semanas que eran nuevas en el equipo, pero llevaban una pequeña rivalidad, quien hacía mejores giros o quien dirigía los entrenamientos.

Haerin casi siempre ganaba, debería de sentirse victoriosa al ver la mirada resentida que le daba la chica durante aquellos momentos. Pero cualquier felicidad desaparecía al recordar que Chaewon era amiga de Danielle, tenía derecho a sus sonrisas, a abrazarle, a pertenecer a su vida.

Haerin sentía envidia, y se enojaba muchísimo con ella misma por aquellos pensamientos absurdos. Por ello detestaba a esta versión de Kang Haerin, la verdadera no sentiría celos por semejante tontería.

La pelinaranja sonrió con sorna, mientras terminaba de hacerse una cola de caballo.

-¿Lista para comer el polvo, rubiecita? - Cerró la puerta de su Casillero, colocando las manos en sus caderas con intención de intimidar.

Chaewon sonrió, pero con diversión, hizo lo mismo que la otra chica, ladeando la cabeza.

-Esa serás tú, plástica - Le rectificó, antes de darle un guiño y comenzar a caminar a la salida - No llores cuando me toque dirigir el entrenamiento, Kang.

RIVALES | DAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora